Tenis: Europa no está tan lejos

Los torneos ITF, como los que se disputan por estos días en Tucumán, son propicios para descubrir toda clase de historias. Por courts y vestuarios circulan tenistas de las más diversas latitudes, en buena proporción jóvenes que empiezan a recorrer el camino del profesionalismo y van juntando puntos de a poco para ascender en el ranking. También están los experimentados, incansables trotamundos del circuito que construyen su carrera semana a semana. Lo cierto es que detrás de cada raquetazo hay algo para contar, y si tiene alguna ligazón con Tucumán, mucho mejor.

Es el caso de dos europeas que se presentaron esta semana en el Lawn Tennis y que, por distintos motivos, están relacionadas con la provincia. Una es la polaca Xenia Bandurowska; otra la italiana Francesca Falleni. Junto a ellas hay tucumanos que explican su presencia por estas latitudes.

Desde Polonia

Igal Buberman nació en Yerba Buena y tiene una larga trayectoria como entrenador en varios países. Hoy le toca conducir a Bandurowska, quien debutó con un triunfo sobre la argentina Luisina Giovannini y luego perdió con la francesa Emma Lene. Su desafío es desarrollar y guiar el potencial de Xenia, una joven de 18 años que es una de las promesas del circuito.

Buberman y Bandurowska unieron sus caminos hace 10 meses. “Desde que tenía 12 años ella trabajaba con un preparador físico que era amigo mío, y él me recomendó cuando tuvo que dejar ese cargo”, explica el tucumano, quien se mudó a Estados Unidos hace 25 años para estudiar y competir en el Spring Hill College en Mobile, Alabama (se tituló en Marketing).

La larga experiencia de Buberman incluye un gran abanico de categorías: entrenó desde niños hasta jugadoras WTA. Explica que Xenia mostró buenos resultados en juniors, pero que le faltaba dar un paso para insertarse en el profesionalismo, por lo que prioriza el desarrollo técnico y estratégico, además de la preparación mental. “Su proyección es seria y tiene una formación que le permite aspirar a llegar a un ranking importante. Está mejorando a una velocidad muy rápida”, destaca.

Xenia comentó que siente mayor presión participando por segunda vez en la provincia, ya que estuvo en octubre pasado. Reveló que le gustan la comida y la ciudad, pero sobre todo destacó la calidez de la gente, ya que la tratan como si fuera de la familia. “Tucumán es el lugar en el que mejor me siento y donde juego mejor”, sintetizó.

La vía italiana

A lo largo de su carrera en el tenis Roberto Barraquero pasó por muchos países, entre ellos Italia. Allí, conoció a la familia Falleni, quienes lo hospedaban y además eran sus sponsors en Milán. Por eso entabló un vínculo más allá de lo profesional: ya eran familia y el lazo se mantuvo firme a lo largo de los años. Así fue que su camino se cruzó con el de Francesca Falleni, quien apenas era una niña cuando Roberto jugaba de manera profesional.

A medida que pasaron los años, Barraquero volvió a Tucumán y se concentró en su proyecto personal, su academia de tenis y comenzó a trabajar como entrenador, labor en la que ya lleva 17 años. La oportunidad de ser anfitrión no iba a faltar y el torneo tucumano era ideal. Roberto la invitó y así fue que Francesca llegó por primera vez al “Jardín de la República”. “Tucumán me gusta mucho, sólo que hace mucho calor y yo no estoy para nada acostumbrada a eso”, bromeó.

Ella tiene 23 años y se mueve en el polvo de ladrillo de manera potente y agresiva. Barraquero es su entrenador en este torneo: “me gusta mucho estar acá con él porque tiene otra manera de ver las cosas. Tengo mis entrenadores en Milán pero siempre me gusta escuchar otra opinión”. ¿Qué otra cosa se lleva Francesca de los tucumanos? “Probé las empanadas y son las mejores que comí en vida”, sostuvo. Falleni empezó ganando, pero luego cayó por un doble 6-1 con la española Rosa Vicens Mas. (Producción periodística: Joaquín Espeche y Marina Sosa)