

Fue el prototipo del supermacho italiano en las décadas del 60 y del 70, con películas exitosas en público que sorteaban la censura argentina llenas de un humor sexista que hicieron escuela en todo el mundo. Cara visible y cuestionada de producciones que, ya desde sus títulos, dejaban poco a la imaginación, Lando Buzzanca falleció el domingo en Roma a los 87 años.
Sus personajes eran siempre lo mismo: sementales del sur de Italia más pobre, que tenían un insaciable deseo sexual y formas sin ninguna clase de sutileza para alcanzar sus objetivos, en el fondo eran paradigmas de una ruptura social profunda en la península donde el poderoso norte mostraba a sus coterráneos de Sicilia (su lugar de nacimiento real) como seres brutales y casi indómitos, volcados de lleno a sus instintos y enfrentados a toda religión.
Hijo de un operador de cine, en 1951 y con sólo 16 años se fue a probar suerte a Roma; debutó en la superproducción hollywoodense “Ben Hur”, como esclavo, y poco después llegó su primer éxito con “Divorcio a la italiana” (de 1961), de Pietro Germi, junto a Marcello Mastroianni y Stefania Sandrelli; al que le sucedieron “Los monstruos”, “Seducida y abandonada” y “La idea fija”. Su fama en la Argentina lo trajo al país para rodar dos películas: “El gran robo” en 1967, y “Los crápulas” en 1981. Entre ellas, se popularizaron muchos otros de sus éxitos como “Sexo a la italiana”, “Profesión bígamo”, “El mirlo macho”, “El pájaro migratorio”, “El superdotado tiene un complejo”, “El supermacho entre cornelios”, “El cura casado”, “Homo eróticus supermacho”, “Un siciliano en Dinamarca”, “El ejecutivo erótico” y “Préstame tu mujer”, con comedias cada vez más livianas y donde se mostraba la incomprensión de los hombres hacia las necesidades femeninas. Cuando la decadencia del género lo impulsó a dejar el cine, se dedicó al teatro y a la televisión con cierta repercusión, hasta su retiro definitivo, luego de la muerte de su esposa en 2013, que le causó una gran depresión.
Es que el mujeriego de la pantalla fue, en realidad, el enamorado incurable de una sola mujer.







