Con acento mexicano, Estusha sabe tocar el cielo con la música

Llega al barrio del Abasto, con sus temas, su voz, sus instrumentos y la compañía de Leo Deza, Negro Burgo y Abelardo García.

SENTIR LA TIERRA. Estusha trae su canto y su toque de raíces aztecas.   SENTIR LA TIERRA. Estusha trae su canto y su toque de raíces aztecas.

“Por primera vez voy al Norte de Argentina. Estoy supercontenta porque he oído mucho de Tucumán y he tenido contacto con artistas de la provincia. Y pues, tengo muchas ganas de conocer y de tocar”.

Es mexicana; se llama Estusha; lleva el mismo nombre que su abuela polaca y hoy, desde las 21.30, mostrará su arte en CiTá Abasto de Cultura (La Madrid 1.457) junto a artistas tucumanos.

- ¿A qué alude “Música para tocar el cielo”, el nombre de tu show?

- Es un conjunto de músicas que incluyo en mi disco homónimo. Vamos a estar tocando con Leo Deza, con quien hicimos este disco, y junto a Negro Burgo y Abelardo García, con Nancy Pedro como invitada. Cada vez que llego a un lugar me junto con músicos que están en la cuestión tradicional, con lo cual mi música se empieza a fusionar. En ña Argentina, con chacareras, zambas, vidalas y coplas; en Chile con la cueca, y en Uruguay con el candombe. Por eso es tan rico lo que se produce, y lo interesante de esta gira.

- ¿De dónde sos oriunda?

- Nací en Ciudad de México, pero crecí cerca, a una hora al sur, en un pueblo que se llama Tepoztlán, muy bonito, lleno de artistas, donde me desarrollé en la música.

- Establecés lazos entre tus raíces culturales, tan lejanas, pero con identificaciones comunes.

- Totalmente. Sobre todo en los ritmos ternarios hay muchas similitudes y en la forma de tocar la guitarra. Obvio, cada uno tiene sus propios sentimientos y sus formas, pero yo siento que hay muchas similitudes en las músicas americanas. Y también en los textos, porque se habla del campo, de la siembra o de los paisajes.

- ¿De dónde se conocen con Leo Deza?

- Lo conozco desde hace tres años porque vine a la Argentina. Nos conectamos en la música y tocamos. Después nos seguimos escribiendo y en la pandemia hicimos este disco, “Música para mirar el cielo”. Desde entonces estamos conectados y ahorita que volví al país, ya hicimos un par de conciertos, una grabación, vamos a hacer otro disco, y ha sido una conexión muy prolífica, muy humana, fraternal. Estoy muy contenta de haberlo conocido; es un gran músico y compositor, y además una muy buena persona. Por eso es un placer ir a Tucumán, en su pueblo. Sentir estas tierras, que tienen tanta historia musical y tradición cultural para mí, es un regalo.

- ¿Cómo es el repertorio?

- En parte son músicas mías y en parte cantos de dominio popular de diferentes culturas del mundo, y otra parte es mucha improvisación, que viene del jazz. Son esos tres elementos y temas del disco.

- ¿De qué género hablamos?

- Se puede decir que es world music, un género que tiene que ver con la fusión de culturas en una misma pieza musical. En mis composiciones yo hago puras fonéticas, no tiene letras en español; son cantos en dialectos. Lo que realmente caracteriza este disco es el sentimiento de estar presente, y estar atentos a lo que te dicen las esperas; como rescatar todas esas sensaciones de estos ritmos, y cosas que nos van llegando, como los sonidos del folclore del NOA, que es tan rico, poderlo tomar, transformarlo en una música nueva con todos estos elementos. Y estando con músicos como Leo y compañía se facilita abordar este tipo de música, porque se trata de profesionales que manejan perfectamente cada instrumento, el lenguaje musical y la improvisación. Obviamente para tener esta libertad musical tienes que tener mucho estudio y versatilidad.

- ¿De cuántas maneras hacés música?

- Toco arpa tradicional de Gabón, balafón y cajón peruano, pero mi instrumento principal es la voz.

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