24 Octubre 2022
APOYOS. En su nuevo período, el secretario general del PCCh se rodea de dirigentes leales y se espera que sea elegido presidente en marzo.
PEKÍN, China.- Xi Jinping se aseguró un tercer mandato de liderazgo sin precedentes al ser reelecto por tercera vez como secretario general del Partido Comunista Chino (PCCh), que también presentó un alto órgano de gobierno - el Comité Permanente, la elite de la elite política china-, de siete miembros, repleto de dirigentes que apoyan su visión de fuerte control social y económico, con lo que consolidó su lugar como el gobernante más poderoso del país desde Mao Zedong.
En medio de crecientes tensiones con Estados Unidos y de grandes desafíos económicos, el nombramiento de Xi, en el poder desde 2012, rompe con una tradición según la cual sus predecesores dejaban el cargo a los 10 años.
Se espera que el líder de 69 años sea designado ahora presidente de China por tercera vez -algo también sin precedentes- durante la reunión de la Asamblea Nacional Popular -el Parlamento chino- en marzo.
Xi, el hijo de un revolucionario del Partido Comunista, ha llevado a China en una dirección más autoritaria desde que llegó al poder, en 2012. “Todos sus rivales, potenciales y reales, han sido expulsados del Comité Permanente del Politburó y los leales a Xi ocuparon su lugar. El nuevo Politburó es una declaración enfática del dominio de Xi sobre el partido”, señaló Richard McGregor, investigador principal de Asia Oriental en el centro de estudios Lowy Institute de Sídney.
La presentación del Comité Permanente y del Politburó de 24 miembros se produce un día después de la clausura del XX Congreso del Partido Comunista, en el que se añadieron enmiendas a los estatutos que cimentan el estatus central de Xi y el papel rector de su pensamiento político en del partido.
El presidente ruso, Vladimir Putin felicitó a Xi y dijo que espera seguir desarrollando una “asociación integral” entre sus dos países. “Los resultados del Congreso del Partido confirman plenamente su alta autoridad política, así como la unidad del partido que dirige”, dijo Putin a Xi, según la web del Kremlin.
El líder norcoreano, Kim Jong Un, también envió una carta de felicitación a Xi, informó la agencia estatal de noticias KCNA.
Como se esperaba, la nueva formación del Comité Permanente no incluye un sucesor claro de Xi, cuyo predecesor Hu Jintao fue escoltado de manera inesperada fuera de la ceremonia de clausura del congreso el sábado.
La renovación de la cúpula del gobernante partido comunista llegó al cierre de un congreso del partido que se celebra sólo dos veces por década y que eligió a los 300 miembros del Comité Central de entre 3.200 delegados.
Estos 300 eligieron a su vez a los 25 integrantes del Buró Político del Comité Central, quienes designaron al Comité Permanente.
Economía y derechos humanos
Al iniciarse el tercer mandato del líder chino al frente de su partido, todas las miradas se centran en la economía del gigante asiático. “China no puede desarrollarse sin el mundo, y el mundo también necesita a China”, dijo Xi, al ser elegido. “Tras más de 40 años de esfuerzos incansables hacia la reforma y la apertura, hemos creado dos milagros: el rápido desarrollo económico y la estabilidad social a largo plazo”, añadió. Los números, sin embargo, no coinciden con este diagnóstico.
A pesar de haber consolidado un poder que no se ha visto en décadas, Xi se enfrenta a duros retos, ya que la segunda economía mundial se está desacelerando, tras décadas de crecimiento desenfrenado, y crece la frustración por su política de “cero covid”, que implica cierres a la economía y estrictos confinamientos a la población ante el mínimo indicio de rebrote de la enfermedad.
Esto hace que el regreso de China al ámbito internacional sea un gran reto a largo plazo, incluso años después de la pandemia.
Además, China se distancia cada vez más del Occidente poderoso, una situación agravada por el apoyo a Vladimir Putin (al negarse a condenar la invasión a Ucrania y a imponer sanciones a Rusia) y las crecientes tensiones sobre Taiwán, mientras que sí se acerca a través de grandes negocios e inversiones multimillonarias en infraestructura a países de América Latina.
En el ámbito de los derechos humanos también se teme una intensificación de la represión por parte del líder del partido.
Hasta ahora, Xi ha mostrado que legitima su poder mediante un estilo de liderazgo autoritario y ningún temor a la represión, como ocurre con la minoría musulmana uigur, el reclamo de independencia de Taiwán y la metrópoli autónoma de Hong Kong. En resumen, los derechos civiles quedan restringidos y los críticos del régimen, encarcelados. (Reuters-Especial)
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