¿Por qué nos da ansiedad reproducir audios y videos a velocidad normal?

¿Por qué nos da ansiedad reproducir audios y videos a velocidad normal?

Series, mensajes de voz o podcasts, hoy -casi- todo puede ser reproducido más rápido que la velocidad normal. Un problema pospandemia. Cómo reconocerlo. La importancia de vivir el hoy.

¿Por qué nos da ansiedad reproducir audios y videos a velocidad normal?

“Todo empezó en la cuarentena. Teníamos clases virtuales y había algunas que no eran en vivo, entonces yo las aceleraba a full para ahorrar tiempo -cuenta Danna Caringelli-; pero se volvió una manía. Lo hago en todo”. Y así comienza. Una vez que lo probaste, es difícil dejarlo atrás. Escuchar y ver todo a mucha velocidad se vuelve casi una adicción.

Primero fue Youtube, después llegó a Whatsapp y ahora hasta las plataformas de video como Netflix lo tienen. Un pequeño botón lo cambia todo; perdón, la velocidad de reproducción lo ha cambiado todo. “Con las clases virtuales descubrí que podía poner los videos desde 1,25 para arriba. Y así estuve cursando todo 2020 y 2021; entonces se me hizo costumbre. No puedo ver ni escuchar nada en velocidad normal”, explica Lucía Molina. “Si tenía una clase en vivo, tenía el impulso de querer ponerle más velocidad o adelantarla”, destaca.

Pero la pandemia no hizo más que profundizar algo que ya sucedía: queremos hacer todo rápido. Queremos vivir rápido. Y queremos no perder tiempo. Aunque lo perdemos. “Vivimos acelerados, jugando una carrera contra el tiempo”, resume María José Acuña, psicóloga cognitivo conductual y especialista en trastornos de ansiedad, y aclara: “no todas las personas son aceleradas o ponen las series o los audios a gran velocidad, pero sí la gran mayoría de la población lo hace”.

“No escucho ningún audio de Whatsapp en 1x (la velocidad “normal”), a menos que la persona hable súper rápido y sea necesario. Si alguien habla lento, tengo que acelerar el audio, porque me da ansiedad”, admite Danna. Similar es la situación de Lucía: tiene todos los mensajes de voz configurados a velocidad 1.5x. “Si escucho a velocidad normal me molesto; siento que nunca van a terminar de hablar”, alerta.

“Si ahora tuviera que escuchar audios a la velocidad normal seguro tendría que escucharlos varias veces porque me distraigo si van lento”, dice Lucas López. “Empecé, hace mucho, adelantando videos de Youtube -recuerda-; la velocidad en la que habla la gente me resuelta lenta y me cuesta concentrarme en lo que dicen”.

Razones

“En estos tiempos posmodernos vivimos tan acelerados que nos olvidamos de vivir”, reflexiona Acuña y advierte: “el hecho de estar acelerados, de pensar en el futuro, nos hace perder el tiempo presente. Y ese es un tiempo que no vuelve más”.

¿Por qué nos da ansiedad reproducir audios y videos a velocidad normal?

La experta indica que este tipo de comportamientos se pueden enmarcar dentro de lo que se conoce como el síndrome del pensamiento acelerado, que es un tipo de ansiedad disparado por el exceso de estímulos. Ese agobiante excedente hace que la mente “abra” muchos frentes sin anclarse a ninguno; entonces el individuo pierde el foco y la concentración. Hacemos cosas, pero sin prestar atención.

“Este síndrome no es nuevo, pero se ha potenciado a partir de la pandemia. Nos han obligado a todos a parar y se despertaron muchos trastornos de ansiedad que las personas tenían bajo control, porque muchos no sabían vivir si no era en la vorágine diaria -explica-; todo este exceso de información logra que podamos construir una predisposición a trastornos emocionales y una intolerancia al estrés”.

La ausencia de una vida acelerada, en vorágine, nos hizo apresurarnos en lo que podíamos. Y así es cómo se vive hoy. Quizá acelerás la serie para terminar más rápido, o escuchás un podcast en 2x para no “perder” tanto tiempo... Sea cual sea la actividad, siempre tiene que ver con el tiempo. Y, si pensás en el tiempo, no tenés toda tu atención en lo que estás realizando. “Si la persona anda a las corridas, acelera audios, hace cosas a la vez; pone una película y está con el celular o contesta mensajes, estamos hablando de un trastorno de ansiedad. Lo que está faltando es conectarnos en una sola actividad y poner nuestra energía allí”, dice Acuña.

Soluciones

Pero, ¿cómo es posible frenar y volver a vivir más lento? La especialista considera que hay que prestarle atención al cuerpo. “Cuando comenzamos a sentir malestar, a ver que las cosas las hacemos incompletas, que hemos perdido la capacidad de disfrute, que tenemos mucho agotamiento mental y físico, y estamos desbordados por la información, ese es el momento en el que debemos hacer clic y modificar nuestros hábitos para empezar a disfrutar un poco más, a parar, a darnos tiempo para nosotros”.

Vivir acelerados, pensando en hacer todo rápido, al final, sólo nos hace perder tiempo. “Si un audio es corto, podemos escuchar con atención a esa persona que se ha tomado el tiempo de hablarnos. Lo mismo cuando vemos algo en la tele: si se trata de un momento de descanso, de relajación, ¿por qué sumarle presión?”, reflexiona y aconseja: “Si las personas tienen este síndrome como parte de su conducta habitual, la recomendación es parar. Además de terapia, se recomienda hacer yoga, meditar, detenerse, priorizar lo importante y armar una agenda de trabajo. Esa es una herramienta fundamental para organizar todas nuestras actividades”.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios