Si los odios ganan, el país estalla

El fiscal acusa y pide penas; un sector de la sociedad se instala frente a al domicilio de Cristina a pedir la cárcel para la vicepresidenta. Y todavía el proceso judicial no terminó, falta el fallo de los jueces; pero unos quieren ya el final que anhelan. Cristina habla y acusa a los magistrados de persecución y un sector de la sociedad sale a la calle a respaldarla y afirmar que es inocente. Y todavía el juicio no concluyó. Unos acusan y otros absuelven... pero en la calle. Peligroso y dantesco, máxime cuando esos sectores muy politizados desnudan sus profundos odios y amores. La chispa esta ahí, en el medio; ya la Policía debió interponerse el lunes cuando ambos grupos estuvieron cara a cara frente a la casa de la ex jefa de Estado. Si los fanáticos cobran protagonismo, ganan la calle movilizados por sus convencimientos irracionales -y alentados por sectores que los usan políticamente-, el país estará en riesgo. No habrá estallido por la crisis económica y los efectos sociales dramáticos, sino porque los odios fogoneados por agrietadores habrán ganado la batalla. Pobre país.