¿Cómo se logra que Tucumán empiece a ser una provincia sustentable?

¿Cómo se logra que Tucumán empiece a ser una provincia sustentable?

Activistas ambientales e integrantes de ONG ecologistas opinaron que estamos alejados de las prácticas amigables con el medio ambiente. El rol del Estado y el trabajo colectivo

DIQUE EL CADILLAL. El embalse tiene cada vez menos capacidad de acumulación de agua porque se va juntando el sedimento.  DIQUE EL CADILLAL. El embalse tiene cada vez menos capacidad de acumulación de agua porque se va juntando el sedimento. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO

La sustentabilidad en materia ecológica se entiende como el uso y el aprovechamiento responsable de los recursos naturales para evitar su agotamiento, satisfaciendo las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones. También forma parte de esto el control de la emisión de sustancias y desechos contaminantes, buscando un equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente y el bienestar social.

La crisis climática es una realidad. En nuestra provincia la percibimos, por ejemplo, con lluvias cada vez más fuertes en verano que provocan inundaciones mucho más severas, incluso en sectores que antes no las padecían. O bien en la época seca, con focos de incendio cada vez más habituales en los cerros.

El Estado, en sus distintos niveles, debe implementar medidas y acciones concretas en todas sus áreas, de manera prioritaria, para preservar el medio ambiente, según lo establece el artículo 41 de la Constitución Provincial. También se indica que así como la sociedad tiene el derecho de gozar de un ambiente sano y equilibrado, tiene el deber de cuidarlo en provecho de las generaciones presentes y futuras. “El ambiente es patrimonio común”, se remarca.

Pero, ¿cuál es la situación de Tucumán? ¿Cómo se logra que empiece a ser una provincia sustentable? ¿Qué puede aportar la ciudadanía? ¿Qué deben hacer los líderes políticos en esta materia?

Esas son algunas de las consultas que este diario realizó a activistas ambientales quienes, desde sus distintas miradas, coincidieron en que la Provincia adeuda un compromiso real en la materia.

“En un sentido amplio de sustentabilidad, sí estamos lejos”, opinó el licenciado en Gestión Ambiental y Ecología, Kiyoshi Fortuna. Señaló que este cuadro se ve más exacerbado en esta época a partir de la zafra de la caña de azúcar. “Sin demonizarla, pero se ve mucha quema de caña y la falta de filtros en los ingenios. Asociado a la vinaza, que no es un residuo tan peligroso, pero tiene grandes volúmenes y es difícil gestionarlo”, apuntó.

Fortuna, integrante de la organización no gubernamental Jóvenes por el Clima, remarcó que lo social y lo ambiental van de la mano, y que Tucumán se encuentra alejada en ese sentido. “Todo lo que tenga que ver con el cambio climático, la provincia y la región tiene que hacer foco en la adaptación, sabiendo que hay escenarios futuros que harán más intensas las lluvias. Hay que trabajar con eso y hacer planes para evitar que suceda. Adaptarnos es urgente porque esto impacta en la sociedad”, advirtió.

El licenciado opinó que de parte del Estado hace falta mayor compromiso, ejecutando más que legislando. “Hoy muchas leyes no se están cumpliendo”, afirmó. A su vez, consideró clave el rol que tienen los recuperadores urbanos en materia de separación de residuos secos. “Hay que visibilizar su trabajo. Son unos de los grandes hacedores de que esos residuos no lleguen a un basural”, dijo.

Falta de conocimiento

El activista ambiental y consultor de empresas en sustentabilidad, Mauricio García Villanueva, cuestionó el rol que está teniendo el Estado en general en materia de reciclado. Puso especial foco sobre lo que sucede en San Miguel de Tucumán, donde vive cerca de la mitad de la población de la provincia y aún no se tomaron acciones masivas en tal sentido. “No entiendo cómo no tiene un sistema de reciclaje. ¿Cómo puede ser que no se estén valorizando los residuos? Es lamentable que no haya algo serio en ese sentido. Se mueven muy lentos los organismos”, expuso. A su vez, opinó que la Municipalidad debería dejar de postergar la implementación de un sistema de reciclaje y de centralizar en una única empresa todo lo relacionado a los residuos. Consideró que sería mucho más eficiente que hubiera unas 30 empresas a cargo cada una de 40 manzanas ya que habría un dinamismo distinto.

García Villanueva también es asesor ambiental de comunas. Contó que logró montar centros de reciclaje con unos $200.000 de fondos gestionados del sector privado. “Hay que laburar con lo que hay, no hay que sentarse a esperar los grandes fondos de la Nación y mientras tanto no hago nada. Si el proceso funciona, la gente se va a prender”, consideró.

El activista ambiental, quien fue uno de los impulsores de que Tucumán adhiera a la Ley Yolanda, acotó que hay que sacarse de la cabeza la idea de que el Estado va a solucionar los problemas. “Veo muchos políticos repartiendo semillas, pero el rol del Gobierno es poner los fondos donde tiene que ir. Hay mucha falta de conocimiento. No creo que haya mala voluntad, pero sí falta de conocimiento”, expresó.

García Villanueva remarcó que el cambio climático va a existir y que todo lo que se anuncia se va a dar, por lo que hay que tomar acciones tempranas. Como ejemplo expuso que la provincia sufrirá estrés hídrico por falta de agua, por lo cual es clave anticiparse en las gestiones. Señaló que el embalse de El Cadillal tiene cada vez menor capacidad de acumulación de agua porque se acumulan cada año más sedimentos y hace años que no se lo draga.

Salvar la extinción

El ecologista Diego Frías manifestó que las personas deben cambiar el concepto y tener una clave ecologista. Para eso, dijo que hay que hacer hincapié en la concientización. “Estamos trabajando en las escuelas, pero necesitamos que en cada hogar haya defensa del agua. En las casas hay que separar residuos, trabajar con los recuperadores urbanos. Ese es el laburo del futuro. Es remediar todo lo que venimos haciendo dentro de un sistema tan consumista. Tenemos que comenzar a hacernos cargo de la huella que vamos realizando”, expuso.

El también miembro de la Fundación Proeco, que tiene unos 30 años en la provincia, dijo que trabajan para concientizar sobre preservar el agua, los bosques nativos y tener un equilibrio con la Tierra. “Es difícil, es complejo, es muy largo, pero es nuestra misión. Nosotros no venimos a salvar al planeta, porque el planeta va a salvarse él mismo. Venimos a salvar la extensión”, subrayó. Planteó que hay que tener otra realidad, que hay que buscar el equilibrio y una forma diferente de expresarnos con la naturaleza.

Vida más sostenible

En cuanto al rol actual del Estado, Frías consideró que no participa. Que se hacen anuncios, como el de plantar más de un millón de árboles, pero que lo concreto es que se ha perdido de yunga de llanura. “No hay una mirada socioambiental. Cada acción política tendría que tener una mirada socioambiental real, no para la prensa o para quedar bien. Creo que al Estado le falta muchísimo. Tenemos la Ley Yolanda, la de educación ambiental. Hay ideas de la gente para tener una vida más sostenible, pero (el Estado) no asume la responsabilidad. Tendría que tener una agenda ambiental y llevarla adelante”, dijo.

El activista ambiental planteó en especial que no ve una regulación en el uso del agua, ya que hay sectores de la sociedad donde todavía usan pozos de agua mientras otros llenan sus piscinas sin inconvenientes. “El Estado está como perdido, como que no le encuentra la forma. Hay que tener otra forma con la naturaleza. Necesitamos generar biodiversidad. Los ciudadanos son los que los generan, pero no hay biocorredores. Hay espacios vacíos inmensos donde no hay microclimas. El Estado está perdido, no sabe cómo hacerlo. La solución es trabajar con los ciudadanos; la salida es colectiva”, expuso.

Este diario intentó pero no logró comunicarse con el secretario de Medio Ambiente de Tucumán, Alfredo Montalván, para tener su postura al respecto.

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