

Cada uno es libre de expresar sus ideas en forma respetuosa y amistosa, pero desde un límite. No estoy de acuerdo con lo que hicieron en la Casa Histórica al colgar ese pasacalle u obra de arte, como manifiesta su creadora. Hay ciertos espacios que merecen respeto, como la casa de Doña Francisca Bazán de Laguna, que prestó el inmueble para que allí se reunieran los congresales de las Provincias Unidas del Río de la Plata; fue allí donde el 9 de julio de 1816 se declaró la Independencia y este pasó a ser un país libre y soberano; y fue además el lugar donde se empezaron a forjar las ideas de una República. Hacer esto que molestó a muchos es vulnerar nuestros monumentos patrios, mientras estamos perdiendo cada día más el sentido de lo patriótico. Es lo mismo que atentar contra templos religiosos de cualquier creencia, sea católica, judía o musulmana. Todo tiene un límite y estas escultoras tienen muchos lugares para hacer sus muestras y presentarlas, como hacen varios artistas tucumanos en distintas salas. Como dijo el gran cantante jamaiquino Bob Marley, “el respeto de uno termina donde comienza el respeto del otro”.
Fernando Esteban Saade
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