Boca en la Libertadores: perder también cuesta plata

Boca en la Libertadores: perder también cuesta plata

Boca dejará de ganar millones por la eliminación

EL MISMO DESTINO. Por segundo año consecutivo, Boca fue eliminado en octavos por un equipo brasileño. La alarmante realidad económica argentina agrava la brecha entre los clubes de un país y del otro. EL MISMO DESTINO. Por segundo año consecutivo, Boca fue eliminado en octavos por un equipo brasileño. La alarmante realidad económica argentina agrava la brecha entre los clubes de un país y del otro. REUTERS

La imagen de hinchas de Corinthians rompiendo billetes de 1.000 pesos a modo de burla por la imparable pérdida de valor de la moneda argentina sirvió no sólo para agregar un capítulo inédito al manual de gastadas futboleras en el clásico sudamericano, sino también para graficar el lado B de la segunda eliminación consecutiva de Boca en octavos de final de la Copa Libertadores. Porque si bien el motivo más inmediato de lamento es la frustración de otro año (y ya van 15) sin alcanzar esa codiciada séptima que sólo Independiente tiene, las implicancias de la derrota por penales y de local van más allá de lo deportivo. Porque de la mano de la eliminación viene lo que el “Xeneize” dejará de ganar en un escenario de crisis económica agravado por la coyuntura nacional de estos últimos días.

Ya no es secreto para nadie que la fuerte devaluación del peso argentino tras la renuncia del ministro de Economía, Martín Guzmán, repercutirá en la capacidad de los clubes de hacer frente a sus deudas en dólares y, sobre todo, de traer refuerzos de categoría del exterior. Escaso de reservas, el Banco Central ordenó que ya no se puedan hacer giros en dólares al extranjero a valor oficial (alrededor de $130), por lo que los clubes deberían recurrir al dólar MEP o “dólar bolsa”, de valor cercano al blue (aproximadamente $260), pero legal. O sea, les costaría el doble. Eso mismo fue lo que puso en suspenso la llegada del colombiano Miguel Borja a River. A su vez, el coqueteo de Arturo Vidal con Boca antes de firmar con Flamengo es un botón de muestra de lo que se viene: una mayor disparidad entre el poder adquisitivo de los clubes brasileños y de los argentinos.

En pocas palabras: si nunca es momento de perder dólares, ahora menos. Y sólo por quedar afuera demasiado temprano (para un club con sus aspiraciones), Boca se perdió de ganar como mínimo dos millones de dólares, monto que corresponde a los que avanzan a cuartos de final (y que por ende se llevó Corinthians sin haber pateado al arco). En el peor de los casos, se perdió de ganar 20 millones, cifra que hubiese acumulado en caso de ser campeón. Y eso sin contar los ingresos por venta de entradas y un porcentaje de tickets de la final, lo que sumaría algunos millones más a la ecuación.

Por más que se trate de un club de billetera más gorda que el resto (al menos en Argentina), es un dinero que le hubiera venido muy bien a las arcas “xeneizes”. No sólo por la golpeada realidad económica del país, sino porque la propia economía del club se ha visto afectada por algunas cuestiones reciente, como la finalización del vínculo con Qatar Airways, main sponsor cuya presencia en la camiseta le reportó 28 millones de dólares al club en los últimos cuatro años. Si bien hubo rumores de posibles reemplazantes (como el regreso de Quilmes), ninguna oferta convenció a la directiva, por lo que la “azul y oro” permanecerá limpia por lo menos hasta después del Mundial.

A eso se suman las partidas en condición de libres de figuras como Cristian Pavón (que llegó a tener una cláusula de rescisión de 50 millones de dólares tras el Mundial de Rusia) y Eduardo Salvio, que costó siete millones de euros y dos años después también se fue por cero. En contrapartida, hay jugadores que no han rendido de acuerdo a las expectativas y su valor de mercado actual es inferior al que Boca pagó por ellos, por lo que su cesión o venta implicará también una pérdida. Por caso, Norberto Briasco (costó 3,5 millones de dólares), Esteban Rolón (medio millón de dólares a Huracán en concepto de rescisión) y Nicolás Orsini (1,75 millones de dólares por el 50% del pase). Todos, firmes candidatos a irse más temprano que tarde.

Comentarios