En un ensayo de juicio por jurado, fue absuelto el acusado

En un ensayo de juicio por jurado, fue absuelto el acusado

Un juez y abogados teatralizaron un proceso en el que invitados representaron al pueblo

EL ESCENARIO. El anfiteatro del Colegio de Abogados se convirtió en una sala de juicios para el simulacro en el que un jurado resolvió un caso. EL ESCENARIO. El anfiteatro del Colegio de Abogados se convirtió en una sala de juicios para el simulacro en el que un jurado resolvió un caso. LA GACETA / FOTOS DE ANTONIO FERRONI

“Hemos determinado absolver al señor (José) Galarza”, explicó uno de los miembros del jurado que participó el miércoles de un simulacro en uno de los anfiteatros del Colegio de Abogados. Con el objetivo de que la Provincia se adhiera al sistema de juicios por jurados, un magistrado y cuatro abogados teatralizaron un caso ficticio en el que se debatió si el policía Galarza había protagonizado un caso de “gatillo fácil” o si había matado a un ladrón en defensa propia. Los invitados que integraron el jurado escucharon atentamente a los testigos del caso, presenciaron el análisis de las pericias y luego escucharon los enérgicos alegatos de los fiscales y de los defensores, que abiertamente buscaron influir en la decisión sobre la sentencia. Los nombres de la víctima y de los efectivos son ficticios.

Hipótesis del caso

Los primeros en exponer su teoría fueron Adolfo Bertini y Vanesa Lucero, los abogados que encarnaron al Ministerio Público Fiscal en este simulacro. Plantearon que el día del hecho Galarza y su compañera, Vanesa González, sorprendieron a Ignacio Estrella cuando se acercaba a una mujer que yacía sobre calle Cuba. Explicaron que si bien podía tratarse del contexto de un robo, Estrella se encontraba arrodillado y vulnerable, cuando Galarza decidió dispararle al pecho y quitarle la vida. Por esa razón traían a juicio al acusado por homicidio agravado por el uso de armas y por ser miembro de una fuerza de seguridad.

Los defensores Patricio Char y Mariano Arcas plantearon la teoría de que Galarza actuó en defensa propia. Ese día Estrella había herido de un disparo en el pie a la turista Hanna Wilkinson y se disponía a robarle cuando aparecieron los efectivos. Allí Galarza habría dado la voz de alto y realizado dos disparos al aire para amedrentar al ladrón; sin embargo se desencadenó un enfrentamiento que concluyó con la muerte de Estrella.

El juicio estuvo a cargo del ya jubilado juez Pedro Roldán Vázquez, que actuó como moderador del debate y también detuvo por momentos la actuación para explicarles a los miembros del jurado las distintas etapas del juicio.

Testigos y pruebas

El perito en Criminalística Juan Uribe (los testigos fueron teatralizados por estudiantes de Derecho) aportó varios detalles para esclarecer el hecho. Fue el profesional que elaboró el informe en el cual constaba que en el lugar del ataque se hallaron dos armas, una de las cuales tenía las huellas dactilares de Estrella y de otras personas. Aclaró que las huellas de la víctima estaban sobre la corredera y no sobre el mango de la pistola 9 milímetros.

Uribe brindó algunas precisiones claves que no fueron valoradas por el jurado a la hora de absolver. Aseguró que a Estrella le dispararon a apenas dos metros y que por la trayectoria del proyectil, que ingresó por debajo de la clavícula izquierda, la víctima se encontraba arrodillada cuando Galarza la baleó. Esa fundamentación sustentaba fuertemente la teoría de los fiscales.

La oficial Vanesa González también fue llamada a declarar. La actriz que personificó a la uniformada señaló que Galarza era muy profesional, que intentó disuadir al ladrón y que la muerte de Estrella se dio durante un enfrentamiento. La joven mantuvo la calma a pesar de que los acusadores quisieron hacerla “transpirar” aduciendo que estaba mintiendo y encubriendo a su compañero. Hasta le dijeron que su relación con el imputado superaba lo estrictamente laboral.

Por último declaró el licenciado en Criminalística Ezequiel Asturia, perito de parte de la defensa. Arcas y Char le sacaron el jugo a su “investigador” para intentar mejorar la situación procesal de Galarza. El profesional sostuvo que el disparo del efectivo difícilmente pudo herir algún órgano vital de la víctima.

Señaló que se basó en los informes que presentó su colega Uribe. Los fiscales buscaron demostrar que se equivocaba al brindar algunas apreciaciones y lograron que Asturia aclarara que no podía asegurar que Estrella haya estado empuñando un arma al momento de su muerte.

Alegatos

La carga anímica a la que fueron sometidos los miembros del jurado fue digna de la que se apreciaría en una película hoolywoodense. Las partes no sólo buscaron convencer, sino también influir y hasta condicionar la decisión de los ocho espectadores que fueron elegidos para integrar el jurado. Allí -quizás- entendieron que decidir sobre el destino de una persona no es nada fácil.

“Al comienzo de este juicio les dije que Galarza eligió matar y ahora se los reitero. Eligió matar porque tenía otras opciones. Estrella era sólo un chico que estaba de rodillas y que no representaba un peligro en ese momento. Pudo haberlo reducido, pudo usar su pistola Taser (eléctrica), hasta pudo haberle disparado en la mano o en las piernas si se sentía amenazado. A él le enseñaron que disparar es el último recurso para un policía”, argumentó la fiscal Lucero.

Luego la profesional buscó que el público empatizara con Estrella. “Tengo dos hijos, uno que es rubio y otro que no lo es. También al igual que ustedes quiero que la Policía nos cuide, pero no que mate. Y pienso que quizás, dependiendo de cuál de mis dos hijos hubiera estado en ese momento, lo podrían haber matado también por el simple prejuicio de no ser rubio. No tenemos certezas para saber si Estrella quiso robarle a Hanna o si se arrodilló para intentar ayudarla”, planteó.

Bertini agregó: “la ciencia nos muestra que por la distancia del tiro, Galarza eligió matar. No actuó como un protector de la sociedad; actuó como un pistolero”.

La defensa respondió asegurando que Estrella estaba robando, que él le había disparado a la “turista” y que sus huellas estaban en una de las armas secuestradas. “Galarza podía tirar a un lugar menos letal, pero también estaba exponiendo su vida y debía resolver la situación en una cuestión de segundos. No tenía una Taser para usar. Hoy la Ley y su decisión (señalando al jurado) es la que protegerá a Galarza. Hoy Hanna Wilkinson está viva gracias a Galarza. Así como les dijeron que Estrella podía ser alguno de sus hijos, piensen que cualquiera de ustedes podía haber sido Hanna”, argumentó Arcas.

“Presenciaron una exagerada victimización del señor Estrella. Él fue abatido con un arma en la mano, no tenía un libro ni una herramienta. No fue víctima, murió en su ley. A veces la vida nos pone en situaciones límite en las que hay que elegir, y Galarza eligió actuar, porque Estrella había elegido no rendirse. Hubo un enfrentamiento”, planteó Char. Luego agregó: “hoy ustedes deben elegir también. Su decisión le abrirá las puertas a la delincuencia para que pueda dispararle a la gente o bien, con su decisión, defenderemos a Galarza y a quienes nos cuidan”.

El juez Roldán Vázquez dio una capacitación final al jurado, que se retiró a deliberar (brevemente, por la hora). Cuando regresaron (minutos después) explicaron que no hubo acuerdo, y que por cinco votos contra tres consideraban que había que absolver al imputado. El magistrado se rió y decidió aceptar la resolución, pero aclaró que en un caso real un jurado debe entregar una decisión unánime y deliberar las horas que sean necesarias.

La teatralización demostró que los juicios por jurado podrían emplearse en nuestra provincia, pero, si se aplica este sistema ¿qué pasará cuando verdaderamente la decisión sobre el destino de una persona recaiga sobre usted?

Puntos clave

Se narró las teorías del caso. La fiscalía planteó que un policía eligió ejecutar a un joven; los defensores, que fue una legítima defensa

Comenzó la ronda de testigos, donde peritos brindaron precisiones y explicaron los informes que habían realizado sobre el caso

En los alegatos, la fiscalía y la defensa buscaron empatizar con el jurado, influir en su elección y hasta condicionarlos

Luego de deliberar unos minutos, el jurado resolvió por fallo dividido absolver al acusado. Se aclaró que esta decisión debe ser unánime

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