Para Atlético, cada fecha es un parto

Para Atlético, cada fecha es un parto

Se acostumbró a seguir de cerca los partidos de sus rivales directos en la zona baja de los promedios, una tarea que implica una dosis adicional de nervios y sufrimiento.

FOTO DE MATÍAS NAPOLI ESCALERO (ESPECIAL PARA LA GACETA) FOTO DE MATÍAS NAPOLI ESCALERO (ESPECIAL PARA LA GACETA)

Jugar en varias canchas a la vez, unos cuantos partidos cada fecha. A eso se viene acostumbrando últimamente el hincha de un Atlético amenazado por el único fantasma al que no basta con sacarle la sábana para percatarse de su inexistencia: lo que hay que sacar son puntos y más puntos para gambetear el descenso.

Según la programación que le toque en suerte (o por los designios de la televisión y demás) en cada jornada, el “Decano” sale a la cancha conociendo algunos (y no conociendo otros) de los resultados de sus rivales directos en la lucha por la permanencia en la élite del fútbol argentino.

En el caso de esta segunda fecha, Atlético volvió a pisar el “otro” Monumental -el que lleva ahora el “naming” de un supermercado y se encuentra en el coqueto barrio porteño de Núñez- por segunda vez en un mes y medio sabiendo ya cómo les había ido a varios de sus compañeros de padeceres en la zona baja de la tabla del descenso.

Así, el hincha de Atlético sintió alivio por los goles “made in” La Plata, los de Gimnasia ante Patronato, el de Estudiantes frente a Aldosivi. Y también por el cero que no logró romper Arsenal de local ante Banfield.

Está claro que el viernes los tantos del colombiano Johan Carbonero y de Cristian Tarragona o el gol en contra del paraguayo Mario López no se gritaron, pero sí calmaron los nervios.

Todo lo contrario sucedió en la previa del partido de Atlético en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: el gol de Lisandro López en Junín para que Sarmiento venciera 1-0 a Argentinos cayó pesado al estómago.

Como si fuera una especie de TOC (trastorno obsesivo compulsivo), los simpatizantes miran una y otra vez cómo quedan los promedios, quién sube o baja un peldaño, después de cada partido que involucra a equipos que rodean a Atlético por arriba o por abajo.

Todo parece indicar que Patronato tiene todos los boletos para jugar la próxima temporada en la Primera Nacional. Pero a falta de 25 fechas (y 75 puntos) cualquier apuesta puede resultar desairada.

Como sea, Atlético espera mantener sus pies fuera del penúltimo lugar, ese que disputa hoy por hoy con Godoy Cruz y también con Arsenal, Aldosivi y Central Córdoba, que dividen por igual cantidad de partidos que el equipo tucumano.

Y también con Platense y Sarmiento, que tienen la ventaja y la desventaja de que una victoria los catapulta más rápido hacia arriba pero una derrota los daña significativamente en este subibaja no apto para cardíacos: el fútbol es solo un juego, pero para disfrutarlo hace falta tomarlo en serio. Y el descenso es el horizonte más temido en cualquier categoría.

Hoy, los hinchas de Atlético estarán atentos hoy a lo que suceda con el “Tomba”, el “Calamar” y el “Ferroviario”.

Con sus resultados puestos, recién entonces trazarán un balance sobre cómo quedó parado el equipo de sus amores en esta Liga que después de tres temporadas se vestirá de verdugo y dictará sentencia a más tardar por allá a fines de octubre.

Es lindo jugar en varias canchas a la vez. No mirando la zona roja, claro, sino las tablas de clasificación a las copas. A eso se había acostumbrado Atlético y a ello apuesta a volver en algún momento. Por ahora, debe mantener la calculadora a mano.

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