El sabor del reencuentro

El sabor del reencuentro

En su regreso al país después de tres años, Los Pumas tuvieron un partido correcto y le ganaron el primer duelo a Escocia. Habrá revancha en Salta.

El sabor del reencuentro

Por extraño que resulte en una provincia tan folklórica como Jujuy, el llanto melancólico y sostenido de las gaitas escocesas fue una banda de sonido ideal para el reencuentro entre Los Pumas y su público después de más de tres años de distancia a causa de la pandemia. Sí, aunque parezca mentira, la última vez que el seleccionado había jugado en suelo argentino se remontaba a la previa del Mundial de Japón, cuando todo era esperanza y los barbijos eran sólo una rareza propia de esa cultura.

Sin embargo, al margen de lo simbólico del reencuentro, lo verdaderamente importante era ver con qué signo se estrenaba el ciclo de Michael Cheika al mando del equipo. Y lo cierto es que el triunfo por 26-18 dejó muestras alentadoras, aunque está claro que el año Puma recién empieza y harán falta varios partidos para apreciar el impacto de la mano del australiano.

Por lo pronto, se vio un scrum sólido, un line prolijo, buen juego de tres cuartos y buena presión defensiva, al margen de ese cuarto de hora inicial del segundo tiempo, donde la reacción del Cardo se materializó en dos tries que hicieron tambalear el control general que Los Pumas mostraron a lo largo del partido. No fueron avasallantes, pero no cabía esperar tal cosa: porque es el primer partido en casi ocho meses y porque Escocia tampoco es un rival para subestimar.

El sabor del reencuentro

El primer tiempo fue muy bueno. En los apenas 20 minutos que estuvo en cancha antes de salir lesionado, Nicolás Sánchez (que volvió a ser el apertura titular luego de que Mario Ledesma lo relegara por ese experimento fallido con Santiago Carreras) tuvo mucha presencia en el prolijo juego argentino y aportó seis puntos en penales. La lesión de Tomás Cubelli antes del partido impidió ver a la pareja de medios prevista originalmente, pero Gonzalo Bertranou cumplió una buena tarea, dándole celeridad al juego desde la base del ruck.

Fue bueno también lo del otro tucumano en cancha, Matías Orlando, que casi no tuvo minutos con el seleccionado en 2021 por las lesiones. El concepcionense incluso generó un quiebre con chances concretas de try, pero se encontró sin apoyo.

Los tries de Jerónimo De la Fuente y Carreras (este último, generado por un gran quiebre de Juan Cruz Mallía que desarticuló a la defensa escocesa) le dieron la ventaja parcial a Los Pumas por 18-6. El Cardo entró con otra cabeza en el inicio de la segunda etapa y en un ratito se puso 18-18 con los tries de Mark Bennet y Rory Hutchinson, pero afortunadamente el equipo argentino recuperó con el control con la conquista de Bertranou.

Menor hubiera sido el apuro de no ser un problema que Los Pumas necesitan solucionar con urgencia: la falta de pateadores confiables. Desde la salida de Sánchez (y ya sin Domingo Miotti en el equipo), la responsabilidad de los lanzamientos a los palos volvió a caer en Emiliano Boffelli, un enorme jugador con muchas virtudes pero entre las cuales no está la efectividad. Potencia le sobra, pero le falta puntería. Y quizás contra Escocia se puede salir indemne desaprovechando un penal y dos conversiones (siete puntos), pero definitivamente no contra los rivales del Rugby Championship. ¿Faltará mucho para que se le dé una oportunidad al tucumano Tomás Albornoz?

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