Las acciones preventivas de hoy contra el HLB fueron gestadas hace casi dos décadas

La reciente detección de Diaphorina citri, insector vector de la enfermedad Huanglongbing (HLB), y las acciones consecuentes coordinadas han sido posibles gracias a lo que se ha venido estudiando, programando, consensuando y haciendo con anterioridad. Su repaso es oportuno por lo que se nos presenta hacia adelante”, indicó el jefe de la sección Zoología Agrícola de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) Gerardo Gastaminza.

Contó que en el NOA, el proceso empezó en 2005, cuando alertados por las noticias del avance de la epidemia en Brasil y con el apoyo de gestión, logístico y financiero de la Asociación Fitosanitaria del Noroeste Argentino (Afinoa), los técnicos de la Eeaoc proponen y ejecutan un plan de prevención del HLB y monitoreo en la región, que culmina con la primera detección del insecto vector en Salta y en Jujuy. “Ese hecho dispara una serie de acciones y acuerdos, que van desde la capacitación intensiva de monitoreadores -de los sectores público y privado- y la adecuación y el perfeccionamiento de nuestros laboratorios, hasta la capacidad de diagnóstico, la evaluación y la calibración de productos y métodos de control químico y/o biológico del insecto vector, seleccionados tanto por su eficacia como por la inocuidad resultante de la fruta alcanzada por estas pulverizaciones”, dijo.

Indicó que a ello se debe sumar el diseño y ejecución de campañas de concientización poblacional, respecto de la amenaza del HLB y la elaboración del Plan Maestro respectivo, mientras en paralelo se perfeccionaba el Programa Nacional de Prevención del HLB, y se ajustaba la conformación de instancias de coordinación interinstitucional, necesarias para las respuestas preventivas y defensivas que había que encarar.

Dijo que, en lo que concierne a Tucumán, el reflejo en la práctica de todo ello puede observarse en el fortalecimiento del control en fronteras del tráfico -prohibido- de material cítrico, en la operatoria de controles móviles y en la instalación de redes de trampas cromáticas colocadas estratégicamente en el territorio productivo provincial y en poblaciones rurales de las áreas comprometidas.

“Acá hemos aumentado en más de 20 veces la red oficial de trampeo instalada por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), actualmente con capacidad para cubrir unas 22.000 hectáreas de monitoreo permanente, realizado por personal especialmente capacitado, que aporta el sector privado”, indicó.

Una muestra aleatoria y estadísticamente válida de lo que recogen esas trampas llega a los laboratorios de la Eeaoc para la identificación de casos sospechosos y para el examen diagnóstico para la eventual identificación de la presencia de la bacteria. “Esta red es la que facilitó la reciente -y hasta ahora limitada- detección del vector en nuestro territorio”, contó.

Señaló que debe destacarse que nada de esto sería posible sin la activa participación de los sectores y organismos competentes, junto a los cuales la Eeaoc actúa cumpliendo con su rol específico: “la Dirección de Agricultura de la provincia, la Asociación Citrícola del NOA, la Afinoa y a los productores; todos coordinados por el Senasa, bajo el imperio de la normativa vigente, en el marco de la Comisión Técnica Interinstitucional”.