Estados Unidos y Europa van al rescate de sus bancos

Estados Unidos y Europa van al rescate de sus bancos

La crisis del Credit Suisse y el colapso del Silicon Valley Bank disparan alarmas en el mundo financiero y sacudidas en las bolsas

RIESGO. Preocupa la pérdida de confianza en entidades financieras .  RIESGO. Preocupa la pérdida de confianza en entidades financieras .
17 Marzo 2023

El desplome del banco suizo Credit Suisse y el colapso, la semana pasada, del Silicon Valley Bank pusieron en cuestión la fortaleza de un sistema financiero integrado globalmente y obligaron a los gobiernos a salir al rescate de estas entidades.

El Credit Suisse es uno de los 30 institutos financieros del mundo considerados de importancia sistémica, es decir, que son demasiado grandes para caer en bancarrota. El quiebre de un banco tan estrechamente ligado con el sistema financiero global también tendría consecuencias para otras instituciones financieras, señalan expertos europeos.

Por lo pronto, la entidad recibirá 51.000 millones de euros en créditos del Banco Nacional Suizo. Las acciones europeas subieron, ya que la ayuda contribuyó a mitigar el temor a una crisis bancaria mundial, contrarrestando la inquietud que suscitó el fuerte alza de tasas de interés de 50 puntos básicos decidida por el Banco Central Europeo.

Por ahora, los mercados financieros reaccionan positivamente, pero siguen en alerta.

La pregunta, ahora, es si puede el gran banco Credit Suisse, que se tambalea desde hace meses, desencadenar una nueva crisis financiera. Ya el colapso del Silicon Valley Bank intensificó los temores de los inversores y brokers. Esta crisis se veía venir. En los últimos años, Credit Suisse se ha visto involucrado en grandes escándalos, como la insolvencia del fondo de cobertura Archegos o la quiebra de la empresa de servicios financieros Greensill Capital, con la que había cooperado.

La entidad encadena dos años de pérdidas millonarias: en 2021 fueron de 1.600 millones de euros, y en 2022 casi se quintuplicaron hasta 7.400 millones de euros. Tras la salida de un inversor estadounidense, el 20% de sus títulos están en manos de accionistas de Medio Oriente. Los inversores ya habían retirado 126.000 millones de euros, algo que el banco primero trató de amortiguar ampliando su capital con apoyo del Banco Nacional Saudí. El miércoles, su presidente, Ammar Al Khudairy, señaló que, por razones regulatorias, el banco saudí no podía seguir inyectando capital. De inmediato, las acciones del Credit Suisse se desplomaron un 30%.

Ahora, la crisis bancaria internacional, tras la quiebra del Silicon Valley Bank puede darle mayor impulso a la caída y arrastrar a los mercados financieros internacionales, aunque el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, insista en que se trata de dos procesos que no están relacionados.

Fundado en 1856, el banco con sede en Zúrich ha perdía más de un 30% de su valor bursátil desde mediados de la semana pasada, en la sesión del miércoles retrocedía un 20%, pero este jueves parecía recuperar el terreno y sus acciones subieron otro 20% al cierre de la sesión.

Todo esto, en un momento en el que su propia crisis interna, cuyo origen podría remontarse a 2019, se agudiza con el temor de los inversores a una nueva crisis financiera global.

Entre los principales factores que explican estas pésimas cuentas destaca su exposición a firmas de riesgo que colapsaron en ejercicios anteriores, como el fondo de cobertura estadounidense Archegos o la firma angloaustraliana de servicios financieros Greensill.

El Banco Nacional Suizo SNB y la Autoridad Suiza de Supervisión de los Mercados Financieros han afirmado que los problemas en Estados Unidos no suponen un riesgo directo de contagio.

“Los estrictos requisitos de capital y liquidez aplicables a las instituciones financieras suizas garantizan su estabilidad”, afirmaron en un comunicado.

A los problemas financieros se suman otros en torno a la reputación del banco, que han causado una amplia remodelación de la directiva en los últimos años.

Hace poco más de un año, el entonces presidente de la entidad, Antonio Horta-Osorio, tuvo que dimitir, después de que se descubrió que había viajado a un evento deportivo, cuando se encontraba supuestamente en cuarentena durante la pandemia.

Su sucesor, Alex Lehman, fue investigado por el regulador financiero de Suiza, por sus declaraciones sobre la situación financiera del banco, que podrían haber inducido a error a potenciales inversores. Lehman afirmó a la radio pública suiza en diciembre que el banco de Zúrich estaba logrando un retorno de su liquidez cuando éste en realidad sufría una fuga de capitales.

Fortunas y corrupción

El gran mito de la banca suiza como custodia y protectora de fortunas mal habidas vuelve cada tanto a mostrar que tiene fundamentos. A principios de 2022, el banco fue objeto de una investigación publicada por un consorcio de medio centenar de medios internacionales, que lo acusaban de haber guardado durante décadas fortunas de personas ligadas a la corrupción.

Esas fortunas incluían las de personas ligadas a la petrolera estatal de Venezuela, líderes de Medio Oriente o altos funcionarios de inteligencia de países colaboradores de Estados Unidos en materia antiterrorista, si bien el banco defendió que muchas de esas cuentas sospechosas llevaban ya años cerradas.

Mucho antes, en 2020, Credit Suisse se vio inmerso en otra polémica por el descubrimiento de casos de vigilancia ilegal ordenada por responsables de distintas áreas a altos cargos de la entidad poco antes de ser contratados por firmas de la competencia. Un escándalo que se saldó con la renuncia del entonces consejero delegado, Tidjane Thiam.

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