Las distintas maneras de festejar

De un tiempo a esta parte, son cada vez más las personas que eligen festejar el cambio de almanaque entre amigos, de viaje o incluso solos. La reunión familiar pesa menos para el 31, pero más en Navidad.

31 Diciembre 2022

Históricamente, las fiestas de fin de año han sido reservadas para vivirlas en familia; son dos ocasiones para reunirnos con los seres queridos, para hacer balances de lo bueno y de lo malo, para celebrar lo vivido y para festejar lo que vendrá. Pero de un tiempo a esta parte las tendencias han ido cambiando, y así como cada vez son más las personas que pasan estos últimos días del año lejos de casa, también son cada vez más los que eligen celebrar la llegada del nuevo año de las maneras más diversas, pero con una premisa en común: menos en familia, más con otro tipo de afectos.

No sucede tanto en Navidad; y eso quizá tenga que ver con la connotación religiosa de la fiesta: el armado del arbolito, el dar y recibir, el ser solidarios... todo eso aporta a que el sentimiento familiar se mantenga vivo. Pero en Nochevieja las cosas son distintas. Esos balances y esos deseos para el futuro pueden compartirse con quien quieras; y aunque la mayoría de los tucumanos lo sigue haciendo en el entorno familiar, eso está cambiando.

Mariano Biondi, por ejemplo, ha planificado con su grupo de amigos una cena no tradicional para hoy. “Vamos a preparar sánguches de milanesa, con una opción vegana para los que lo son”, advierte. “La primera vez que pasamos Año Nuevo juntos fue en 2020 -recuerda-; en la pandemia nos habíamos hecho mucho el aguante emocionalmente, como grupo nos habíamos fortalecido a partir de estar conectados on line. Generamos un vínculo muy hermoso y les propuse algo simbólico; me parecía un gesto importante cerrar el año con ellos. Y este año salió de forma imprevista, nos juntamos el día después de Navidad, y uno de los chicos nos contó que sus papás se iban a Tafí del Valle para Año Nuevo, pero que él no quería ir, y que probablemente se iba a quedar solo. Y ahí nos propuso que lo pasemos en su casa y que cocinemos algo”.

Algunos cerca, pero lejos...

Gabriela Marsilli es tucumana pero desde hace varios años vive en Catamarca. Y aunque podría volver a la provincia para las fiestas, elige cada año vivir una experiencia nueva. “Yo hace muchos años que la paso con mis amigos; me gusta la idea de arrancar el año en lugares distintos y aprovechar esa posibilidad. Aunque el mandato jamás se termina de cortar... sí o sí tiene que haber un plan (para festejar) -cuenta-; me parece que este, dentro de todos los planes que hay, es uno bastante amigable y poco hostil”.

Habla de hostilidad porque considera que en estas fechas se genera mucho estrés sobre cómo vestirse, qué preparar y quizá todo eso se traslada a las mesas. “Y la noche de fin de año termina siendo un evento medio fuerte y que puede generar alguna frustración o mala onda incluso en la familia, cuando durante el resto del año no se vive así”, reflexiona.

Razones para celebrar lejos de los afectos “tradicionales” hay muchas. Gabriela, además pone en la balanza y hay dos cosas más que la frenan: el dejar a sus mascotas solas y el tener que salir a la ruta en estos días. Algo parecido le sucede a Gastón Pérez, que desde hace algunos años vive en Buenos Aires. “Este es el primer año que paso las fiestas solo. Antes, si no era con mi familia, con mi pareja o con mis amigos, me tocaba estar trabajando. Pero este año no fue muy bueno para mí y preferí quedarme sólo, como parte de un momento de reflexión. Y, además, es fin de semana y se me complica (venir a Tucumán) por el trabajo; viajar por 24 horas no más implica un gasto muy grande, y creo que no lo termino disfrutando como quisiera”, comenta.

Tomar decisiones, pensando en uno. De eso se trata. Ileana Caro eligió pasar esta Nochevieja con su novio, sólos los dos. “Cuando era chica el tema de las fiestas me producía mucho estrés, porque mis papás son separados, entonces siempre me tocaba una fiesta con cada uno -recuerda-; considero que es uno de los motivos por los que las fiestas en familia o con mucha gente no me gustan. Y alguna vez sí he tenido que pasarla sola; ponerme firme y decir que quería hacerlo. Le costó a mi mamá aceptarlo y ahora también le costó que entienda que decido pasarla con mi novio”.

Ella y su pareja ya tienen todo listo: ”encargamos unas pizzas para sólo tener que hornearlas; no es una comida típica de Año Nuevo... la idea es pasarla los dos y empezar el año juntos, de una forma tranquila y de la manera en que a ambos nos gustaría”, asegura.

Reflexiones

Solana Ulrich, por estas horas, se prepara para abrir 2023 muy lejos. Está en Colorado (Estados Unidos) trabajando como Au-Pair. A pesar de la distancia, cuenta que ya prepararon una cena “lo más Argentina posible, con vittel toné, ensalada de frutas y un par de cosas más”. Le gusta la posibilidad de vivir unas fiestas “diferentes” con nuevas amistades, pero admite que extrañará a sus seres queridos. “Toda mi vida pasé Año Nuevo con mi familia, ahora me toca con amigos porque estoy acá...”. Considera que últimamente se le ha quitado un poco la solemnidad a la festividad. “Ahora es mas relajado”, resume.

En eso coinciden los entrevistados. “Año Nuevo es un nuevo arranque, el inicio de algo. Y quizá queremos disfrutarlo y divertirnos más con nuestros pares o viajando; creo que es una buena manera de encontrarse también”, considera Gastón. Los entrevistados están de acuerdo, pero a medias. “Me parece que está cambiando, pero un poco; siento que soy la única de mi entorno que lo pasa sola y no con grupos grandes”, dice, en retrospectiva, Ileana y añade: “creo que cada uno debería ser dueño de pasarla con quien quiera o con quien considere importante. Hay tanta cantidad de formas de celebrar las fiestas como personas; cada uno puede festejar como quiere. Y estaría bueno también que en algún momento nos animemos y digamos ‘no, no tengo ganas de pasarla con determinado familiar...’”.

También es cierto que todavía “pesan” la familia y algunos mandatos en la decisión. “Yo creo que (la elección de con quién pasar las fiestas) depende de cada familia. Tengo amigos que no pasan el 31 con nosotros, sino con su familia, principalmente porque tienen familiares ya grandes, y está esta idea de ‘capaz sean las últimas fiestas en familia’”, reflexiona Mariano. Y eso también está bien: lo importante, al fin y al cabo, es celebrar, en los términos que uno desee.

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