Cartas de Lectores I: apuntes sobre el dique

10 Julio 2022

El dique El Cadillal fue construido por el sistema de coste y costas, método que obliga al contratista a ejecutar los trabajos contra el reintegro de los costos más un plus constituido por un porcentaje a aplicar sobre los primeros. Mediante licitación pública internacional realizada durante el gobierno de Celestino Gelsi, la empresa Richard Costain fue adjudicataria del dique, mientras que a la firma English Electric le tocó todo lo correspondiente a la usina. Las obras demandaron cinco años de ferviente labor. El dique costó diez millones de libras esterlinas y la usina dos millones, aproximadamente. La financiación estuvo a cargo del Lloyd Bank de Londres, que pagaba los certificados de obra. Se la amortizó en 12 años, a razón de 500.000 libras cada seis meses, que el gobierno nacional pagaba con fondos de la coparticipación federal que le correspondían a Tucumán. El interés por el préstamo del Lloyd Bank fue de un millón de libras esterlinas. Fui el contador general de la Inspección. Controlaba el inventario y los certificados de obra mensuales que la empresa remitía en más de quince biblioratos y verificaba que los gastos estuvieran debidamente autorizados por órdenes de servicio de la Inspección adjuntas a las facturas, los remitos y los recibos. La diferencia de inventario que pudiera haber con la asentada en los cardex se descontaba en la certificación siguiente. Sobre lo certificado se aplicaba un 15% en concepto de gastos de administración y 10% de beneficio para la empresa. El monto en pesos era convertido a libras esterlinas a la cotización vigente a la fecha de presentación del certificado de obra, y con las firmas de quienes lo confeccionaron y controlaron, el documento se remitía a la Secretaría de Obras Públicas para su aprobación por decreto. El inspector general de esta obra monumental fue el ingeniero Roberto Eugenio Rebollar, asistido por un excelente plantel de profesionales, como lo fueron los ingenieros Guardo, Lobo, Lazarte, Giobellina, Neme, Iván, Murga y otros cuyos nombres no recuerdo, al igual que el de los muy buenos sobrestantes. Una anécdota: en oportunidad de una campaña electoral, el candidato a gobernador Carlos Imbaud criticó a Gelsi por esta obra. El aludido le respondió: “gracias al dique El Cadillal usted tiene la posibilidad de bañarse, si es que tiene la sana costumbre de hacerlo”. Hoy, este dique se llama “Celestino Gelsi”. Nunca fue más apropiado un nombre para bautizar una obra.

Luis Salvador Gallucci

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