Entre la incertidumbre, el año electoral y la oposición

Entre la incertidumbre, el año electoral y la oposición

La incertidumbre reina en la dirigencia política por estos días. El ascenso de Sergio Massa como ministro de Economía cambió el escenario político nacional y repercute en el de las provincias, sobre todo, en aquellas gobernadas por el oficialismo. La sensación generalizada en el Frente de Todos (FdT) es que atraviesan la última oportunidad para enderezar la gestión económica y, sobre todo, la política. Las medidas anunciadas por el tigrense y las que había impulsado su antecesora Silvina Batakis mantienen en vilo a gran parte de los distritos provinciales porque no se termina de conocer el alcance de gran parte de las disposiciones.

En caso de Tucumán, hay dos que son las que generan más inquietud: el impacto que puede llegar a tener el nuevo ajuste tarifario en la clase media (la Provincia ya se aseguró la tarifa social para 170.000 familias antes de las modificaciones en el Ejecutivo Nacional) y qué consecuencias tendrá la aplicación de la caja única.

Algunos de los tucumanos que participaron del acto de jura de Massa quedaron asombrados por la frialdad que percibieron en el acontecimiento por las actitudes del Presidente, Alberto Fernández. Consideraron que, así como se retiró de la ceremonia raudamente y cedió el protagonismo a Massa, habría dado un paso al costado del poder. De hecho, alguien arriesgó que su última manifestación de autoridad fue la designación de Juan Manuel Olmos como vicejefe de Gabinete, el cargo por debajo de Juan Manzur que ocupaba hasta el momento Jorge Neme. Destacan que, para fortuna del oficialismo local, el gobernador tucumano de licencia pudo resistir en su cargo, aunque hasta sus cercanos reconocen que la llegada de Massa implica una pérdida relativa no sólo de poder sino también de protagonismo. De todas maneras, en parte del peronismo tucumano consideran que Manzur se dedicará a apuntalar sus importantes vínculos nacionales y a seguir facilitando gestiones para Tucumán. No pierden de vista que Manzur supo adaptarse y sostenerse en un ambiente hostil, cuando llegó al Gobierno de los Fernández, también en un contexto de conflicto interno tras los resultados adversos de las Primarias. Hay otro aspecto clave para seguir de cerca los pasos del tucumano en la Rosada: en el PJ nacional dan como hecho que el mandatario nacional quedó fuera de la carrera para aspirar a una eventual reelección. En su entorno considera que no todo está dicho y que el justicialismo puede llegar a apostar a un gobernador para integrar una posible fórmula. En ese esquema, si la estrategia “Massa” sale bien, ubica al ex jefe de la Cámara Baja como un contrincante de cuidado. La apuesta de Massa es fuerte, teniendo en cuenta los antecedentes en el ministerio que ahora encabeza, el más complicado y polémico. Si bien celebran que el Gobierno ganó un poco de oxígeno, todo está demasiado revuelto y habrá que esperar, afirman, el efecto de los cambios y el plan económico integral que debería ponerse en marcha pronto. La gestión de Massa, consignan, necesita no sólo de respaldo externo sino principalmente interno.

Oficialismo

En general, los gobernadores siguen muy expectantes el desarrollo de los últimos acontecimientos nacionales. Confían en que se les cumplirán los compromisos que adquirió la Nación, en materia de financiamiento y de obras. En Tucumán, la interna en el oficialismo y la crisis nacional, ambas del año pasado, parecen haber tenido una derivación curiosa: habrían puesto a la provincia en una zona relativamente más segura que el resto ¿Por qué? Por un lado, tanto oficialistas como opositores reconocen que el hecho de que Manzur esté a la cabeza del Gabinete desde septiembre generó que Tucumán tenga más facilidades para las gestiones y acceso a más recursos que otras. Por el otro, que Osvaldo Jaldo lo haya reemplazado en la gobernación generó otra dinámica en la gestión. Puertas adentro, apuntan a que el tranqueño puso énfasis en buscar más convenios y más obras.

En la Casa de Gobierno opinan que el entuerto político finalmente generó que ahora haya una posición mejor que otros distritos. En los despachos de 25 y San Martín aseguran que la situación financiera es estable y que están en marcha o esperan poder terminar la gestión con inversiones de $120 mil millones en obras. Enumeran que la cárcel nueva está en marcha; que las alcaidías tienen compromiso de financiamiento; que se pudieron emprender estaciones transformadoras que serán clave para el verano y que se pudieron terminar plantas de tratamiento.

Tanto en el jaldismo como en parte del manzurismo manifiestan que la relación Manzur-Jaldo sigue en buenos términos y que la complicada situación nacional convenció a ese tándem de que la unidad del PJ es la única alternativa para 2023. En el Ejecutivo dan por sentado que las elecciones serán en junio, tal como las de 2019. La convocatoria para los comicios se concretaría en febrero. En los últimos días, altos miembros de la gestión se habrían mostrado arrepentidos de haber recurrido a la Justicia para que ratifique la fecha electoral y apuntan a un mal asesoramiento. Consideran que no era necesario, por el antecedente de las últimas elecciones y que, a la vez, abrieron la puerta para que la oposición los cuestione y tome protagonismo. En el oficialismo dicen que a la versión local de Juntos por el Cambio (JxC) le conviene “pegarse” a los comicios federales y que el proceso no sea antes, por las previsiones positivas para ese espacio en el ámbito nacional.

Hay otro asunto del que se habla en los pasillos del poder: la situación de la interventora del Instituto de la Vivienda. Fuentes de los alrededores del despacho gubernamental reconocieron que se está analizando si Stella Maris Córdoba sigue en el puesto, luego de que trascendiera que se encontraba de viaje en el exterior. Los próximos días, consideran, serán claves para su futuro en la gestión. La decisión estaría en manos del gobernador.

Oposición

La polémica por la distribución de los fondos entre los municipios podría tener un nuevo episodio esta semana. Si el gobernador no viaja a Buenos Aires, recibiría el martes a los intendentes radicales Mariano Campero (Yerba Buena), Alejandro Molinuevo (Concepción) y Sebastián Salazar (Bella Vista). Jaldo y los radicales estarán frente a frente luego de una sucesión de hechos. Incluyó una reunión entre el gobernador, los jefes municipales y el presidente de la UCR, Roberto Sánchez, que generó críticas en el resto de la oposición; una nota del periodista de este diario Martín Soto que reveló la distribución de fondos no reintegrables entre las ciudades; las críticas de los radicales a la diferencias de montos -hablaron de “discriminación”- entre oficialistas y disidentes y la invitación de Jaldo a abandonar el llamado “Pacto Social”. Según distintas fuentes, Campero habría requerido el nuevo encuentro personalmente para calmar las aguas tras los fuertes cruces porque la idea del espacio que encabeza junto a Sánchez es que no haya en este momento más peleas con el Ejecutivo. En la Casa de Gobierno informaron que ningún jefe municipal pidió salir del acuerdo financiero. En los entornos de los intendentes aseguran que no es el momento de hacerlo y menos con un Gobierno provincial de distinto signo político. Las administraciones de las ciudades vienen renovando los convenios mensualmente por la inflación y algunas de ellas lo habrían suscrito recientemente.

Un punto de disidencia es la presencia de Sánchez: desde el radicalismo se dio a conocer que no sería esta vez de la partida. Su participación había generado ruido y críticas dentro de la oposición, porque ya no es intendente y, porque, además, es el principal precandidato radical a la gobernación y, por ende, se enfrentaría eventualmente a Jaldo en las urnas. El grupo habría decidido preservarlo. En el Ejecutivo, sin embargo, podrían invitarlo una vez más para poder “intercambiar opiniones”.

En el alfarismo, que conduce el otro municipio opositor de la provincia, opinan que es imposible que los radicales entren en un pleito real con Jaldo porque mientras se mantengan en el Pacto dependen económicamente de la Provincia. El espacio se mantuvo al margen de la situación porque consideran que la disputa deja a su líder Germán Alfaro como “único intendente opositor” a Jaldo. Alfaro, mientras, sigue abocado a la gestión, a sumar dirigentes en el interior y afianzar lazos con Horacio Rodríguez Larreta.

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