Por Lucía Lozano
14 Febrero 2023
CORAZÓN ROTO. Estrés, preocupaciones, un gran susto o transitar por un duelo amoroso afectan la salud.
¿Sabías que sí se puede romper un corazón? No es una leyenda, o algo que suceda cada vez que sentimos tristeza o que sufrimos un desamor. Es algo que puede ocurrir por ejemplo por estrés, y es importante saber de qué se trata para poder consultar a tiempo o ayudar a quien presenta estos síntomas.
Los cardiólogos aprovecharon el Día de los enamorados y nuestra costumbre de asociar el amor al corazón para darnos consejos sobre la enfermedad conocida como “El síndrome del corazón roto”, también llamado “miocardiopatía inducida por estrés” o “miocardiopatía de takotsubo”. Esta puede afectar a cualquier persona, incluso aquellas que no tienen ninguna predisposición a sufrir enfermedades cardíacas.
“Tako-tsubo” es el nombre de una trampa usada por los pescadores en Japón para atrapar pulpos. Es una vasija de forma abombada y con el cuello estrecho que se parece mucho a la forma que adquiere el corazón tras sufrir este tipo de injuria, explica el doctor Luis Aguinaga, titular de la Federación Argentina de Cardiología (FAC).
Este síndrome se caracteriza por tener una presentación similar a la del infarto de miocardio, con síntomas como dolor de pecho, falta de aire, electrocardiograma anormal, enzimas cardíacas elevadas y disminución de la irrigación del corazón, que en este caso no se debe a la oclusión de una arteria por un coágulo de sangre como en la enfermedad aterosclerótica, explicaron en un comunicado desde la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) y la Fundación Cardiológica Argentina (FCA).
En el Síndrome de Takotsubo, la parte del corazón afectada por la disminución del flujo de sangre (habitualmente la punta del corazón) suele contraerse inicialmente con menos fuerza. En la mayoría de los casos esta debilidad se recupera transcurridas algunas semanas y el corazón vuelve a contraerse normalmente. En el 85% de los casos reportados son mujeres postmenopáusicas, que, tras sufrir una situación de estrés inesperado (físico o emocional) presentan una liberación excesiva de adrenalina.
La historia de Blanca
“Blanca, de 55 años, llegó a mi consultorio después de dos años de estar muy angustiada porque había cuidado durante un año entero a su marido enfermo y luego él falleció. A pesar de no haberse sentido bien, los trámites y el cansancio retrasaron su consulta”, cuenta la médica Carolina Salvatori, asesora del Consejo de Cardiología Clínica de la SAC.
Y continúa: “cuando le realizo el electrocardiograma, me quedo sorprendida al encontrar una cicatriz nueva en su corazón (un infarto). Entonces, le consulto si había experimentado síntomas. Blanca me relata que dos días antes de fallecer su esposo, y en el contexto de una internación, sintió un dolor muy fuerte en su pecho con una gran sensación de angustia, pensando y justificando su dolencia producto de la situación de estrés”.
El de Blanca es tan solo un ejemplo de los casos que llegan al consultorio o a una guardia. Hay situaciones (separación, duelo, despido laboral, desastres naturales o muerte de mascotas, entre otras) en las que por emociones extremas una persona puede desarrollar un infarto, explica Gustavo Paterlini, presidente de la Sociedad de Cardiología de Tucumán. También por estas circunstancias estresantes pueden presentarse enfermedades del músculo cardíaco que simulan un infarto, añade.
“Si bien la causa más frecuente de infarto de miocardio es la enfermedad aterosclerótica, producto de factores de riesgo cardiovascular (modificables) como la hipertensión arterial, dislipemia, tabaquismo, diabetes, obesidad, factores psicosociales, entre otros, o (no modificables) como antecedentes genéticos o la edad, existe el llamado ‘Síndrome de Takotsubo’ o miocardiopatía por estrés, que fue descrita en los años 90 en Japón”, afirmó la Salvatori.
El papel de la adrenalina
Es importante -según los cardiólogos- tener en cuenta que ante una situación que nuestra mente considera amenazante, la adrenalina es liberada inmediatamente para prepararnos tanto para hacer frente a esa situación (lucha), como para evadirla o alejarnos (huida).
La adrenalina tiene efectos tanto sobre el corazón (causa taquicardia, que es el aumento de las pulsaciones) y un cierre sobre los vasos sanguíneos (vasoconstricción), produciendo por ambos mecanismos una disminución muy importante o directamente el cese del flujo de sangre que alimenta al músculo cardíaco.
“En otros casos en que la situación nos sobrepasa podemos incluso quedarnos ‘paralizados’ o perder el estado de conciencia (síncope), como parte de un mecanismo antiquísimo de afrontamiento a situaciones de estrés”, agregó el doctor Julio Giorgini, miembro de la FCA.
Desde la SAC y la FCA afirman que es posible cuantificar los niveles de colesterol, de presión y de glucemia, pero es difícil cuantificar cuán estresada, deprimida o triste está una persona. Sin ninguna duda, el corazón y las emociones están relacionados y lograr un buen manejo del estrés es tan importante como tratar aquellos factores clásicos como la hipertensión, el consumo de tabaco, el azúcar en sangre o colesterol elevados o el sobrepeso. “El estrés es un gatillo de los eventos coronarios”, apunta Aguinaga.
Según un comunicado de la FCA, los ataques de ira o enojo incrementan las probabilidades de infarto, accidente cerebrovascular o arritmias cardíacas malignas hasta en un 20% y la mayor parte de estos episodios ocurre dentro de las dos horas posteriores al enojo o ataque de ira.
Afortunadamente, el síndrome del corazón roto no hace justicia a su nombre y la tasa de complicaciones graves es relativamente baja si no hay comorbilidades (presencia de otros trastornos).
Los síntomas suelen parecerse a los de un ataque cardíaco - dolor en el pecho, falta de aire- y los médicos sostienen que siempre hay que pedir ayuda a los servicios de emergencia. También cuando los latidos del corazón son muy rápidos o irregulares o cuando se siente falta de aire.
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