Por Guadalupe Norte
04 Junio 2023
EL MÁS EMITIDO. El billete de $ 1.000 representa una de las ediciones más grandes que sacó Argentina en su historia, según señala un experto.
¡Qué complicada es la economía! Por si no bastara con las decenas de planes para atenuar la inflación, la cotización del dólar y la clásica novela con los fondos del FMI, esta semana se sumó al combo el lanzamiento de un nuevo billete nacional; el de $ 2.000. Aunque las referencias y los colores del papel moneda resultan novedosos, detrás de la emisión subyace un hecho irrefutable: los billetes mundiales disponen (a través de su diseño y materialidad) de un poder simbólico que refleja los cambios sociopolíticos de cada territorio. A estas alturas puede que estemos en presencia del economista más sincero.
Cómo curiosidad, los billetes de $ 1.000 actuales representan una de las ediciones más grandes que sacó Argentina en la historia. “Todos los billetes emitidos disponen de una numeración específica compuesta por varios dígitos y letras. Cuando se realiza una emisión de billetes, esta arranca desde el número 00000001 y la letra A hasta llegar a la cifra 99.999.999 A. Una vez alcanzada dicha cantidad de billetes comienza otra secuencia con la letra B, C, D y así sucesivamente”, explica Gastón Porcel, vicepresidente del Centro Numismático de Tucumán.
Hoy la numeración de esos billetes llega hasta la NA; es decir, que la emisión dará pronto dos vueltas al abecedario. “También es posible darse cuenta de que un país se encuentra en declive económico porque la calidad de los billetes que circulan es menor y hay menos controles. Hallar errores en ellos implica que se requiere emitir constantemente y largar a la calle pronto”, comenta el coleccionista.
En su hogar, Porcel conserva alrededor de 10.000 billetes y 7.000 monedas mundiales. Dentro de una carpeta exclusiva, eso incluye diversos billetes de $ 500 y de $ 1.000 con errores que recibió luego de hacer compras o intercambiar dinero en negocios tucumanos. Como imperfecciones alarmantes aparece la falta de tinta OVI, malos cortes, empastes e impresiones sobreexpuestas.
Avances
En contraste con nuestra situación, los países con menos vaivenes económicos no suelen variar la denominación de sus billetes y han logrado innovar en el diseño de la moneda. El mayor avance es el empleo de billetes polímeros (elaborados con polipropileno); esta opción se caracteriza por sus transparencias y detalles holográficos. Además, son resistentes al agua, menos fáciles de falsificar, no se ensucian ni rompen con tanta facilidad y disponen de una vida útil mayor. ¿Qué más? La innovación llevó a que en algunos países puedan reciclarse y haya algunas versiones que permiten (App de por medio) mostrar escenarios en 3D.
“La estabilidad económica nos permite innovar con la moneda y apostar por alternativas más costosas de fabricar. Estos modelos circulan en Inglaterra, Escocia, Australia, Chile, Brasil, Paraguay y Uruguay. Sumado a casi la mayoría de países asiáticos y muchos otros de África”, agrega Porcel.
Flora y fauna
Cuando en 2016 entraron en circulación los billetes con ilustraciones de nuestra fauna autóctona (con el propósito de incentivar su visibilización y preservación) las críticas aparecieron a diestra y siniestra. Sin embargo, esa no fue la primera vez en que la presencia de las plantas y los animales nos representaron.
Desde 1830 a 1860, los billetes de nuestro actual territorio disponían como elemento central ilustraciones de caballos, vacas, cabras, ovejas y perros. Dichos elementos se complementaban con escenas gauchescas y referencias a trenes y la federación. “Con la transición hacia los australes y a partir de la asunción del ex presidente Raúl Alfonsín recién la presencia de los próceres volvió a recuperarse. Con respecto al tema de mostrar la biodiversidad local esto se debió a una tendencia que tuvo alcance mundial. En el presente hay al menos 25 estados (distribuidos entre Centroamérica, Asia y África) que aún exhiben su fauna y flora”, comenta.
Por el resto, no existe una lógica que encasille la toma de decisiones sobre qué mostrar o resignar. Como “punto medio” (algo que nuestra argentinidad nos impide invocar) aparecen los billetes con figuras destacadas -de la educación, política o historia- en el frente y paisajes distintivos en el reverso. A esta corriente pertenecen los billetes de Sudáfrica, Umbanda, Belice, Brasil, Bolivia, Tanzania, Costa Rica y Aruba.
En el mundo
Hechos bélicos y cambios de gobierno
Al margen de cualquier libro académico, hay hechos sociales e históricos que aparecen retratados en los billetes por su magnitud local e internacional. Por ejemplo:
- La muerte de Isabel II y la posterior coronación de Carlos III implicaron una modificación en la moneda de Reino Unido. A mediados de 2024, el Banco de Inglaterra anunció que comenzarían a circular en el país y el Commonwealth los billetes con la cara del nuevo monarca.
- En Libia, durante el régimen de Muamar Gadafi los billetes de 50 dinares y un dinar llevaban impresa la efigie del dictador. En 2011 -tras producirse las revueltas ciudadanas y los enfrentamientos armados que acabaron con su poder- esas dos referencias fueron paulatinamente reemplazadas. En 2013, con motivo del segundo aniversario de la guerra civil, el Banco Central emitió un nuevo dinar. En él se podía ver la imagen de manifestantes revolucionarios y unas palomas como símbolo de la paz.
Deportes
Fútbol, rugby y otros
Como “movilizador de pasiones” el deporte se coló en la materialidad económica en muchas ocasiones. El último caso que merece la pena destacar es el de Qatar 2022. A propósito del mundial de fútbol, la FIFA y el banco estatal emitieron un billete conmemorativo en el cual aparecen dos estadios famosos, paisajes de la ciudad de Doha y algunos edificios antiguos.
Para quienes disfruten del rugby, la historia de fanatismo de las Islas Fiji es digna de admirar. Luego de que el seleccionado de rubgy 7 nacional ganara los Juegos Olímpicos de Río 2017 se creó un billete especial para honrar a los deportistas. La pieza se caracteriza por mostrar al equipo completo, su capitán (Osea Kolinisau), la bandera nacional y hasta al entrenador.
En 2014, Rusia hizo algo similar al crear una tirada de 10 millones de billetes (de 100 rublos) para celebrar los Juegos Olímpicos de Invierno. La estética elegida contempló el estadio de Sochi, un pájaro de fuego y un deportista de snowboarding.
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