Senegal ganó en las tribunas, pero perdió en la cancha

Senegal ganó en las tribunas, pero perdió en la cancha

Los hinchas de Senegal se hicieron sentir en el estadio Al Thumama, pero su equipo cayó por 2 a 0 ante Países Bajos

HICIERON RUIDO. Los simpatizantes de Senegal, con sus instrumentos, ganaron el duelo en las tribunas. HICIERON RUIDO. Los simpatizantes de Senegal, con sus instrumentos, ganaron el duelo en las tribunas.

Le ponen todo el color del mundo mundial, si a ustedes les parece. Pero para l os que estuvimos en el estadio Al Thumama fue como querer verlos de cerca, sí, pero dentro del cono del silencio del Súper Agente 86, y nosotros así poder gozar de un silencio apenas cortado sobre el final del partido con el cabezazo de Gapko para el 1-0 casi definitorio de Países Bajos sobre el campeón de África.

Me concentro en el puñado de hinchas de Senegal apostados a metros del banco de relevos de su país. Quizás ellos mismos fueron cómplices de la derrota, en un partido flojo como piloto de camello en estado de prueba, porque Países Bajos definió la cuestión en tiempo de descuento con el 2-0 de Davy Klaasen ante el rebote servido de Mendy a un remate en apariencia sin veneno de Depay. Y nada. Sobraron, totales, 70 minutos.

Vieron cómo es y lo que es el fútbol, la teoría de lo impensado. Y casi que vuelve a darse lo que entre los analistas se conoce como sorpresa. Arrancaron mejor los europeos, pero las chances fueron de Senegal. Sin embargo, la más clara del primer tiempo fue de Frankie De Jong, el hábil futbolista de Barcelona que se enredó solito en una contra con mayoría de camisetas naranjas y casi que no cuenta ni como remate peligroso al arco.

Quizás el sonido de los instrumentos de los fans senegaleses rompió incluso la sintonía del fútbol de Al Thumama.

Repito, son pintorescos los senegaleses, con su vestimenta, pintura y puesta en escena, pero yo sentí su música como si estuvieran cantando aferrados a mis dos orejas. No puedo siquiera imaginar cómo la pasaron sus vecinos a 5 metros de distancia suyo si yo a más de 25 en línea hacia el cielo me sentía casi en el infierno. La acústica del estadio claramente colaboró y sirvió de amplificador.

En fin, hablemos aunque unos cuantos renglones del juego.

Intentando rascar este análisis más allá de lo imposible, los dos hicieron más teatro que otra cosa. Eran como dos vampiros anti sangre; leones herbívoros. Ninguno de los dos supo cómo romper al otro, aunque tocando corto y sin profundidad, puff, geniales, una maravilla.

Ahora, hablando en serio: lo preocupante mirando demasiado a futuro y con color celeste y blanco, porque los neerlandeses podrían ser rivales de cuartos de final -si se da la lógica-, fue la resolución de Países Bajos a una maraña de malas decisiones.

Bastó una buena para cambiar el destino de lo que pintaba ser un 0-0 más grande que una casa. Buen centro y buen cabezazo de Gakpo en altura y adentro. Y después lo de Klassaen pasado los 94’, como para engordar un marcador que no debía cerrarse así.

En fin, Senegal sin Sadió Mané fuera del Mundial por lesión, perdió quizás toda su pólvora. Y Países Bajos ganó, sí, pero con un llamado de atención. Otro partido así ante un rival constante, sería su perdición y hasta hipotética eliminación de Qatar 2022.

Y mientras tanto, en la cancha ya no queda nadie, salvo por los fan de Senegal que ahora tienen más acústica con las gradas vacías y mejor se los escucha. Bravo por ellos.

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