Cartas de lectores: Victoria Ocampo: homenaje

10 Marzo 2023

Nació en 1890 en el seno de una familia tradicional de nuestro país y fue la mayor de seis hermanas. La única mujer latinoamericana que asistió a una de las sesiones del juicio de Núremberg, después de la Segunda Guerra Mundial. La primera mujer en obtener un registro de conducir vehículos en la Argentina y la primera también en ser elegida miembro de la Academia Argentina de Letras. Se llamaba Ramona Victoria Epifanía Rufina Ocampo (Victoria Ocampo) y fue intelectual, ensayista, editora, filántropa, traductora y sobre todo mecenas de escritores. Gabriela Mistral (premio Nobel chilena de literatura) supo decir acerca de ella: “por su influencia positiva Victoria Ocampo cambio la dirección de la lectura de varios países en Sudamérica”. Indudablemente la galardonada escritora se refería de seguro a la revista Sur. Es que con esa personalidad polifacética y entusiasmo abrumador Victoria fundo una publicación bimestral, en 1931, a la que llamo Sur y a través de la cual difundió y publico por más de 40 años las obras de innumerables literatos, nacionales e internacionales, como: Borges, Bioy Casares, Sábato, Cortázar, Malraux, Virginia Woolf, Nabokov, etc. Había recibido de niña una importante educación con énfasis en estudios sobre historia, literatura e idiomas como el francés y el inglés, que hicieron que despertara en ella su pasión por la literatura y su eventual promoción. En 1941 se instaló en su residencia (y que hoy se puede visitar) de Villa Ocampo, un centro de irradiación cultural, hoy perteneciente a la UNESCO y allí recibió a figuras como Tagore, Camus, Graham Green, y Roger Callois. Sin dudas Victoria Ocampo fue una de las grandes protagonistas de la cultura del siglo pasado en la Argentina. Una verdadera ciudadana del mundo, viajera incansable, que dedicó su vida a fomentar el amor al conocimiento. Adelantada a su época, y poco reconocida en nuestro país. Jorge Luis Borges escribió sobre ella al morir en 1979: “Victoria Ocampo tuvo el valor de ser un individuo, dedico su fortuna a la educación de su país, y de su continente. Personalmente le debo mucho, pero mucho más como argentino”. En el día de la mujer vaya pues mi sencillo y sincero homenaje a quien, contra viento y marea, puesto que hasta fue arrestada en 1953 y fue presa política, trabajo incesantemente por nuestro país. Mi padre que era un gran lector, atesoraba muchos de los ejemplares de la revista Sur en su biblioteca. De uno de ellos (el n° 268) al cumplir 30 años son estas frases: “Se sabe que el escritor no escribe para el proletariado, ni para la oligarquía, ni para la burguesía. Si el proletariado, la oligarquía y la burguesía lo leen, o se esfuerzan por leerlo, mejor. El escritor escribe. Y todo depende de que lo haga bien o mal. Una aristocracia (no la de la sangre o del dinero) lo comprenderá”.

Juan Leopoldo Marcotullio

marcotulliojuan@gmail.com

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