Reto ayuno intermitente: ¿cómo hacerlo y para qué sirve?

“El ayuno no es un tipo de dieta, sino un patrón de alimentación; nos devuelve la noción de la importancia del reposo digestivo”, enseña una especialista en nutrición deportiva.

UNA RUTINA DIFERENTE. Cenar temprano o desayunar tarde son dos estrategias que se pueden elegir.   UNA RUTINA DIFERENTE. Cenar temprano o desayunar tarde son dos estrategias que se pueden elegir.
09 Enero 2023

Por Soledad Nucci - Especial para LA GACETA

No hay dudas de que el ayuno intermitente se ha puesto de moda. Los adeptos a esta práctica crecen, aunque la evidencia científica que la sostiene aún se basa en resultados preliminares. Durante las vacaciones las personas suelen descontrolarse con su alimentación. Por eso, la doctora Romina Salerno, médica especialista en nutrición clínica y deportiva, les ha propuesto a sus pacientes y seguidores que aprovechen esta época para iniciar un reto de ayuno intermitente. Pero, ¿cómo hacerlo y para qué sirve?

“Algunos de los beneficios físicos más conocidos del ayuno son los siguientes: pérdida de peso y de grasa corporal; disminución de los niveles de insulina y de azúcar en sangre; posible corrección de la diabetes tipo 2; posible mejora de la concentración; posible aumento de energía; posible aumento de la hormona de crecimiento, al menos a corto plazo; posible disminución del colesterol en sangre; posible efecto antioxidante; posible activación de la limpieza celular al estimular la autofagia y posible reducción de la inflamación”, enumera sin preámbulos la experta.

“La idea del reto ayuno es que las personas puedan probarlo durante un período de una semana. De ese modo, sabrán si pueden sostener en el tiempo esta estrategia nutricional. Si uno se introduce en un ayuno, con un fin antiinflamatorio intestinal y de autofatiga, lo que se incorpore en los horarios de comidas debe estar orientado hacia una alimentación low carb”, prosigue la experta.

- ¿Qué es lo primero que debe saber alguien que se inicia en un ayuno?

- Antes de empezar es importante remarcar el siguiente concepto: el ayuno no es un tipo de dieta, sino un patrón de alimentación. Una estrategia que nos devuelve la noción de la importancia del reposo digestivo.

- ¿Qué pasa cuando ayunamos?

- Los niveles de insulina bajan y el organismo utiliza la energía almacenada para abastecerse. De hecho, nuestro cuerpo tiene un equilibrio natural entre estos dos estados. El problema surge cuando los momentos de alimentación se dan todo el tiempo; en consecuencia, nunca se recurre a los depósitos.

UNAS 12 HORAS DE AYUNO. Esa es la ventana de restricción de comida que se reomienda. UNAS 12 HORAS DE AYUNO. Esa es la ventana de restricción de comida que se reomienda.

- ¿Cómo recomienda repartir las horas?

- Al principio, hay que intentar lograr una ventana mínima de 12 horas de ayuno. Si se quiere alargar esa ventana, se debe ser prudente y hacerlo de a poco; quizás, esporádicamente (algunas veces por semana).

- ¿Se puede beber líquido durante las horas de ayuno?

- Sí. Sugiero agua; tisanas (no de frutas); soda; mate amargo; café tostado (no torrado); agua con sal. Y al menos 15 minutos antes de romper el ayuno, recomiendo consumir alguna de estas tres infusiones: agua con limón, caldo de hueso o yogurt griego. Todas son ricas en probióticos.

- Además de todos los probables beneficios que mencionó ¿qué base científica destaca con respecto al ayuno?

- Algunos estudios han demostrado que consumir la misma cantidad de calorías en un horario restringido conlleva importantes beneficios en relación a los ritmos circadianos y metabólicos.

- En la práctica, ¿puede mencionar algunos consejos?

- Cenar temprano o desayunar tarde son dos estrategias que se pueden elegir, de acuerdo a cuál se adapte mejor a la rutina de cada una. Es más efectivo agrupar los alimentos durante las horas de sol y disminuirlos por la noche. También se debe intentar que pasen dos o tres horas desde la última ingesta hasta el momento de acostarse.

Por último, la doctora Luciana Müller, especialista en menopausia, en medicina orthomolecular, en clínica general y en dermatología, resalta que desde hace años se investiga la relación existente entre las dietas y la longevidad de los seres vivos. Y concluye que la dieta baja en calorías es la única que -con certeza- mejora la salud y alarga la vida. “Está ampliamente demostrado que consumir pocas calorías nos hace más longevos”, cierra.

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