Beatriz Cazzaniga: con sus esculturas crea “zonas de emergencia”

Beatriz Cazzaniga: con sus esculturas crea “zonas de emergencia”

Beatriz Cazzaniga: con sus esculturas crea “zonas de emergencia”

Beatriz Cazzaniga lleva toda una vida con la escultura. Ha trabajado en diferentes países y cumplió más de 50 años de enseñanza. Hace unos días fue distinguida por la Universidad Nacional de Tucumán como “profesora consulta”. “Me parece que fue una linda sorpresa en este momento, que me impulsa a continuar con esta profesión que me ha dado y me sigue entregando grandes satisfacciones”, le conto a LA GACETA durante una entrevista. “Buscaba que los estudiantes desarrollaran además de lo sensorial, una comprensión intelectual y racional básica de este quehacer”, añadió.

Cazzaniga es italiana, nació en la región de Lombardía. Se graduó como licenciada profesora en Artes Plásticas. Y hasta 2010 enseño en la facultad. Ha obtenido diferentes distinciones en distintos lugares del mundo: España; Suiza, Francia, Italia y México, además de Argentina. La escultora restauró, en Tucumán, la estatua de la Libertad que se ubica en el centro de la plaza Independencia y el conjunto escultórico de Alberdi en la plaza homónima. También intervino en la recuperación de las imágenes del templo de San Francisco y en La Merced. “Uno trata que los alumnos sean profesionales genuinos, con su creatividad, su libertad y esa es la impronta que tuve a lo largo de mi carrera", dijo la semana pasada en el edificio de Ayacucho y Lamadrid. Cuando restauro la estatua de la Libertad en la plaza Independencia, la apoyo el Instituto di Restauro de Roma, gran parte de lo cual financio la intendencia de San Miguel de Tucumán.

-¿Tiene vigencia la escultura en este tiempo luego que casi todo se llama objeto, construcción o instalación?

-Para mí la escultura se relaciona con la tridimensión. Es una realidad tangible, objetiva y palpable que ocupa un espacio real. La obra es todo ese conjunto que comprende, los modos en que se expresan, los contenidos o discursos que pretenden decir o transmitir y los materiales y las técnicas que se emplean para su elaboración y las formas expresivas que adquieren y están ligadas a la visión que propone cada época, su sociedad o comunidad. En cada época expresa los cambios, la dinámica y la evolución de esa sociedad, así como su valoración. Unida a esta problemática debemos considerar el papel del espectador u observador frente a la obra con su modo de interpretar lo que se le presenta. Hasta el siglo pasado el concepto ‘escultura’ se aplicaba a las representaciones formales por lo general ‘figurativas’ que resultaban ser una mímesis o una abstracción de la realidad en el aspecto formal. Hoy en día el concepto se entiende de otra manera. Se habla de objeto y/o instalación. Una idea más abierta, que abarca una gran variedad de tipologías.

-¿Tienes una visión sobre el arte contemporáneo?

-Bueno, de acuerdo a lo que yo observé y experimenté en diferentes espacios expositivos, sobre todo cuando estuve en Italia, me di cuenta que existe un abanico de posibilidades que va más allá de la comprensión tradicional de la plástica, pues al tornarse difusos los límites de las diferentes expresiones artísticas hay una yuxtaposición de lenguajes que han enriquecido notablemente y transformado en la actualidad este campo. A esto se agrega, además, los aportes que han realizado la ciencia y la racionalidad, más aún en los tiempos actuales con el fuerte impacto que han tenido las tecnologías digitales. De este modo, expresiones como la fotografía, por ejemplo, han adquirido un papel relevante en el campo del arte. Todo esto ha contribuido a ampliar y enriquecer el contenido y los múltiples modos de expresión de la obra.

-¿Qué te parece lo que hacen Sandro Pereira o Gabriel Chaile?

-Creo que ellos son genuinos representantes de la sociedad local, ya sea a través de lo cotidiano o lo autorreferencial lo que le otorga un valor propio e indiscutible. Mediante los procesos que he mencionado anteriormente, hasta los objetos más comunes, como el famoso sánguche de milanesa, han pasado a ser considerados como una parte de intrínseca de este campo.

-¿Sigue utilizando la resina, cuáles son los materiales preferidos y por qué?

-Utilicé la resina en una etapa en la que me planteaba problemas relacionados con la representación de lo etéreo; recurriendo a la transparencia que me proveía este material, una de sus virtudes. Me encontraba en una etapa de mi vida en la que buscaba expresar todo aquello que no tenía una expresión física, algo que no podía conseguir con otros materiales. No he abandonado este material por completo, pero debido a mi necesidad de encontrar otros modos de expresar mis ideas, que se vinculan con mi pertenencia al tiempo y al espacio y las circunstancias que me rodean, he alternado con una variedad de materiales y técnicas, como el yeso, el cemento, la carta pesta, la fundición en metales (hierro y bronce), la cerámica, la terracota o reciclaje de diferentes materiales.

-La restauración de la libertad tuvo una gran repercusión a nivel nacional

-En aquel momento introdujimos una nueva forma de comprender e interpretar la restauración. Debía mantenerse la materia, respetarse la concepción del autor, ubicándolo en su época. Para ello se debía mantener y tratar de prolongar la materialidad física de la obra sin falsear la historia y la legibilidad estética. Por otro lado, debía morigerarse el daño producido por diferentes razones (naturales y/o antrópicas). Este concepto que aplicamos hace ya 20 años, se ha institucionalizado en diferentes lugares del país, donde se aplican estos preceptos, los cuales responden a principios que rigen a las instituciones internacionales abocadas a la conservación del patrimonio.

-¿Cuál es la obra personal que más te gusta? ¿Por qué?

-No hay una obra específica que pueda priorizar. A lo largo de mi actividad artística elaboré diferentes contenidos que agrupé como series como “Las dimensiones del ser” y “En búsqueda de mi identidad”. La que más me moviliza en este momento, y que continúa abierta, es la serie denominada “zonas de emergencia”, cuyo leit motiv se centra en las relaciones entre la naturaleza y el hombre. Allí traté de plasmar mi compromiso con una visión de la naturaleza devenida de la percepción de la problemática de la tierra a partir de diferentes observaciones que efectué en contacto directo con las realidades que se me presentaron. Esto me planteó preguntarme sobre la esencia de esas relaciones. Mis observaciones me mostraron que más allá de las apariencias divergentes en su plano inmediato, había un denominador común que subyacía en esos vínculos.

-¿Qué aportes realizó en la docencia?

-Mi labor docente se sustentó en tres grandes principios: forma; espacio y observador. Traté de enseñar como se fueron dando las diferentes relaciones entre los mismos en distintos momentos. Hice hincapié, fundamentalmente, en los nuevos conceptos que se manejaban, priorizando alguno de esos principios, lo que les permitió a los estudiantes interpretar y conocer diferentes maneras de encarar el espacio, como así también descubrir el uso de otras formas de expresión y nuevos materiales y técnicas. A partir de estas premisas buscaba que desarrollaran además de lo sensorial, una comprensión intelectual y racional básica de este quehacer. Esta visión daba por sentado que el arte es la expresión de un modo de vida, siendo un motor fundamental de la dinámica cultural.

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