LA GACETA en Qatar. “La fase de grupos es traicionera; primero pasemos, después veremos quién nos toca”, afirma Scaloni

LA GACETA en Qatar. “La fase de grupos es traicionera; primero pasemos, después veremos quién nos toca”, afirma Scaloni

La Selección llega al tercer partido obligada a ganar para seguir en carrera.

LIONEL SCALONI / TÉLAM LIONEL SCALONI / TÉLAM

Si de algo puede ufanarse Lionel Scaloni es de lo certero de su pronóstico premundialista. Cuando el universo fútbol daba por sentada una cómoda clasificación argentina a octavos de final, el DT abría el paraguas. Dicho y hecho: la Selección llega al tercer partido obligada a ganar para seguir en carrera. 

“Pasó lo que creíamos. La fase de grupos es traicionera. Salvo los tres equipos clasificados, el resto está en la pelea -sentenció Scaloni-. Además no se ha visto una selección superior. España tiene buen fútbol pero en el segundo tiempo Alemania la complicó. El fútbol son momentos claves y hay que tener suerte también. No siempre sale el campeón el que mejor juega o tira más veces al arco”.

El desafío se llama Polonia, un rival que Scaloni define como mucho más que la potencia ofensiva que le aporta Robert Lewandowski. Sostiene que es un equipo técnico y rápido, con una idea definida de juego. ¿Cuál es su plan entonces? “Nuestra manera de jugar va a ser la misma, vamos a empezar de la misma manera que lo hicimos contra México”, apuntó. De esto se deduce que Argentina arrancará con cuatro en el fondo, línea que podría pasar a cinco jugadores de acuerdo a cómo se dé el partido.

En ese sentido ponderó lo que Guido Rodríguez le aporta al equipo. Es más, lo mencionó dos veces durante el encuentro con la prensa. Insistió en que es un futbolista de características únicas en el plantel por la forma en que cubre a los laterales cuando suben y también por su capacidad para formar un bloque con los centrales. 

¿Un indicio potente de que será titular? “Guido es el único diferente en su posición”, subrayó. Al DT le preguntaron también sobre Enzo Fernández. ¿Jugará de movida? “Es una opción, tiene posibilidades como todos los demás -sostuvo-. Pero se puede ser más importante entrando desde afuera”. 

Un cronista italiano, de inmediato, le dijo que en su país están sorprendidos porque no juega Paulo Dybala. ¿Por qué? ¿Es una decisión técnica? “Sí, técnica -respondió-. Él está bien, seguro que con ganas de jugar. Veremos qué pasa en el siguiente partido”.

La victoria sobre México hizo un clic en el corazón del plantel. “Ganando pasamos y eso esperamos todos -recalcó Scaloni-. Los jugadores sabían lo que podía pasar. Estamos tranquilos, eso es lo más importante más allá de si se sienten liberados o no. Venimos con una inyección anímica importante”. 

Le preguntaron si podía servirle su experiencia en 2018, cuando integraba el cuerpo técnico de Sampaoli y Argentina también debía ganar el último partido para clasificarse. “No, esa comparación no vale la pena -comentó-; son distintos el escenario y los jugadores. No tiene nada que ver”.

Más de una vez Scaloni habló acerca de la diferencia entre la forma de jugar y el sistema que se emplea. “Un entrenador tiene que estar acostumbrado a hacer cambios buscando lo mejor para el equipo -analizó-.  Duele cuando hay jugadores que se quedan afuera, como nos pasó con Nico González y Joaquín Correa”. Por eso acepta la posibilidad de que Polonia tome más recaudos y modifique su estructura, pero no cree que haga cambios de fondo en su propuesta, como no los hizo México el sábado. 

Fue el momento en que le propusieron una comparación entre Lewandowski y (Lionel) Messi, a lo que el entrenador prefirió responder: “es un privilegio y un placer ver de cerca a un jugador como Lewandowski. Hay que disfrutarlo y no hacer camparaciones con los demás”.

Scaloni dejó tres definiciones jugosas antes de dejar la sala. La primera fue un elogio a Brasil. “Si no ganamos nosotros, me gustaría que el Mundial fuera para un equipo sudamericano, el que piense lo contrario está equivocado. En Brasil tengo grandes amigos”. 

La segunda tiene que ver con las lágrimas que derramaba Pablo Aimar. “No me di cuenta de que estaba ahogado y emocionado -reveló-. Estos son los recuerdos lindos que quedan". Y al cierre habló de identidad: “no quiero parecer un filósofo, pero el fútbol es esto; hacer un gol y que no te lo hagan. Cuando le íbamos ganando a México defendimos con uñas y dientes y es lo que cuenta. Identidad es estar fuertes, no dar una pelota por perdida. El primer tiempo no había sido bueno, pero vimos que el equipo estaba”.

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