¿Qué haremos con ChatGPT en la escuela y en la universidad?

¿Qué haremos con ChatGPT en la escuela y en la universidad?

La inteligencia artificial hasta hace unos meses estaba presente de manera diseminada y escasa en los ámbitos universitarios. Solo las carreras técnicas estaban atentas a su evolución en los últimos años y sus estudiosos ya sabían del potencial que representaba esta tecnología. Sin embargo, el año pasado se produjo una serie de hechos que, como un dominó, desencadenó una avanzada inesperada y muy rápida de debates que deberán afrontar un espectro mucho más amplio del ámbito educativo.

Los efectos educativos de la aparición de ChatGPT ya no son solo una serie de hipótesis. En las últimas semanas el Departamento de Educación de Nueva York, en Estados Unidos, decidió bloquear la utilización del novedoso robot en todas las escuelas públicas de dicha ciudad. Sus autoridades temen que la inteligencia artificial sea utilizada para el plagio de trabajos por parte de sus alumnos, pero además también prohibieron su utilización a los maestros de los establecimientos. “Debido a las preocupaciones sobre los impactos negativos en el aprendizaje de los estudiantes y las preocupaciones sobre la seguridad y precisión del contenido, el acceso a ChatGPT está restringido en las redes y dispositivos de las Escuelas Públicas de la Ciudad de Nueva York”, dijo Jenna Lyle, subsecretaria de prensa de las escuelas públicas de Nueva York, a través de un comunicado. La ola de prohibiciones está creciendo en Estados Unidos, ya que escuelas públicas de Seattle y de Los Ángeles también pusieron límites similares al uso de la aplicación desde diciembre. Del otro lado del océano, en Francia también están en alerta y el Instituto de Estudios Políticos de París, uno de los más prestigiosos centros de investigación, optó por sancionar a los alumnos que utilicen inteligencia artificial para sus trabajos y amenazó que podrían ser expulsados de sus carreras.

Sin embargo, no es la primera vez que una tecnología digital pone en alerta al ámbito educativo. Cuando todavía no estaba popularizado el uso de internet, el programa Encarta, de Microsoft, apareció como una gran enciclopedia que cabía en un disco compacto. Fue, en ese entonces, una revolución, como también lo fueron los foros, los blogs, Wikipedia y El Rincón del Vago, por estas tierras. Pero en esta oportunidad estamos ante una tecnología que no tiene por atrás a personas que dedicaron su tiempo a compilar información que ya estaba disponible en otras plataformas. Aquí existe un algoritmo -creado por personas- que elige según complejos criterios cómo elaborar un nuevo contenido. De hecho, las siglas GPT hacen referencia a un modelo de lenguaje que emplea aprendizaje profundo para diversas tareas relativas a la comprensión y generación de texto. Se trata de contenido original que ha sido generado por un robot entrenado para ello.

Según la Real Academia Española, el acto de “plagiar” está definido como “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias” y aquí está uno de los puntos más interesantes que ha despertado ChatGPT. ¿Sus textos creados pueden ser considerados plagio? ¿El estudiante que utiliza la aplicación está copiando o está creando algo nuevo? ¿Se puede aprender y analizar contenidos a partir de la utilización de una inteligencia artificial?

Tal es la controversia que ha desatado el lanzamiento de esta aplicación que la compañía que está por detrás de su desarrollo, OpenAl, ha puesto a disposición una herramienta gratuita capaz de “distinguir entre textos escritos por seres humanos y textos escritos por inteligencia artificial”. El usuario solo debe pegar un texto y el sistema le reportará si cree que es “muy improbable, improbable, posible o probable” que este haya sido generado por una inteligencia artificial. Investigadores de la Universidad de Stanford también lanzaron su propio sistema de reconocimiento de textos generados por esta tecnología y según sitios especializados, Google estaría trabajando en su algoritmo para castigar a los sitios que utilicen ChatGPT para posicionarse en los mejores lugares de sus resultados.

El desafío es complejo, pero apasionante. Sin dudas es una de las instancias más inquietantes en los últimos años en el que la tecnología interpela múltiples capas de lo social y lo cultural de nuestra época. El abanico de acciones que podemos hacer en campo educativo será cada vez más grande, desde prohibir por completo la utilización de inteligencia artificial, hasta detectarla y por qué no aprovecharla para pensar nuevos usos y posibilidades de aprendizaje. Por ahora las preguntas siguen creciendo y eso ya es un buen momento.

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