¿Un 4% de edificios escolares en mal estado es mucho o poco? ¿Un 80% faltante de auxiliares de limpieza y conserjes en las escuelas, es mucho o poco, aunque los reemplacen con empleados de cooperativas? Depende, todo depende porque los datos no son claros. El Estado sólo da a conocer cuando se hacen arreglos en las escuelas –el 2 de marzo el gobernador Juan Manzur mostró cómo inauguraban tres aulas en un establecimiento de Alberdi y el 23 de febrero había mostrado otras 12 en la escuela de Manantiales Sur- pero no se tiene una visión completa de la realidad edilicia escolar. Quizás, si se lo piensa irónicamente, los datos estén guardados en alguna de las 19 cajas con que el ministro Juan Pablo Lichtmajer respondió en la interpelación legislativa hace dos años. Ahora, en esta contingencia, previo al comienzo de clases, él pintó un cuadro tranquilo: “estamos trabajando a toda máquina en toda la provincia. No paramos en todo el verano en lo que se llama el aprestamiento escolar… naturalmente puede surgir alguna circunstancia que se resuelve en el momento. Vamos a tratar de repetir las experiencias de años anteriores, donde se empezó las clases en tiempo y forma, y con las escuelas en condiciones adecuadas”.
Pero el comienzo en tiempo y forma rápidamente se trocó en comienzo con tropezones. El primero fue el rumor del cierre de escuelas rurales. “Nuestro gobierno no cierra escuelas, abre escuelas”, retrucó el ministro en una conferencia, para replicar una nota de LA GACETA sobre la inquietud de padres de escuelas rurales alejadas del sur. Al final quedó semiaclarado que se trataba de un programa de modificación del sistema, no totalmente resuelto porque había que conversar de qué se iba a hacer con 17 escuelas rurales. No se sabe cuántos estudiantes y docentes abarca eso.
Después estalló el problema de las cuotas de los colegios privados con subvención estatal, que salieron con aumentos espeluznantes. El ministro también fue contundente al advertir que se autorizaba un 16,7% y los colegios están que trinan pidiendo auxilio para aumentar más. Hubo un detalle que denunciaron y que aún no se aclaró: dicen que en diciembre se les autorizó un aumento para los docentes pero no se les habilitó el traslado de ese costo a las cuotas. Y que plantearon eso para que se negociara en febrero. El tema, que está en plena discusión, salió a la luz pública por la protesta pública de los padres a los que sacudieron con los aumentos desmedidos.
“Niños fantasmas”
El día de la inauguración de las clases una periodista de LA GACETA visitó los exteriores de la escuela Mitre. No había clases por paro de los docentes autoconvocados, disconformes con el arreglo salarial. Pero adentro del edificio, en sus depósitos, había otra escuela, la Zavaleta, que sí tenía clases. Su edificio, una vieja casona en calle Virgen de la Merced, que está con peligro de derrumbe, está clausurado desde septiembre. Su comunidad escolar fue enviada a la Mitre. Lo había denunciado la opositora Nadima Pecci dos días antes del comienzo de clases. Hace pocos días lo ratificó en una denuncia el opositor José María Canelada, que dijo que hay 40 edificios escolares con problemas. Ese es el 4 % de las 1.086 escuelas de gestión pública. Canelada estaba acompañado por padres de las escuelas Zavaleta y del Niño Jesús. En ese informe dio a conocer datos por lo menos inquietantes: “Segundo y tercer grado (de la Zavaleta) comparten un pasillo, un aula donde la maestra de segundo habla mientras la de tercero espera en silencio y luego la de tercero da su clase mientras la de segundo calla. Como no había ninguna certidumbre, muchos padres cambiaron a sus hijos. Otros no conseguimos lugar. Nos prometieron un edificio para este año, pero dos días antes de que comiencen las clases nos dijo la supervisora que no soñemos con eso, que el presupuesto era para hacer arreglos, no para alquilar otro edificio. Nuestros chicos están compartiendo en espacios reducidos, son depósitos que tenía la Mitre, algunos no tienen ni ventanas”, dijo la madre María Tedesqui (citada por el legislador). Otro dato: a los de la escuela especial Niño Jesús los trasladan de un lado a otro desde 2018 y les dicen “niños fantasmas”, según la madre Silvana Cheda (también citada por el legislador): “Les han dado clases en una cocina con todo el riesgo que implica, también en una galería. El año pasado estuvimos en la Moreno al 261, con promesas de que en un tiempo breve iba a estar el establecimiento para nuestros hijos. No pasó. En febrero nos dijeron que los iban a trasladar y ayer nos mandaron un mensaje para presentarnos en la Escuela Técnica Juan XXIII. No tenemos edificio propio”.
Clases, día por medio
Pero en estos días aparecieron otras cosas. La visita a la escuela Ciudadela mostró una comunidad inquieta, en la que los chicos van a clase día por medio porque la escuela está todavía en obras desde hace un año cuando se cayó el cielorraso del patio. En la escuela de Comercio de Concepción los alumnos debieron hacer una sentada para que les manden las 300 mesas y sillas faltantes. Ahí usaban puertas como escritorios. Después del reclamo fue el legislador ex opositor Raúl Albarracín a llevar el mobiliario y salió en la foto. En la Patricias Argentinas reclamaron hace unos días porque están sin agua y el Gobierno le echó la culpa a la insólita circunstancia de que están creciendo los edificios en la avenida Mate de Luna.
¿Qué otros reclamos aparecerán? El Gobierno tiene desde el año 21 un Plan Integral de Reparación de Edificios Escolares con un equipo grande dedicado, integrado por la Secretaría de Bienestar Educativo y su Subsecretaría, una Secretaría de Fortalecimiento de la Gestión Escolar, una Subsecretaría de Infraestructura Escolar y una Subsecretaría de Construcciones Escolares. Ellos tendrían que saber qué escuelas faltan.
Ahorrar costos
El lunes pasado apareció también el reclamo de los padres autoconvocados de las escuelas de los Valles Calchaquíes, que pedían que se nombren conserjes y auxiliares de cocina y limpieza. Dijeron que faltan 80 personas al menos en 10 escuelas. Serían 17 establecimientos. Y sacaron a luz el hecho de que este gobierno no ha nombrado en la última década personal para esas tareas y en los Valles, donde hay escuelas con jornada completa, se agudizó el problema de que no había quién les cocine a los alumnos. Venían de lejos, no les podían dar desayuno y tenían que mandarlos a la casa de vuelta sin comer. Los padres rechazaron el ofrecimiento de que vayan cooperativas de trabajo porque –dijeron- con el paso de los días no cumplen sus tareas. El legislador José Ricardo Ascárate dijo que esas cooperativas están politizadas y habló de posibles negociados para tercerizar la limpieza. “De ahí a las escuelas shopping de Menem, hay un paso”, dijo. Añadió que en la interpelación a Lichtmajer de hace dos años le preguntó por la no designación de conserjes. Según él, el ministro dijo que se hacía para ahorrar gastos. Ahora, tras decir que se iba a hacer en los Valles un sistema mixto –nombrar conserjes y poner cooperativas- Lichtmajer acordó con los padres nombrar a ocho personas (pedían llenar las 80 vacantes) y conversar para mejorar paulatinamente.
La polvareda comienza a bajar. Pero el problema tiene raíces estructurales. En marzo de 2021 fue el escándalo de los 500 trabajadores auxiliares ad hoc de la Fundación Niños Felices de Villa Quinteros que reclamaban la paga de dos meses por limpiar casi medio centenar de escuelas del sur tucumano. Ahora aparecen casos como el de la ayudante de cocina en la Comercio de Concepción que está desde hace 27 años en negro. Los padres de las escuelas vallistas contaron que muchos de ellos hacen esa tarea. ¿El sindicato que aglutina al personal de maestranza y auxiliar en el Estado no tiene nada que decir sobre el hecho de que en los últimos diez años no han sido reemplazados los conserjes que se fueron jubilando? Hay fuentes que dicen que se trata de 3.500 cargos. Eso sería, dicen, el 80% faltante. Pero no hay información oficial.
Como sea, acaso la estructura burocrática y pesada del Estado contribuye a esa opacidad sobre este problema. ¿Cómo van a saber qué escuelas necesitan agua, remplazo de vidrios o arreglo de baños si no tienen quién haga prevención y avise de los problemas? Es como ahorrar plata para tener equipos tercerizados para ir hacer reparaciones o a hacer la limpieza. O a cocinar. Puede ser un sistema. También podría dar lugar a un negociado, como piensa mal la oposición. A los padres de los Valles no les gusta. Pero debieron conformarse, por ahora.








