Por María Inés Salvatierra
25 Septiembre 2022
Para poder comprender este tema de tanta demanda, reflejada en las permanentes consultas que realizan docentes nacionales jubilados, es preciso contar los pasos de la gestión previsional de jubilación ordinaria.
Antes de iniciar una jubilación docente, es necesario que el titular del beneficio que se pretende presente un cese condicionado al otorgamiento de la prestación. De ese modo continuará en actividad mientras se gestiona la jubilación ordinaria. Al momento de liquidar el beneficio Anses solicitará el cese definitivo.
Entre el inicio y la resolución final, con el efectivo cobro del primer haber, podrían transcurrir varios meses. Durante ese lapso, mientras se trabaja el expediente, Anses liquidará el haber previsional teniendo en cuenta el último haber a la fecha de cese condicionado (cuando se inició la jubilación y varios meses antes del cobro efectivo). Le sumará los aumentos de jubilados docentes que haya habido en el período de tramitación. Recordemos que los docentes tienen dos aumentos anuales, en los meses de marzo y septiembre.
Mientras tanto, es factible que, en su lugar de trabajo, al docente se le incorporen en el recibo de remuneraciones conceptos que hasta el momento del inicio de la jubilación eran ítems no remunerativos, como por ejemplo Capacitación o Material didáctico, y pasen a ser conceptos remunerativos en los últimos meses. Pero nunca estuvieron considerados en la remuneración bruta total como tales, es decir que no formaron parte del sueldo habitual y normal.
Al momento del cese definitivo y al comparar estos últimos sueldos con el haber determinado por Anses (más arriba explicado), podría ser que el docente encuentre una diferencia y se presente en Anses a esgrimir el derecho a un reajuste porque su jubilación no representa el 82% del sueldo a la fecha de cese definitivo.
Cuando Anses analiza todos los recibos presentados y advierte que esos ítems nunca formaron parte de las remuneraciones habituales, normales y formales del trabajador, no sólo no aumentará el haber, sino que -por el contrario- podría disminuirlo y descontar lo abonado de más en los meses transcurridos posteriores al otorgamiento de la prestación.
Por todo lo expuesto, es fundamental que cada paso de la gestión sea controlado por un profesional especialista, a fin de evaluar que se tomen todos los conceptos remunerativos y poder plantear un cese definitivo correcto en búsqueda del mejor haber previsional del docente. Y, solo en caso de corresponder, se plantearía luego un reajuste del mismo.
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