Fórmula 1: el margen de error es mínimo

Fórmula 1: el margen de error es mínimo

El fin de semana se corrió el GP de Hungría con una apabullante victoria de Max Emilian Verstappen, el campeón del mundo. El neerlandés largó en P10 por una falla mecánica que tuvo en clasificación, pasó a todos, incluso a Charles Leclerc con una maniobra increíble. Ganó sacándole 10 segundos a Lewis Hamilton. George Russell completó el podio. En el camarín previo a la premiación, Verstappen, Hamilton y Russell veían repeticiones de la carrera y Lewis dijo: “¿Las Ferraris pusieron duro?” (en referencia al neumático). George y Max se dieron vuelta sonriendo y uno de ellos respondió: “increíblemente, sí”.

Ya pasaron 13

El año empezó bien para la Scuderia luego de probar la F1-75 y mostrarle al mundo lo bien que se habían adaptado a los cambios de reglamento. El auto era estable, rápido, equilibrado, lo que les permitiría a Leclerc y Carlos Sainz pelear por el campeonato. Aquel que Ferrari no gana hace 15 años.

En Sakhir, la primera carrera del año, empezaron muy bien. Ganó Leclerc seguido de cerca por Verstappen, pero ambos a más de ocho segundos de Hamilton. La segunda fue en Jeddah, en Arabia Saudita, donde ganó Verstappen y Leclerc llegó a menos de un segundo. Otra vez los dos en otra liga: le sacaron ocho segundos a Sainz, que completó el podio. Hasta aquí, Ferrari y Red Bull andaban bien, y Leclerc y Verstappen entendían sus autos nuevos mejor que sus compañeros.

En Australia, el monegasco del cavallino rampante hizo pole y permaneció primero toda la carrera. Verstappen tuvo problemas de motor y abandonó. Sergio Pérez y Sainz llegaron P2 y P3 a 20 segundos de la punta. Leclerc parecía demoledor.

En Emilia Romagna fue victoria con piso mojado de Red Bull: uno-dos bestial con Max y “Checo”. Leclerc venía peleando la P3 y cometió su primer gran error: puso el monoplaza arriba de un pianito que lo llevó a trompear. Perdió 10 segundos en boxes y terminó en P6. Sainz había abandonado por chocar con Daniel Ricciardo.

La carrera Nº 5 fue el esperado GP de Miami. Las Ferraris se clasificaron P1 y P2, pero la carrera la ganó Verstappen.

En Barcelona, Sainz otra vez chocó con Ricciardo en el lanzamiento y quedó en el fondo de la parrilla, Leclerc perdió potencia cuando lideraba a más de dos segundos y abandonó. Finalmente, fue victoria de Red Bull con Verstappen y Pérez.

Mónaco fue uno de los peores papelones de la historia de Ferrari. Le arruinaron la carrera a su piloto principal y nada menos que en su propia casa: la lluvia intensa sobre el principado suspendió la largada detenida y se comenzó con safety car. Charles, que había clasificado en P1, lideraba cuando el equipo cometió un error grosero y lo llamó a boxes: “nooooo, ¿por qué hacemos esto? ¿por qué?!”, retumbaron sus gritos hablando con el ingeniero Xavier Marcos Padros. Le dejaron servida la victoria al equipo de la bebida energizante, con “Checo” Pérez.

Bakú fue otro desastre para los de Maranello: la caja de cambios de Sainz y el motor de Leclerc fallaron y fue abandono doble. Otra vez uno-dos de Red Bull con Verstappen-Pérez.

El GP de Canadá finalizó con otra victoria de Verstappen, seguido por Sainz y Hamilton. Leclerc terminó en P5 después de haber largado último por penalidad (cambio de elementos en la unidad de potencia).

En Silverstone, Verstappen tomó rápidamente la delantera en una largada accidentada por el monstruoso vuelco del piloto de Alfa Romeo, Guanyu Zhou. El monoplaza se arrastró boca abajo más de 200 metros y terminó abrazado al alambrado de las gradas. Una vez más fuimos testigos de cómo el halo le salvó la vida a un piloto de Fórmulas. La carrera se demoró en retomar, pero fue una de las mejores de los últimos cinco años. Faltando 10 vueltas Leclerc lideraba, pero una pésima gestión de gomas lo dejaron en P4. Fue la primera victoria de su compañero Sainz, seguido de Pérez y Hamilton. Verstappen fue P7 con un auto dañado en el piso.

En Austria volvió a ganar Leclerc, pero Sainz terminó incendiado (aunque ileso) y fuera de competencia. Ferrari llegaba a Francia con dos victorias y la presión se hizo sentir. Leclerc lideraba cómodo cuando increíblemente trompeó y generó el único accidente del fin de semana. Adentro del monoplaza, el monegasco gritaba de impotencia. El error había sido suyo. La victoria fue de Verstappen.

Manejar las presiones

La Fórmula 1 es una gigantesca olla a presión generando calor en el cuello de los ingenieros, mecánicos, jefes de equipos, marshalls, asistentes, productores y jueces. Todo el mundo trabaja al límite y más los pilotos. Solo 20 personas por año tienen la posibilidad de manejar un auto de Fórmula 1. Por ello, los que están deben rendir al 110%. Eso es F1. Manejar la presión, incluso mucho más que el auto. Red Bull ya tiene varias temporadas batallando con la excelencia de Mercedes. Vienen de ganar el Mundial de Pilotos en la mejor temporada de la historia, aquella que se definió en la última vuelta de la última carrera.

En Ferrari, la baja fiabilidad del auto los ha llevado a perder muchos puntos, pero la gran mayoría los han perdido por errores humanos. Ingenieros, mecánicos y pilotos que pifian en momentos decisivos.

Faltan nueve

Verstappen lidera el mundial con 258 puntos, le siguen Leclerc con 178 y Pérez con 173. En la historia de la categoría, nadie ha podido dar vueltas esos números. Ferrari debe ir por todo, pero sin descuidar a Mercedes, que viene en levantada y tiene la mejor gestión de neumáticos. La acción regresará el 26 de agosto con un clásico: Spa-Francorchamps, en Bélgica. Serán meses intensos con una carrera en agosto, tres en septiembre (Países Bajos, Italia y Singapur), tres en octubre (Japón, EE.UU. y México) y dos en noviembre (Brasil y Abu Dhabi). A las carreras hay que correrlas, más en F1, donde todo puede pasar.

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