Tres detenidos fueron víctimas de una estafa virtual

Tres detenidos fueron víctimas de una estafa virtual

Un hombre se hizo pasar por juez y consiguió datos de los reos. Les cobró dinero a los familiares para que les den arresto domiciliario.

Tres detenidos fueron víctimas de una estafa virtual

“Sólo en Tucumán puede pasar algo así”, fue la observación de uno de los investigadores que está al frente de la pesquisa. Tres presos fueron víctimas de una estafa virtual. Sí, leyó bien. Una persona que se hizo pasar por un juez de la provincia les pidió dinero a los familiares de los reos para que les otorgaran el arresto domiciliario. El timador se quedó con más de $400.000 con esta maniobra, según consignaron fuentes policiales.

El insólito episodio se registró el viernes en la comisaría de Simoca, al sur de la provincia. Según consta en la investigación, una persona que se hizo pasar por el juez Mario Alejandro Martínez llamó al teléfono de la dependencia policial y pidió hablar con la oficial de turno, que en este caso, era Daiana Álvarez. Habrían mantenido el siguiente diálogo:

- Estafador: Buenos días, habla el juez Martínez del Centro Judicial Capital. Necesito hablar con el jefe de la comisaría.

- Policía: Buenos días, ya le comunico con la oficial Álvarez que está a cargo.

- E: muchas gracias.

- Oficial Álvarez: Buenos días (primero se presenta). ¿En qué puedo ayudarlo?

- E: Necesito que en un plazo de una hora me envíe los datos de todas las personas que allí se encuentren detenidas por los delitos de abuso sexual y violencia de género. Además, también necesito que me pasen los números de celulares de sus familiares. Necesito ese informe en una hora. ¿Entiende?

- Oficial Álvarez: sí, señor.

La responsable de la comisaría de Simoca se comunicó con sus superiores para contarles la novedad y pedirles instrucciones. Ellos le habrían facilitado los datos de 11 detenidos, que están procesados o cumpliendo pena en los calabozos de la comisaría desde 2020 hasta la fecha. Los uniformados no tuvieron mayores detalles sobre lo que se hizo con la información que habían brindado.

El otro paso

Con los datos en su poder, el estafador empezó a comunicarse con los familiares de los detenidos. LA GACETA, al entrevistarse con varias de las potenciales víctimas, logró reconstruir lo que podría haber sido la segunda etapa de la estafa.

- Familiar 1: (suena el celular) Hola…

- Estafador: Buenas tardes, ¿me comunico con el familiar de XX? (su nombre se mantiene en reserva por cuestiones legales).

- F1: Sí… ¿En qué lo puedo ayudar?

- E: mire nos comunicamos de parte de la fiscalía para proponerle un trato…

- F1: ¿Un trato? ¿De qué me habla?

- E: Tenemos la posibilidad de que a su pariente se le otorgue el arresto domiciliario. Para ello le conseguimos una pulsera y va a su casa…

- F1: ¿Y qué tengo que ver yo en todo eso?

- E: Para que pase eso, usted debe hacer una transferencia de $500.000 a una cuenta que yo le voy a pasar y después se va a su casa.

- F1: No pienso pagar… ¿Quién habla? Lo voy a denunciar porque lo que usted dice es mentira…

- E: corta el teléfono y no se comunica más.

Hasta aquí no se sabe cuántas personas fueron estafadas, ya que hasta el momento no hicieron ninguna denuncia formal sobre el caso. Pero sí se sabe que al menos tres aceptaron la propuesta. Lo habrían hecho de esta manera:

- Estafador: Buenas tardes. ¿Hablo con el pariente de XX?

- Familiar 2: Sí. ¿Le pasó algo?

- E: No, pero su vida puede cambiar en cualquier momento…

- F2: No entiendo. ¿De qué me está hablando?

- E: Trabajo en tribunales de la Capital. Podemos llegar a un trato para que su ser querido vuelva a su casa…

- F2: ¿Qué es lo que se debe hacer?

- E: Usted me paga $500.000 y a su ser querido le dan el arresto domiciliario. Es más, hasta le conseguimos la pulsera. ¿Vio que no hay? Nosotros se la conseguimos en un minuto.

- F2: Es mucho dinero, pero deje que lo piense. ¿Podría llamarme mañana?

- E: Por supuesto, pero recuerde que no hay mucho tiempo…

Al día siguiente, el delincuente vuelve a comunicarse con el pariente del detenido…

- E: Buenas tardes. ¿Ya tomó una decisión?

- F2: Sí, estoy dispuesta a pagar, pero no tanto dinero…

- E: Todo es cuestión de charlar…

Los protagonistas de esta charla llegaron a un acuerdo. El timador le da un CBU para que deposite el dinero pactado. En total, según confirmó LA GACETA, fueron tres las personas que cayeron en la trampa. Un familiar pagó $250.000, otro $150.000 y, un tercero, $20.000. “El acuerdo finalmente se terminó cerrando por el monto que ofrecía cada una de las víctimas”, explicó un investigador. Las dudas abundan alrededor de este caso, ya que hasta el cierre de esta edición ningún pariente había realizado la denuncia.

El final

Según pudo establecer LA GACETA, el estafador les había prometido a las personas que le habían pagado que en menos de una semana tendrían a sus familiares cumpliendo con el arresto domiciliario. Los días pasaron y la promesa que les habían hecho nunca se cumplió.

Los damnificados, al ver que sus familiares seguían privados de su libertad, se comunicaron con sus defensores para contarles lo que había sucedido. “Ahí se dieron cuenta de que habían sido engañados. Ahora tratamos de dar con los autores del hecho”, comentó una fuente judicial.

El caso tiene varios puntos oscuros. Por esa razón, los funcionarios del Ministerio de Seguridad iniciaron un trámite administrativo para determinar si hubo algún tipo de responsabilidad por parte del personal policial. Sí resulta llamativo que hayan brindado información confidencial con una simple llamada telefónica de un celular con la característica de otra provincia. Además, en estos días, las comunicaciones entre la Justicia y la Policía se realizan a través de WhatsApp con documentos PDF.

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