¿Cuándo me conviene vender mi auto usado?

¿Cuándo me conviene vender mi auto usado?

COMO EN LA DÉCADA DEL SETENTA. Los comerciantes dicen que se registró el mismo faltante de insumos. COMO EN LA DÉCADA DEL SETENTA. Los comerciantes dicen que se registró el mismo faltante de insumos.

- Buenas tardes, necesito cambiar el auto. ¿Qué disponibilidad de 0 KM tiene para ofrecerme?

- Que tal señor. En este momento no tenemos stock de unidades. Puede ser que consigamos algún 0 KM, según el modelo que precise y la modalidad de pago.

- ¿Y si entrego mi usado?

- Debe tener no más de cinco años. E, indefectiblemente, el auto no debe tener más de 100.000 kilómetros de uso.

Esta conversación puede escucharse en cualquier concesionaria radicada en Tucumán. Los vendedores tratan de explicar a los potenciales compradores que, debido a las condiciones de mercado, resulta difícil acceder al 0 KM. Detrás de esa dificultad está el precio. Con la inflación reinante es probable que una operación que se cierre en una semana a la siguiente puede variar porque el valor de la unidad se incrementa. Con suerte, si se cierra la operación, el auto puede tenerlo en dos o tres meses. Más extendido es el plazo para llegar al 0 KM con el sistema de planes de ahorro (70/30). El usado puede ser ofrecido como parte de pago para licitar por determinado monto, y el resto quedará a cuenta de futuras cuotas. Y allí arranca la otra historia: generalmente las concesionarias solicitan que, luego de tres cuotas, comience el proceso de licitación. En algunos casos, particularmente de automóviles considerados económicos, la oferta arranca en $ 600.000, un monto equivalente al 20% del precio total del rodado. Con suerte, la adjudicación se concretará hacia fines de agosto. A partir de entonces, viene la gestión en fábrica de la unidad. Si todo marcha sobre ruedas, hacia fines de año tal vez le entreguen la llave del auto.

Los vendedores consultados por LA GACETA coinciden en afirmar que es poco probable reducir el tiempo de espera de la unidad. Cae la demanda y, en consecuencia, ese cliente intenta renovar su auto apelando a otro con menos años de antigüedad. El mercado prendario en Argentina continúa siguiendo la dinámica de las ventas y le sigue costando instalarse como un mecanismo facilitador de la compra de vehículos. En marzo, el 37% de las operaciones sobre 0 km se hicieron a través de algún instrumento de financiación, mientras que en el caso de las transferencias de usados, la proporción de operaciones financiadas fue del 5,2%. Si bien los 0 km son los que concentran la mayoría de las prendas del mercado, las que más están creciendo son las que operan sobre usados, dice un reciente reporte elaborado por el Sistema de Información Online del Mercado Automotor de la Argentina (Siomaa). El 55% de las operaciones se concretan a través del sistema conocido como Terminal Ahorro, que le está ganando terreno a los bancos.

La producción de autos 0 KM y el ingreso de unidades importadas dependerá del ingreso de insumos que requieren las terminales (el caso de los chips) y de una menor restricción en el mercado de divisas. “Creemos que la situación se va a ir destrabando gradualmente ya que el Gobierno Nacional, a través de la Secretaria de Industria, está liberando todo lo que se necesita para producir. Por eso seguimos proyectando que podemos llegar este año a las tan ansiadas 400.000 unidades, lo que sería un buen piso para que el año próximo podamos incrementarlo”, dice Ricardo Salomé, presidente de la Asociación de Concesionarias del Automotor de la República Argentina (Acara).

Salomé resaltó que ya se está logrando una mayor integración de piezas nacionales en los autos. “Por eso el 50% de todo lo que se patenta es nacional y también las empresas que fabrican aquí van a bajar este año en más de U$S 150 millones el déficit, contra lo que hubo en 2021, dato muy alentador para el contexto actual”, acotó. También la exportación y la producción van a estar un 35% por encima de las del año pasado. Hay esperanzas que, antes de que se cierre este 2022, ingresen más unidades al país y disminuya el tiempo de espera para acceder al 0 KM.

La otra cara del mercado

Mientras haya poca oferta de unidades nuevas, el mercado del usado seguirá ganando terreno. Un vehículo con menos de tres años de antigüedad es considerado por el mercado como 0 KM. Y eso se evidencia en la lista de precios. “La actualidad del sector del usado ya lo hemos pasado en la década de 1970, cuando se registró faltante de insumos. Lo que estamos viviendo hoy es un problema multicausal, pero lo más importante es la falta de oferta. Si la gente no puede acceder a un 0 km, recurre al usado más nuevo que pueda. Este va subiendo su precio hasta donde la gente esté dispuesta a pagarlo”, afirmó Alberto Príncipe, titular de la Cámara del Comercio Automotor. Durante marzo en el país se vendieron 140.248 vehículos usados, una suba del 15,38% comparado febrero (121.553 unidades), pero una baja del 10,5% respecto de igual mes de 2021 (156.793 vehículos). En el primer trimestre, sólo tres provincias han mejorado las ventas: Formosa, Santa Cruz y Corrientes. El resto de los mercados provinciales del país, operó en baja (un 5% en el caso de Tucumán que promedia las 2.300 transferencias mensuales entre enero y marzo último)

“En general el público que va a comprar su 0 KM va con un usado como mucho de cinco años de antigüedad. Hoy ese segmento está faltando porque no hay autos nuevos. Como falta, cuando entra algo en el mercado hay 10 personas que lo quieren comprar”, manifestó Príncipe.

La pregunta que ningún vendedor de automóviles responde en “on” es si conviene en este momento desprenderse del automóvil que tiene. Un vendedor con más de 20 años de experiencia resume el momento que vivimos con el siguiente comentario: “vender por vender sin comprar o invertir, no sirve. Si tenés visto qué comprar, podés cerrar la operación. Si no compras dentro de los 25 días, no sirve, porque todo aumenta mes a mes, tanto en 0 KM como en el mercado de los usados”. Son los riesgos de vivir en un país con una inflación anual proyectada en un 60%, con restricciones cambiarias y sin un rumbo definido en su economía.

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