Un “Manifiesto” interpretado por Cate Blanchett asumiendo 13 roles diferentes

“Manifiesto” es una joya artística por donde se la vea. El artista Julian Rosenfeld realiza un verdadero collage con 13 personajes que, en su totalidad, son representados por Cate Blanchett en esta película estrenada en 2015.

Hace que cada uno de estos “nuevos manifiestos” esté interpretado por una aparición diferente en la pantalla, entre las que se encuentran una profesora, un titiritero, una presentadora de televisión, un trabajador de una fábrica y un sin techo, con la finalidad de elaborar una llamada a la acción contemporánea. Blanchett introduce una nueva lectura dramática a esos textos, “leídos y contados” fuera de contexto.

¿De qué se trata?

La película, que puede verse en la plataforma de streaming Mubi, se basa en escritos de futuristas, dadaístas, artistas del Fluxus, suprematistas, situacionistas, miembros del Dogma 95 y de otros grupos artísticos. Y también en reflexiones de arquitectos, bailarines y cineastas. Pasan las ideas de Claes Oldenburg, Yvonne Rainer, Kazimir Malevich, André Breton, Sturtevant, Sol LeWitt y Jim Jarmusch, entre muchos otros a través de su lente.

“La poesía corrosiva de los manifiestos de las vanguardias del siglo XX que irrumpen, en un linkeo desviado, con textos que van desde el manifiesto de Marx y Engels pasando por el constructivismo, dadaísmo, surrealismo hasta el pop y el expresionismo abstracto”, describe la revista Fotogramas.

La aventura de ruptura e insumisión de los manifiestos propuestos, transforman a este artefacto llevado al cine -que simula un filme- en un ejercicio de reflexión permanente: crítica de arte y crítica social, interpelación desde el arte que siempre es la gran grieta-grito despertador que bien nos cabe en pleno siglo XXI. Se atreven a decirnos que no saldamos las deudas del pasado. Las ruinas nos acosan desde este espejo astillado y acusan.

Cuando se presentó la película, la propia actriz australiana criticó el elitismo y reivindicó el discurso de los artistas.

Elitismo

En una entrevista con The Guardian, el artista cuenta que en lo superficial, es un experimento sobre la importancia de las palabras ya olvidadas de genios -o imbéciles- que ahora se han visto reducido a un meme en el día de su aniversario. “En lo profundo, es una llamada a las armas dirigida a los artistas, a los pensadores, a los influencers: nuestra única salvación como sociedad es estar siempre en una constante conversación. Para Rosefeldt, es algo difícil en un sistema que recorta los presupuestos de la cultura y la educación “por una buena razón: porque necesitan mentes estúpidas para ser manipuladas y que se conviertan en ovejas del consumismo”.

Aquí y allá

Aquí vemos a Blanchett siendo un mendigo gritando en un escenario post-industrial, a Blanchett siendo una madre que reza consignas en la mesa ante sus hambrientos hijos, a Blanchett siendo una exigente directora de danza y teatro, a Blanchett siendo una viuda llamando “imbéciles” a los asistentes a un funeral, a Blanchett siendo una rechoncha trabajadora sentada sobre una grúa… Blanchett, Blanchett, Blanchett y así hasta 13 personajes diferentes que la actriz adopta con una maestría que sólo puede tener una de las intérpretes más grandes de nuestra generación. La que puede acabar este experimento y decir: “Pensaba que me iba a explotar la cabeza”.

Blanchett como científica, como CEO en fiesta privada en relación con la época de gran espiritualidad de Kandinsky. “En lugar de hacer catedrales de Cristo, ‘la vida’ o el hombre, las hacemos de nosotros mismos, de nuestros propios sentimientos”, de Barnett Newman (1948), son algunas de las frases que seguramente, desde el arte, hacen reflexionar sobre la vida.