La economía que viene: sin el “dólar soja”, ¿quién alimentará las reservas?

La economía que viene: sin el “dólar soja”, ¿quién alimentará las reservas?

El agro ya no aportará tantas divisas en lo que resta del año.

EL APORTE DEL CAMPO. Con el sistema especial, la soja liquidó hasta ahora unos U$S 6.000 millones. EL APORTE DEL CAMPO. Con el sistema especial, la soja liquidó hasta ahora unos U$S 6.000 millones.

El dólar soja aceleró en forma importante la comercialización de la oleaginosa por parte de productores agropecuarios, permitiendo a los exportadores el cierre de operaciones, la liquidación de divisas y por tanto la acumulación de reservas al Banco Central, aunque con una importante emisión neta de pesos a partir del descalce entre el dólar que paga la entidad monetaria por las operaciones que están entrando bajo el programa (su gran mayoría) y el que cobra a los importadores.

Al finalizar la semana, la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y el Centro Exportador de Cereales (CEC) anunció que la liquidación de divisas superó la expectativa del ministro de Economía, Sergio Massa, de captar dólares agroexportadores para robustecer las reservas. La actividad aportó unos U$S 6.000 millones,  lo que representó más de 11,5 millones de toneladas vendidas por productores, acopiadores y cooperativas. Con esta política, de perfilar un tipo de cambio extraordinario para la soja, al pagar $ 200 por dólar, el Gobierno nacional ganó tiempo, pero aún no puede cantar victoria porque el Banco Central necesitará más divisas. Y aquí surge la gran incógnita del mercado: ¿quién aportará los dólares que se precisan para que las reservas internacionales del Banco Central siga subiendo?

La primera respuesta es que el próximo sábado llega a su fin el esquema del “dólar soja”. Algunos economistas sostienen que el sistema está agotado porque, de continuar, otras producciones reclamarán un tipo de cambio diferencial, lo que ocasionaría un efecto en cadena y una multiplicidad mayor de tipos de dólares en la Argentina. Además, los que sostienen que este plan debe concluir se asientan en el cálculo del costo de la medida que significó una emisión cercana a los $ 600.000 millones para sostenerla. De seguir, el país volvería a entrar en incumplimiento de las metas con el FMI.

De continuar el “dólar soja”,  la cadena de producción vinculada con la oleaginosa “está en condiciones de aumentar su producción y exportación si se alivia la pesada carga tributaria, que es la más alta de toda la economía nacional”. “Propiciamos reglas transparentes y previsibles en materia de producción, comercialización, impuestos y tipo de cambio competitivo”, señaló Ciara-CEC. Asimismo, espera que el  Central “revea las medidas restrictivas lo antes posible”. Aludió así a la decisión del BCRA de impedir operar con dólares financieros a sociedades que haya liquidado posiciones de soja.

6.000 millones de dólares restarían por liquidar de la soja en el último trimestre del año.

Más allá de los interrogantes que genera el precio que está pagando el Banco Central para engrosar sus activos en el actual contexto inflacionario, otro tema no menor es lo que puede suceder después del 30 de setiembre, una vez que finalice el actual programa de estímulo a las exportaciones del complejo sojero, señala el economista del Ieral, Juan Manuel Garzón. “Debe advertirse que lo que se están vendiendo son los granos producidos en el ciclo agrícola 2021/22 (un stock) y que una vez que éstos se vayan agotando, deberá esperarse hasta el ingreso de la nueva cosecha en el segundo trimestre de 2023 para tener un flujo de exportaciones significativo”, advierte. También debe repararse en que a mayor efectividad del dólar soja en términos del volumen que se termine comercializando en septiembre, menor será el remanente de granos que quedarán para el último trimestre de 2022 y primer trimestre del próximo año.

Los U$S 6.600 millones de comercialización final de soja para este mes, una cifra récord y claramente fuera del “patrón normal”, condicionará el volumen de los tres meses siguientes. Así, según Garzón, la liquidación bajaría significativamente, ubicándose en un rango de entre U$S 4.600 y U$S 6.000 millones para todo el trimestre, con una distribución mensual difícil de anticipar, pero muy probablemente que iría de menor a mayor. En ese sentido, durante octubre la liquidación podría quedar en un rango de entre U$S 1.250 millones y U$S 1.650 millones; se recuperaría levemente en noviembre, con una liquidación que pasaría a estar entre U$S 1.350 millones y U$S 1.800 millones, y volvería a mejorar en diciembre por el ingreso al mercado de los cultivos de invierno (U$S 2.000 millones/U$S 2.550 millones). Para todo el año la liquidación agroindustrial llegaría a U$S 36.900 millones, creciendo un 12% respecto de 2021.

El economista de la Fundación Mediterránea agrega otro dato no menor para saber cuántos dólares puede captar el Central a través de las agroliquidaciones: es probable que las divisas que se liquiden este mes sean similares o incluso superiores a las que se capten en los últimos tres meses del año en conjunto. “Esto determinará los grados de libertad del BCRA para proveer de divisas a los distintos demandantes (importadores, turistas, atesoramiento, etc.) en el futuro inmediato”, completa.

En consecuencia, a la entidad que preside Miguel Pesce la liquidación extraordinaria del campo no le alcanzará para terminar el año con unos U$S 8.000 millones, de tal manera de poder cumplir el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Pero a la escasez de la liquidación de divisas se sumará otro factor no menor en tiempos de faltante de dólares: la demanda del billete estadounidense para aquellos que quieran viajar y gastar en el Mundial de Qatar. Este será otro factor que presionará al valor del dólar, en todas sus variantes.

Deuda: los vencimientos

La ingeniería financiera del Gobierno ha llegado a un límite tal que cuenta con pocos instrumentos disponibles para mantenerse en línea con lo acordado con el FMI. En ese marco, GMA Capital señala que una de las grandes preocupaciones es el pago de la deuda. Los mayores vencimientos en lo que queda de 2022 se concentran en el último bimestre del año, por un monto total de $ 1,6 billón. Si bien en los últimos días circuló el rumor de que el Tesoro buscaría un nuevo canje a 2024, esto se presenta como un gran desafío teniendo en cuenta que el próximo año habría un cambio de gestión.

En este sentido, si bien en el corto plazo podremos ver menor volatilidad en el mercado de bonos en pesos, conforme pasen los meses mayor será el desafío. Por eso, serán necesarias más señales de reacomodamiento fiscal para así asegurar una mayor solvencia, dice GMA.

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