Locura por Wos en Tucumán: el artista contagió a la juventud

Locura por Wos en Tucumán: el artista contagió a la juventud

Los fanáticos, que invadieron Floresta, destacaron el contenido social de las letras del joven cantante, a quien consideran un revolucionario.

AGUARDANDO QUE SE ABRAN LAS PUERTAS. Pacientes, en largas filas, los adolescentes esperaban el show. AGUARDANDO QUE SE ABRAN LAS PUERTAS. Pacientes, en largas filas, los adolescentes esperaban el show.

El entusiasmo de la gente en la fila se mezcla con la desesperación de los que no consiguieron entrada. Sí, desesperación es la palabra: padres con hijos, adolescentes, adultos... los que no llegaron a hacerse con una de los 3.500 tickets que salieron a la venta hace un mes, se acercaron a la fila igual: algunos recorren la cola preguntando si no “sobró” una entrada, y hay otros ingeniosos que dan vueltas a la manzana con carteles que rezan “compro 1 entrada”. Y es que nadie quiere perderse lo que va a pasar en pocos minutos.

Son las 19 del sábado en el Club Sportivo Floresta. El humo del carbón ya empieza a inundar el ambiente, los vendedores ambulantes transaccionan a dos manos y los más afortunados, cerca de la entrada, escuchan un poco de música. Aunque es casi imperceptible por el caos del tránsito en avenida Colón, hay música. Es él. El artista del momento, a pocas horas de presentarse en Tucumán. WOS está probando sonido y, afuera, miles de almas esperan vibrar con sus canciones.

Las primeras en la fila llegaron cerca del mediodía. Se levantaron temprano. Muy temprano. “Salimos a las 7 de la mañana de Catamarca”, cuentan a viva voz Sophia Brozzone, Ariana Sambrano y Sheila Zamorano. Quieren ser las primeras entrar... Y lo van a ser. La ansiedad no las deja contestar una por una: se pisan, se rien, todas quieren contar qué sienten por WOS: “Te genera tranquilidad escuchar sus letras; tiene algo que no tiene ningún otro cantante”, dice una de las chicas, hasta que Sophia toma la posta: “es la primera vez que lo vamos a ver. Lo que más nos atraen son sus letras -dice-; tenemos nervios, emoción... todo”.

Un poquito más atrás están Valentina Medina, Constanza Deguer y Nahuel Díaz. Ellos son de Concepción y también están hace horas esperando. “Nosotros llegamos cerca de la una y media”, dice Nahuel, y las chicas agregan: “estamos muy emocionadas de verlo. Tiene un estilo de música muy fuerte”. Un estilo propio y letras con gran contenido social. En eso coinciden todos los fanáticos.

Mientras tanto

Resulta interesante pensarlo: mientras sus seguidores charlan sobre qué cantará, cómo se vestirá y cuan emocionados están por verlo por primera vez, Valentín Díaz está sobre el escenario, probando sonido. Y seguro percibe lo que pasa afuera. “El amor del público es algo que se siente un montón; y es emocionante, en esta vuelta, en cada lugar que vamos, es enorme la recibida, la expectativa y la identificación”, dijo el artista hace unos días, en exclusiva, al programa Cultura Latente de LA GACETA.

En la entrevista se muestra entusiasmado; su nuevo trabajo discográfico ha tenido buena recepción y, de hecho, muchos de los presentes acudieron con remeras y buzos que rezan “Oscuro éxtasis”. “Repercutió rápidamente en el público. Y así se siente en los shows; viene siendo una gira muy gratificante. Es la primer gira nacional de esta dimensión y la devolución del público es increíble -aseguró-; estoy contento con lo que está pasando”.

Y sus fanáticos también están felices de poder verlo.

LA GACETA / FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO LA GACETA / FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO

De todas las edades

El rango etario es variadísimo, pero la mayoría son jóvenes. Lourdes Juárez Rodríguez tiene 20 y sigue al artista desde que empezó en la música. “Sus letras siempre han sido súper geniales”, resume. A ella la acompaña su hermana Lucía (10), que también es fanática de WOS. En sus manos sostiene un cartel que dice “WOS, ¿cómo vas a convencerme de que tu magia no existe?”, y comenta que su pasión empezó gracias a su hermana. “Lo que más me gusta son las letras de sus canciones”, dice. Ahora, ambas esperan para ingresar. “Es genial esto de poder traerla a un concierto. Ya teníamos el dinero guardado por si venía”

En la espera se ve mucha familia. Luz González y su papá Cristian están sentados en la vereda esperando que avance la fila. Su hija consiguió entrada, pero él no, así que vino a acompañarla hasta el ingreso. “A mi me lo pegaron mis primos. Ellos lo escuchaban -recuerda la adolescente-; tiene mucho estilo, mucho potencial y esencia propia. No es como otros. Es revolucionario”. Sus letras, su esencia, de nuevo destacadas. “Me parece bien que haya alguien que cante estas cosas. Ya que nosotros no hemos podido hacer nada, es bueno que ellos lo hagan. Está bueno que aprendamos todos; que haya un cambio”, reflexiona su padre.

Consciencia

“Es muy político lo que hace, y es súper destacable. Es un pibe que tiene conciencia social y no tiene miedo de cantar lo que piensa”, resume al pasar Sasha Avilés. “Y por eso venimos, a disfrutar, a pasar un buen rato”, agrega su novio Julián. Ellos son viajantes, y llegaron hace sólo unas semanas a Tucumán. Este será su primer concierto en la provincia.

“Nosotros lo escuchamos desde que empezó. Habla mucho de la realidad y tiene mucho power”, afirma Francesca Böhmer (13). En la fila, está junto a su mamá Verónica, su primo Cristian y dos amigas. Todos fanáticos. “Dice muchas verdades. A mi, la que más me pegó fue Canguro, por las cosas que decía sobre la policía”, afirma el único varón del grupo hasta que lo interrumpe Verónica. “Está bien que se involucren en estas cosas; aquí hay mucha movida de los jóvenes, y ellos están en un entorno político y socioeconómico que les pega mucho y él habla sobre eso”

LA GACETA / FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO LA GACETA / FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO

Al parecer, el común denominador es la identificación con el artista. Independientemente la edad, el género, o la clase socioeconómica. “Me gusta cuando los temas están empapados de algo mío, propio, aunque sea mezclado con fantasía... que tengan alguna sensación real. Si no tienen eso, no me terminan convenciendo”, aseguró WOS. Ahí está la clave; lo que lo úne con su público. Y eso es algo que aún le sorprende. “Creo que uno a veces está muy embebido en lo que está haciendo y pierde la noción de ciertas cosas que se generan alrededor de lo que uno hace. Pero cuando tengo un tiempo para parar y me miró un poco de afuera, y veo todo lo que estamos haciendo, me impacta y me gratifica. Y esa conexión que se da con distintos públicos es hermosa”, afirmó.

Y esa conexión está por vivirse. La fila avanza, las risas son cada vez más fuertes y los nervios están a flor de piel. Las puertas se abren. El show está por comenzar.

Un artista simple

Los pedidos para su concierto

“Son gente tranquila. Este es el nuevo rock; son personas que vienen a trabajar y nada más”, resumió a LA GACETA Julio Cesar Rasuk, empresario organizador del evento. “WOS había venido hace mucho, para 150 personas, en el Teatro de la Paz. Y miranos hoy, pasó el tiempo y ya agotó las entradas antes del show. Y va a ser un gran show, con una puesta en escena increíble”, dijo emocionado. En el Club se armó un camarín exclusivo para la joven promesa del trap. “Algo muy simple. Es un camarín como el que podría tener cualquiera”, advirtió  Rasuk. No hay grandes extravagancias, ni pedidos alocados: sólo se solicitó golosinas, comida vegetariana, mucha agua, jugo, gaseosas y frutas. “Lo que pediría cualquiera”, repitió.

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