Axel Córdoba, desde Graneros se proyectó a todo el mundo

Axel Córdoba, desde Graneros se proyectó a todo el mundo

El joven tucumano fue destacado entre 7.000 estudiantes de todo el planeta por sus innovadores proyectos. Sorpresa y expectativa.

AMOR POR LA CIENCIA. Axel estudia Ciencias Geológicas en la Universidad Nacional del Comahue. AMOR POR LA CIENCIA. Axel estudia Ciencias Geológicas en la Universidad Nacional del Comahue.

Axel Leonel Córdoba nació en Graneros, al sur de Tucumán, hace 25 años. Pasó su niñez haciendo experimentos con lo que tenía a mano, y eso marcó su amor por la ciencia. No fue lo único. Inició y terminó sus estudios en su ciudad natal, y la experiencia de finalizar la secundaria en una escuela rural lo ayudó a pensar en qué quería para su futuro y el de alumnos cómo él. Gracias a ello, hoy se encuentra entre los 50 finalistas del Global Student Prize 2022, un premio que destaca a los mejores estudiantes del mundo.

No es poco decir. El galardón está organizado por la Fundación Varkey y por Chegg.org, y el ganador -que se anunciará en los próximos meses- se hará acreedor de la suma de U$S 100.000. Axel fue destacado por dos proyectos propios: “Ciencia Cristalina”, que busca crear laboratorios de física y química de bajo presupuesto para escuelas rurales, e “Hydroplus”, un polvo granular que reduce el uso de agua de riego. En exclusiva, y a pocas horas de que la noticia tomara estado público, el joven (que estudia Ciencias Geológicas en Neuquén) dialogó con LA GACETA.


- ¿La ciencia ya formaba parte de tu vida en tu infancia en Tucumán?

- Sí. Y desde muy chico. Creo que más que nada por mi espíritu creativo, me encantaba hacer experimentos con botes de perfume, mezclando bicarbonato con vinagre, o aceite con agua para ver la diferencia de densidad. Lo hacía por curiosidad y porque me gustaba hacer diferentes tipos de experimentos, ver documentales y armar cosas de bajo presupuesto. Y eso es lo que trato de fomentar con Ciencia Cristalina: se puede hacer ciencia con cosas que tenemos en el hogar, y no necesariamente necesitamos instrumental muy complejo para despertar el interés científico en los alumnos.

- Estudiando en una escuela rural, ¿es difícil el acercamiento a la ciencia?

- Sí. Y esa fue una de las motivaciones que tuve para iniciar el taller. Lo emprendí a partir de una beca del instituto Balseiro, dónde me capacitaron en cristalografía y en crecimiento cristalino. Ahí recordé lo que yo había vivido en la escuela rural, que es algo que se replica a nivel país: la falta de instrumental necesario para hacer experimentos; eso no tiene que ser un limitante. Se pueden hacer experimentos con cucharas de madera o potes de mermelada. Y todo eso puede hacer en el aula y fomentar el interés por la ciencia.


- ¿Así surgió la idea de llevar “Ciencia Cristalina” al interior?

- Ahí empecé a pensar en qué podíamos llevarlo a escuelas rurales o a zonas periféricas, en las que yo sé, por experiencia, que toman la falta de instrumental como una limitación. Y eso no tiene que ser así; a la educación se la tiene que tomar como una oportunidad, y todos los proyectos sociales y educativos fueron impulsados por eso. Porque sin educación no hay progreso. Y la educación es una herramienta que transforma personas, que son las que luego van a transformar las sociedades. ¡Qué mejor que empezar desde pequeños! Por eso este proyecto se va a aplicar en primaria y secundaria, con una perspectiva integral de la ciencia, viéndola como una forma de trabajo y no cómo algo tan complejo, como se piensa. Por ahí los chicos pueden aprender conceptos básicos de química, de física, y también aprender lo que es la perseverancia.

- ¿Se podría implementar en Tucumán?

- La idea es que el proyecto no se quede en unas cuantas escuelas rurales, sino que pueda llegar a todas las provincias del país. Es un proyecto integral en ciencias; y el objetivo es que se mejore, que podamos conseguir voluntarios que lleven estas tareas a las escuelas, que podamos impartir conocimientos y formar a estos niños, que quieren tener un futuro mejor.

- Estás entre los 50 mejores estudiantes del mundo. ¿Cómo te enteraste?

- Nos avisaron hace dos semanas a los que quedamos en el top 50. Creo que estaba estudiando para un examen, y me puse a revisar el correo electrónico. Fue una alegría enorme; estaba muy contento, porque éramos más de 7000 candidatos a nivel mundial, todos jóvenes trabajando por lograr un impacto positivo en el mundo. No me lo esperaba, y tuve que guardar el secreto hasta hoy (por ayer). Nadie sabía de esto, a excepción de unos pocos familiares.

- Para el galardón se valora toda tu carrera académica, ¿no?

- Sí. Se conoce la trayectoria de quienes son postulados y cómo están impactando en su comunidad. Es un conjunto de cosas...

- Según dice la Fundación Varkey, todos los estudiantes lograron “impacto real en el aprendizaje, en la vida de sus compañeros y en la sociedad”...

- Sí. No sólo evalúan lo académico. En mi caso, desde que estoy en el secundario llevé a cabo varios proyectos; fui presidente del centro de estudiantes, participé en ferias de ciencias y en parlamentos juveniles en los que competíamos a nivel provincial, nacional e internacional.

Más tarde entré a una red de jóvenes políticos, para ser coordinador en Río Negro de una organización que lucha por derechos humanos; además, participé como voluntario de organizaciones civiles y llevé a cabo varios proyectos, entre ellos, la creación de una nueva tabla periódica de los elementos.

También creé la bandera de Fernandez Oro, donde vivo ahora, a partir de un concurso público.

-Acá entra Hydroplus, que es tu otro emprendimiento. ¿Qué podés contar sobre eso?

- Lo estamos trabajando junto con un compañero de la universidad. Se trata del comercio de un polvo granular que absorbe el agua y la libera a medida que la planta lo va necesitando. Decimos que son como un pañal para árboles, porque se pone cerca de las raíces y va soltando agua y nutrientes según lo necesite. Buscamos reducir el uso del agua a un 50%; ya lo hemos validado en macetas y en jardines, y la idea es potenciarlo y llevarlo a cultivos extensivos y a agricultores, que es dónde más falta hace el agua, por la sequía.

- Todo esto demuestra que desde cualquier parte del mundo y de cualquier forma, se pueden hacer grandes cosas.

- Sí. Eso es lo que buscamos. Y esto demuestra la convocatoria. Que existan este tipo de concursos es muy positivo, porque hay muchos jóvenes que se ponen autolimitaciones, que dicen “esto no es para mí”... Yo los incentivo a postularse, a empezar a emprender cosas que generen impacto real en el ambiente, en la educación, en lo social... Todas estas van a desarrollar a la persona, y además, van a dejar una huella para el futuro. Todo eso se puede lograr, con perseverancia, con educación y con gente que te apoye.


- En caso de ganar, ¿para qué pensás usar el premio?

- Es muchísimo (dinero). Lo usaría para poder escalar ambos proyectos. Quiero que Ciencia Cristalina e Hydroplus lleguen a muchísimos más lugares. Pero esto, estar entre los 50 mejores, ya es un logro de por sí. Proyectando para atrás, no sé si me veía hoy en dónde estoy... Estoy muy contento de hasta dónde llegué, gracias al apoyo de mi familia, de mis profes... Creo que tuve la suerte de tener buenos profes en el secundario que me incentivaron a participar en la ciencia, en lo social, a presentarme... Fueron de gran apoyo; y estoy muy agradecido con la educación pública por todo lo que me brindó.


- Y buscás devolver un poco de eso...

- Sí. De eso se trata.

Quién otorga el premio

Un galardón solo para estudiantes

El Global Student Prize es un premio creado por la Fundación Varkey, en alianza con la organización Chegg.org. Ambas organizaciones investigan y celebran la tarea de estudiantes y docentes a lo largo y ancho del planeta. En esta ocasión -la segunda convocatoria para estudiantes- participaron más de 7.000 personas de 150 países. Entre los 50 elegidos hay dos argentinos: el tucumano Axel Leonel Córdoba y Nicolás Alberto Monzón, de Buenos Aires. Además, hay otros finalistas de diferentes países de Latinoamérica. En agosto se anunciarán los 10 finalistas y, más tarde (todavía no se ha definido la fecha) la Academia del Global Student Prize elegirá un ganador.

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