Cartas de lectores: radicalismo
29 Marzo 2023

Durante muchos años, he conocido personas tucumanas con apellidos que llevaban en su sangre la esencia del Radicalismo tal cual como la sentía su fundador, Leandro N. Alem; sí, el mismo que dejó su frase “Que se rompa pero que no se doble”, y que, cuando murió, le dejó una carta de despedida a su hijo Leandro que, entre otras cosas, le decía: “Te dejo, como única herencia, un beso en la frente para que la mantengas limpia”. Estos apellidos que honraban a Hipólito Yrigoyen tanto por sus obras ferroviarias en el Norte, como fundador de YPF o como precursor de la Reforma Universitaria del 18, aquel que, habiendo sido ya presidente por un período, pasaba la Nochebuena sentado en un banco de la Plaza de Los Ingleses, en extrema pobreza. Estos apellidos que no olvidaron nunca la honradez del Dr. Elpidio González, ni la sencillez y autoridad moral de Arturo U. Illia, ni tampoco el “Nunca Más” de Raúl Alfonsín y Sábato. Qué pena me da hoy en día, cuando por ahí me comentan que descendientes de ellos han llegado a mudarse hacia otras ideologías, que no tienen nada que ver con lo anterior, a pesar que el Radicalismo les dio ya sus oportunidades. ¿Qué les pasó? ¿Será porque la “política” hoy en día es sinónimo de riqueza? No encuentro la palabra que los defina.

Enrique Julio Ortega 

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