Hay eventos y objetos astronómicos que despiertan mucha curiosidad a los astrónomos, entre ellos hay dos estrellas que llaman la atención por distintos motivos, son Eta Carinae y Betelgeuse.
La primera, Eta Carinae es un objeto que varía su brillo y se encuentra a 7500 años luz de la Tierra. Está rodeado por una nebulosa con una forma rara, probablemente debida a erupciones, llamada Homúnculo. Se calcula que tiene entre 100 y 300 masas solares. Las primeas observaciones documentadas son del siglo XVI o XVII, cuando era más brillante que en la actualidad. Es difícil saber lo que hay dentro de la nebulosa porque absorbe la luz visible que emite el objeto interior. Noten que decimos un objeto y no una estrella. En algún momento se pensó que era estrella que había explotado en una supernova. Con los telescopios espaciales fue posible observarlo en el infrarrojo y Rayos X y hace algunos años se lo observar con los radiostelescopios del ALMA, que se encuentran al norte de Chile. Estas nuevas observaciones comenzaron a develar el misterio, porque la nebulosa no absorbe esas radiaciones. En particular, al observar las ondas de radio fue posible detectar al menos dos estrellas dentro de la nebulosa. Esto llevo al desarrollo de nuevas teorías, como que es una estrella que capturó otras, y dentro de la nebulosa hay varias estrellas. ¿Qué pasará en el futuro? No se sabe, quizás haya explosiones o no, por eso hay que seguir observándola. Esta estrella sólo puede ser vista desde el hemisferio sur y ha sido observada intensamente en observatorios argentinos como los de La Plata y Córdoba y en el Complejo Astronómico el Leoncito. También la observan los astrónomos aficionados. Todas las observaciones son útiles para estudiarla.
Betelgeuse es la estrella más brillante de la constelación de Orion. Desde el hemisferio sur se la ve debajo de las Tres Marías. Es una estrella supergigante roja, visible a simple vista desde cielos poco iluminados y está a 650 años luz de la Tierra. Observaciones del Siglo I, realizadas por los chinos, indican que era una estrella blanca, por lo que se piensa que se transformó en supergigante recientemente. Su masa es 20 veces la del Sol y es la primera estrella a la que se le midió su diámetro con una técnica llamada interferometría, con la que se hacen mediciones precisas. Se ha observado que en los últimos años se ha contraído y dilatado y varió su brillo, en varias oportunidades. Se piensa que este comportamiento indica que está agotando su combustible y está camino a su muerte. Se espera que explote como una supernova en un futuro próximo. Un futuro próximo, en astronomía puede ser entre 10.000 o varios millones de años. Antes de producirse la Supernova podría haber emisión de partículas que serían detectadas desde la Tierra. Luego aumentará bruscamente su brillo, a tal punto, que se la vería durante el día durante algunas semanas. Estas partículas y las emisiones que ocurran durante la explosión no serán peligrosas para la Tierra. Debemos recordar que en nuestra galaxia no se observó una supernova desde que Galileo empezó a usar el telescopio. Sería una gran oportunidad para estudiar en detalle los procesos que ocurren en ese evento, con los instrumentos disponibles en la actualidad.
Eta Carinae y Betelgeuse están siendo observadas intensamente, pero ¿qué es lo que se está observando? De Eta Carinae la radiación que está llegando a la Tierra salió de la estrella hace 7500 años, es posible que actualmente sea algo completamente diferente. En el caso de Betelgeuse lo que se observa es lo que ocurrió hace 650 años, quizás ya explotó la supernova. En ambos casos se está observando su pasado. No hay forma de saber cómo son actualmente, porque la radiación demora esos tiempos en llegar. Otros desafíos apasionantes para los astrónomos.








