El estado de las rutas es parte de la seguridad vial

El estado de las rutas es parte de la seguridad vial

10 Junio 2022

La seguridad vial se construye entre todos. Hay factores que inciden particularmente en la conducción. La forma en la que cada uno maneja es preponderante a la hora de evitar accidentes. Pero también hay cuestiones mecánicas. Por eso es tan importante tener la Verificación Vehicular al día. De esta manera evitaremos inconvenientes a la hora del traslado. Pero hay un tercer factor, no menos importante que los anteriores, pero que tiene al Estado como protagonista y es el estado de rutas y caminos. En Tucumán, en los dos primeros la incidencia de las personas es directa, pero el estado en el que se encuentran las calles la posibilidad de accidentes es mayor. Basta circular por la mayoría de las arterias del Gran San Miguel de Tucumán para darse cuenta que en materia de infraestructura hay carencias.

Hay un ejemplo que sufren a diario miles de personas, que es la ruta 315, o Camino del Perú, sobre todo en el tramo que une la rotonda de las avenidas Belgrano - Perón con hacia el norte. Más allá de la discusión de si levantar o no esa rotonda, cuya resolución es tripartita entre las municipalidades de Yerba Buena y de San Miguel de Tucumán con la provincia, el estado de conservación del pavimento es lamentable. Los pozos son tantos que obligan a una circulación medida todo el tiempo. Y las maniobras de los conductores para evitarlos hacen que se torne más peligroso ya que, justamente, para no agarrar un pozo, siempre existe el peligro de chocar de frente contra otro vehículo o con los cientos de motociclistas o ciclistas que circulan en ambos sentidos. Estos últimos, además, deben hacer malabarismos para evitar caer al evitar los tramos rotos del camino, al tiempo que esquivan a los autos. El peor tramo, por lejos, es el que está entre el complejo deportivo de San Martín y el acceso al barrio Congreso. Los pozos, se dijo, son enormes y además de posibles accidentes, provocan constantes roturas en los rodados. Los bocinazos e insultos están a la orden del día a cualquier horario.

Hay reclamos constantes acerca de que el Camino del Perú está colapsado. Los emprendimientos urbanísticos privados y del Estado que llegan hasta Tafí Viejo volvieron esa traza intransitable por la cantidad de vehículos que circulan todos los días por allí. Y por el momento no se avizora una solución para ese conflicto. No hay un proyecto sustentable que habilite una vía paralela para quienes viven en la zona, más con la actualidad socio económica que vivimos. El constante tránsito de colectivos y de enormes camiones de distintas industrias sólo complica el panorama, aunque se entiende que son fundamentales para el movimiento productivo.

Entendemos que si no hay una solución viable por el momento para la construcción de una nueva vía, la que se está utilizando debería ser objeto de reparaciones periódicas. Más allá del malestar por tener que transitar a paso de hombre, situación que se agrava por la excesiva presencia de inspectores de tránsito (hasta cuatro por cuadra) más el semáforo de la intersección con calle Italia, se debería encarar un plan de bacheo y pavimentación en los tramos que están más castigados. La seguridad vial, en lo que hace el Estado, debe estar presente para evitar tragedias.

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