Cada vez más jóvenes van a estudiar a EEUU con becas deportivas

Cada vez más jóvenes van a estudiar a EEUU con becas deportivas

Aumentó el 23% la cantidad de argentinos que busca cursar una carrera en el exterior. Cuál es la estrategia que usan para conseguir una ayuda económica de más del 60%.

FELIZ. Ignacio Acosta Muñoz estudia Economía y juega al tenis en Miami. FELIZ. Ignacio Acosta Muñoz estudia Economía y juega al tenis en Miami.

Para muchos es un sueño hecho realidad. Vivir en un campus con miles de estudiantes, trabajar en la universidad, hacer un deporte, ir a fiestas, conocer gente nueva. La experiencia, que la hemos visto en esas clásicas escenas de series y películas estadounidenses, se ha convertido en un objetivo cada vez más buscado por los jóvenes argentinos.

Estudiar fuera del país es un fenómeno que crece día a día. Según el Instituto de Estadísticas de la Unesco, de 2015 a 2019, el 26% más de jóvenes a nivel mundial buscó cursar su carrera en el exterior. En Argentina, el 23% más de estudiantes apostó a esta posibilidad.

La tendencia no es nueva. Lo que está cambiando es que ahora los estudiantes, en su mayoría, no quieren volver al país cuando terminan su carrera en el exterior.

Estados Unidos está entre los destinos más elegidos. Cada año se solicitan más becas para cursar carreras de grado y de posgrado. Gracias a estas ayudas - la mayoría de los jóvenes que se van consiguen becas del 65% o del 70%- se hace posible cumplir el sueño de estudiar en el hemisferio norte. Además, cuando están allá, tienen la posibilidad de trabajar en el campus universitario cumpliendo distintas tareas. Y les pagan por hora hasta U$S 15.

Entrevistamos a dos jóvenes tucumanos para que nos cuenten su experiencia. En ambos casos, gracias a su actuación destacada en el deporte, consiguieron las becas para estudiar en Norteamérica.

Felipe Palazzo, que terminó la secundaria en 2019, cuenta que había anhelado irse a EEUU desde que comenzó a jugar al básquet, a los 11 años. Ahora que tiene 20, confiesa: “creo que estoy viviendo un sueño”. Fue muy largo el camino recorrido, hubo muchos sacrificios en el medio, relata. Cuando se fue de la Argentina, lo hizo por una beca que consiguió en una universidad de Florida para estudiar Finanzas, además de practicar su deporte favorito.

“En 2020 me agarró la pandemia aquí y entonces decidí probar suerte en la universidad de Oregon, que además tiene uno de los mejores equipos de básquet del país. Apliqué a una beca y me aceptaron porque tenía buenas notas. Aquí estudio Finanzas y Análisis de Datos. En estos días me confirmaron como parte del plantel de la próxima temporada de básquet universitario (la segunda liga más importante de Basquetball después de la NBA)”, relata.

SUEÑO CUMPLIDO. El tucumano Felipe Palazzo estudia Finanzas en Oregon y juega en la liga universitaria. SUEÑO CUMPLIDO. El tucumano Felipe Palazzo estudia Finanzas en Oregon y juega en la liga universitaria.

Además de estudiar y entrenarse, Felipe hace algunos trabajos rentados en la universidad: en el Athletic Department, según detalla. Eso le permite tener algo de dinero para sus gastos personales. “Cuando termine la carrera, me gustaría quedarme para hacer un máster o un doctorado en Economía”, proyecta todavía sin poder creer todo lo que ha logrado desde que comenzó este sueño.

Nivel competitivo

A Ignacio Acosta Muñoz, de 19 años, lo que más le angustiaba era pensar que cuando comenzara la universidad no iba a poder seguir entrenando tenis a nivel competitivo. “En Tucumán es complicado estudiar una carrera en la UNT y seguir entrenando tres horas por día. Pero en muchas universidades de EEUU sí se pueden hacer las dos cosas”, cuenta.

Así surgió la idea de conseguir una beca e irse. “Al principio no sabía si iba a estudiar Ciencias Económicas o Nutrición. Al final, me decidí por la primera”, relata. Desde agosto del año pasado está en una universidad de Miami. ¿Cómo son sus días? Todo transcurre en el campus. Se levanta muy temprano porque a las 7.30 arranca las clases, que duran hasta las 12. A esa hora se va a entrenar con su equipo, hasta las 15.30. Luego, le quedan varias horas libres para hacer tareas o estudiar, detalla. “Como estudiante, se puede trabajar para el campus de la universidad. En Miami también hay muchos argentinos trabajando afuera del campus, pero eso es sin papeles”, cuenta.

“Estoy viviendo un sueño. Por ahí sí extraño el ritmo más relajado de la vida en Tucumán. Pero aprendí a manejarme solo y gané independencia, lo cual me encanta. Lo bueno es que aquí si te proponés algo, se cumple. Cuando termine, me gustaría quedarme. Aunque no descarto la posibilidad de volver porque la Argentina es muy linda”, resume.

Aunque hay aspirantes que se encargan ellos mismos de buscar becas, la mayoría de los jóvenes que eligen hacer el proceso de admisión para obtener una ayuda lo realizan a través de consultoras especializadas que hacen de nexo entre el alumno y la institución educativa. Allí se analiza cuáles son los objetivos deportivos, académicos y la disponibilidad económica de las familias.

Sin la ayuda de una beca, afrontar un promedio de U$S 40.000 anuales es casi imposible para gran parte de los postulantes. Con un beca, esa cifra puede bajar hasta U$S 12.000 o U$S 14.000.

Cada vez más jóvenes van a estudiar a EEUU con becas deportivas

Una vez que el estudiante es aceptado por la institución, hay que pasar por todo el proceso administrativo: presentar papeles, tramitar la visa, etcétera.

Germán Michaylyszy, director de una de las consultoras que más trabaja con argentinos (manda unos 250 estudiantes al año), cuenta que en los últimos cuatro años aumentó el interés de los jóvenes por irse; entre ellos, han asistido a varios tucumanos. Y también cambió el objetivo que tienen: ahora no lo hacen solo para estudiar, sino también como un medio para quedarse a vivir en Estados Unidos. “Una vez que se gradúan, el Gobierno americano les da un permiso para quedarse, que es de uno a tres años si trabajan”, apunta.

Según cuenta, la mayoría de los interesados en irse a estudiar afuera obtiene becas parciales (salvo los deportistas que son de elite y consiguen el 100%). En general, las becas son de entre el 60 % y el 70% del costo total, incluyendo el estudio, el alojamiento, las comidas, el seguro médico y la actividad deportiva. “En general la gente piensa que estudiar afuera es para alguien que tiene mucho dinero. Y no es tan así, porque se consiguen becas muy altas y muchos de los chicos, además, trabajan en la universidad y de esa manera se van autosustentando”, remarca el director de Sport Masters.

Según su experiencia, muchas veces basta con tener un gran sueño que cumplir. Se puede aplicar a 20 o 25 universidades y vale la pena intentarlo.

Mitos y realidades

“Hay muchos mitos y prejuicios en torno a la posibilidad de ir a estudiar afuera. Entre ellos, se cree que hace falta tener un gran nivel de inglés o ser un crack en el deporte. No es así. En muchas universidades hay cursos intensivos de idiomas y después arrancan la carrera. Saber inglés es importante, pero no excluyente”, aclara.

“Tampoco es imprescindible tener definido qué van a estudiar. Otra idea errónea es pensar que para aplicar una beca deben ser muy buenos deportistas. Algunos chicos obtuvieron becas sin haber pisado nunca un club. Por otro lado, también hay becas artísticas, de diversidad cultural o exclusivamente académicas. También se puede aspirar a una carrera terciaria, que es una opción más rápida y económica. Hay universidades que permiten adelantar un cuatrimestre por internet y después viajar”, detalla Germán, quien se fue de Argentina a EEUU a los 17 años y sin saber inglés.

Análisis
Por qué crece el interés por irse

Una encuesta de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) reveló que el 70% de los jóvenes quiere emigrar. Por otro lado, el informe 2021 de Open Doors, el reporte de intercambio de alumnos que realiza Estados Unidos, indicó que, a pesar de los desafíos de la pandemia, más de 1.900 argentinos comenzaron sus estudios en Norteamérica. El número aumenta desde hace seis años.

María Laura Colque, presidenta de la Fundación para el Desarrollo Profesional, analiza este fenómeno: “La migración internacional constituye uno de los asuntos más relevantes de la agenda social, económica y política actual. En los últimos años creció de manera exponencial los casos de los jóvenes que aspiran a ir a EEUU, ya que se encuentran en un país que está sumido en una crisis económica, con una inflación anual que supera el 50%, y una de las monedas más devaluadas del mundo. El éxodo se produce con el fin de obtener la residencia. Uno de las posibilidades es con el ingreso a la formación académica que ofrecen las universidades de ese país. Y una opción viable es destacarse en el ámbito del deporte para obtener la matriculación en estas instituciones”, describe.

Según la experta, desafortunadamente los profesionales que cuentan con un nivel económico medio alto, inician su proceso de migración para buscar mejores oportunidades en el exterior. “A diferencia de años anteriores, los jóvenes aspirantes miran el futuro sin vista de regreso a la Argentina. La planificación es mudarse para no volver. Estas percepciones son cotejadas con aumentos de programas integrales de inglés, y hay entrenamientos físicos de jóvenes que ven el deporte como una llave a la salida a otros desafíos”. “Actualmente, muchos jóvenes no solo piensan en su futuro profesional, sino en su estilo de vida. La realidad es que una persona de 20 años no tuvo la oportunidad de escuchar a sus padres hablar de tranquilidad financiera, política o social en la Argentina. Desde que nacen se mueven en inestabilidad. Y ser profesionales en nuestro país no les garantiza nada”, remata.

A tener en cuenta
Datos para estudiar en EEUU

- Las universidades solicitan todos los expedientes académicos de los últimos cuatro años de secundario. No alcanza con tener buenas calificaciones solamente del último año.

- También importa mucho lo extracurricular, pero no como en la Argentina lo es estudiar un idioma, baile o tocar un instrumento. En América del Norte se destacan aquellas actividades en las que los alumnos demuestren liderazgo, iniciativa propia o ganas genuinas de innovar, como crear una aplicación, armar un proyecto o fundar una organización, algo que denote la pasión de una persona.

- Common App (Aplicación Común) es el sitio más conocido que los solicitantes utilizan para postularse a cualquiera de las más de 900 facultades y universidades de Estados Unidos. Algunas tienen admisiones continuas mientras que otras las reciben  generalmente entre enero y febrero.

- El ensayo de Common App es una de las partes más importantes de la aplicación. Tiene un límite de unas 650 palabras y es la mejor oportunidad para definirse a sí mismo que tienen los alumnos. Lo ideal es que no sea una recopilación de logros personales.

- En el caso de las becas deportivas, hay universidades que piden a los jóvenes que graben un video de cinco minutos practicando el deporte para el que van a postularse.

- Después de enviar la solicitud, algunas universidades ofrecen o exigen tener una entrevista. Duran entre 25 minutos y una hora. El propósito principal es conocer mejor al alumno.

- Además del ensayo, se piden cartas de recomendación y pruebas de inglés -como el Toefl- y un examen estandarizado llamado SAT que tiene como objetivo medir la preparación académica: incluye una parte de lengua (inglés) y otra de matemáticas.

- U$S 40.000 es el monto aproximado que se necesita al año para ir a una universidad. Incluye matrícula, alojamiento, comidas y material de estudio. Con una beca del 65% o 70%, se precisan unos U$S 12.000.

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