Al borde del papelón político y del fracaso electoral

Juan Manuel Asis
Por Juan Manuel Asis 12 Marzo 2023

“¿Saben cual es la diferencia que hay entre nosotros y ellos? Se los voy a decir: ¡que ellos están jugando una final y nosotros no!”. (Didier Deschamps, entrenador de la selección de fútbol de Francia)

Si usted está interesado en el discurrir electoral de la provincia o bien si es un militante activo de un espacio político, seguramente entenderá el porqué de recurrir a la reflexión de un director técnico laureado mundialmente para tratar de graficar lo que pasa en el oficialismo y en la principal fuerza opositora en Tucumán. Y no metafóricamente. Unos están jugando y haciendo todo a su alcance para ganar y otros parece que lo hacen para perder. Sin vueltas.

Un papelón que bordea el chiste, el mejor que le pueden hacer al PJ, que mira sonriente y burlón desde la tribuna como sus adversarios se matan entre ellos. O peor, que alguno de ellos esté actuando de manera exprofesa, por las razones que sea, para facilitarle la victoria al Frente de Todos por Tucumán. Es que la oposición no ha construido un líder, un aglutinador de voluntades que diga cuál es el camino a seguir y como ejecutar el plan. Sólo hay jefes territoriales que no logran ponerse de acuerdo en algo muy superior a sus intereses personales, como lo es responder al anhelo de una porción de la ciudadanía tucumana que hace años aguarda la aparición de una fuerza opositora con real vocación de poder y con verdaderas ganas de desplazar al justicialismo de la Casa de Gobierno. Es lo que menos se vislumbra. No lo muestran.

La impresión es que se han resignado a convertirse cada cuatro años en facilitadores y validadores, con su participación fragmentada, del triunfo del justicialismo. Y si llegan divididos en varias ofertas electorales al 14 de mayo no habrá denuncia de fraude que valga, menos si el oficialismo aceita -como lo está haciendo- su aparato político-institucional. En las últimas elecciones, entre votaciones provinciales y nacionales el Gobierno mantiene una clientela electoral propia de entre 400.000 y 500.000 votos. La oposición, unida como Juntos por el Cambio, obtuvo casi 390.000 votos en 2021, y estuvo a dos puntos de diferencia de lo que logró el Frente de Todos. ¿Van a desperdiciar ese esfuerzo?

Siguiendo con frases célebres futboleras para adaptarlas a la realidad política local bien se podría recurrir a otro perdedor francés de la copa mundial para reflejar el sentimiento que debe anidar en los votantes opositores que reniegan o no simpatizan con el peronismo: “esto es algo que pasa sólo cada cuatro años, pongamos más intensidad, metámonos en los duelos”. Lo dijo Kylian Mbappe, para acompañar la arenga del entrenador de los galos. Como todos lo saben a esta altura, fueron derrotados por Messi y compañía, porque como lo dijo el capitán argentino fueron un equipo con un objetivo. En la oposición hay jugadores pero falta el equipo, pero sobre todo necesitan de un líder persuasivo de visión amplia y ciertamente ambicioso. ¿Quién pondrá en vereda a los muchachos que pregonan una necesidad de cambio pero que al parecer no son capaces de modificar conductas políticas que los han convertido en eternos segundos? ¿Quién será el Labruna que romperá la racha de 18 años sin títulos -siendo muchas veces segundo en ese lapso- convirtiendo a River campeón en 1975? Paréntesis: tremendo equipo setentista el “millonario”: Fillol, Perfumo, Alonso, Morete y Mas.

Retomemos: ¿será Macri el ordenador?, ¿Rodríguez Larreta?, ¿Gerardo Morales? La pregunta es si se atreverán a intervenir y dar una bajada de línea, a ordenar una juntada real. Más aún, si eso sucede la gran duda -y el temor- es que los de aquí no les hagan caso, y que sigan en la suya. Sería una peligrosa desautorización a dirigentes que están peleando a nivel nacional como referentes de Juntos por el Cambio, un riesgo que deben estar midiendo seriamente a la hora de resolver si es conveniente mediar o no. Flaco favor le harían a las pretensiones de JxC de desplazar al Frente de Todos de la Casa Rosada.

Cómo explicarán que no pudieron unir a los opositores tucumanos para darle batalla al oficialismo. Máxime cuando los comicios locales son uno de los primeros en el calendario electoral del país, lo que los convierte en una vidriera política, porque lo que suceda servirá para potenciar la campaña a nivel nacional. No es lo mismo perder categóricamente que fracturarse por egoísmos y celos personales que salir segundos dejando jirones en la batalla, las lecturas serían distintas y se valorarán políticamente de otra forma; y si triunfan ni qué hablar. ¿Imaginarán un slogan tan potente como, por ejemplo: Tucumán, cuna del cambio?

Parece que no, por lo menos de acuerdo a lo que se viene observando en los últimos días. En este punto vale echar mano de una frase muy citada en la actividad política por el peso histórico del dueño de la sentencia: “el político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene, y de explicar después por qué no ha ocurrido”. Winston Churchill. ¿Estarán preparados para ese después, para explicar por qué no se juntaron y por qué no pudieron cortar la racha de 24 años ininterrumpidos de hegemonía en el poder del PJ? Ya les queda menos para ponerse de acuerdo, pues el calendario se les vino encima sin carnaval ni comparsa.

En este punto hay que detenerse para hacer algunas consideraciones, pues el cronograma electoral impone sus caprichos, viene con algunas trampitas y con plazos irrazonables e inentendibles. Esto lo convierte en una herramienta para multiplicar las picardías políticas, amparadas a la sombra de la ausencia de una legislación que materialice algunos controles por parte de la Junta Electoral y que hoy no existen; porque la ley no los contempla.

Veamos algunas en medio de la crisis de la (¿ex?) principal fuerza opositora y de la disciplina electoral que expone el PJ, que viene haciendo bien los deberes electorales. Por ejemplo, en el cronograma provincial se estableció que el 6 de marzo vencía el plazo para la presentación de alianzas o frentes electorales y que el 14 de este mes -o sea el martes- culmina el plazo para que las distintas agrupaciones políticas realicen las internas cerradas. ¡Tan solo ocho días entre una y otra fecha! Ocho días para que, por ejemplo, esas coaliciones elaboren un calendario electoral interno que contemple plazos para definir planilla de electores, día para hacer reserva de colores, fecha para designar precandidatos, para las impugnaciones, para oficializar listas, para el tiempo de campaña y la jornada de votación; de mínimo. ¡Todo eso en ocho días! Imposible.

La ley orgánica de partidos políticos (5.454) lo permite, ya que dispone que las organizaciones partidarias deben elegir sus candidatos en internas cerradas entre 60 (como en este caso) y 90 días antes de la elección general. Legal, pero irrazonable. La propia norma permite superar este trance cuando establece (artículo 41) que no es necesaria la celebración de la elección interna cuando exista sólo una lista inscripta para competir.

Es lo que hizo diligentemente el oficialista Frente de Todos por Tucumán, que presentó la lista “Juntos y unidos triunfaremos” cubriendo todos los cargos ejecutivos y legislativos de las tres secciones electorales; la lista oficial. Esta acción le impide cambiar algún nombre de la nómina porque la dio a conocer, por lo que será la boleta que deberá presentar el 14 de abril, día de inscripción de los candidatos oficializados por las agrupaciones políticas.

Sin embargo, y he aquí un contrasentido del calendario electoral y un vacío normativo, ya que emplaza a los partidos a realizar internas cerradas hasta el martes, pero nada dice de la obligatoriedad de dar a conocer las nóminas de candidatos. Por lo que el martes se podrán presentar las fórmulas gubernamentales pero no la lista completa, lo que sí se debe hacer dentro de 33 días, el 14 de abril. En este lapso puede pasar de todo, como cruzar nombres, incorporar candidatos, hasta de otras fuerzas. He ahí una debilidad o una ausencia de claridad en el cronograma y en la legislación: ¡ocho días para desarrollar un cronograma electoral interno en las estructuras partidarias para designar los candidatos en internas cerradas y 33 días para hacer los cambios que se quieran en esas nóminas!

O sea, a los referentes opositores de las inscriptas alianzas “Juntos por el Cambio” y “Juntos para Cambiar Tucumán” les queda hasta el martes para presentar sus respectivas fórmulas gubernamentales o para acordar una fórmula consensuada por imposición del sentido común o por eventuales presiones nacionales para que, realmente, salgan juntos. Luego tendrán 33 días para armar y desarmar las listas de candidatos para inscribirlas el 14 de abril, compitan o no unidos. Hasta el momento, todo indica que juegan en favor de los intereses del oficialismo que está en plena campaña electoral, promocionando mitines de 20.000 personas.

Como diría aquel francés que no pudo evitar la derrota, el PJ está jugando ya la final. La gloria se da sólo a quienes siempre la han soñado, diría otro histórico del siglo XX y contemporáneo de aquel famoso primer ministro inglés: Charles de Gaulle.

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