San Martín gana, gusta, golea y sube en la tabla

San Martín gana, gusta, golea y sube en la tabla

San Martín jugó un partidazo en Caballito, se llevó por delante a Ferro, lo goleó -por momentos fue baile- y le pisa los talones al líder Belgrano.

¡Qué lindo es verte así! ¡Qué lindo es verte así!

La casa está en orden. Esta vez en serio, sin la connotación de la célebre frase original: San Martín prolongó en Caballito su gran momento en el juego y en la tabla, y el mundo “Santo” vivirá unas Felices Pascuas, qué duda cabe.

Es que tras la dolorosa eliminación en noviembre pasado en el Reducido, en idéntico escenario, Pablo De Muner consiguió que su equipo -con el aporte de los recién llegados- resucite a una nueva ilusión en base a una identidad fuerte, a una vocación ofensiva irrenunciable.

Ferro, en contraposición, recorre su enésimo Vía Crucis con un rostro futbolísticamente desfigurado, luego de la chance de ascender que desperdició en 2021. Y la goleada por 4-1 que le propinó San Martín no sorprendió ni a propios ni a extraños.

El conjunto  de “Tomate” levantó el pagaré que había contraído en sus últimas excursiones como visitante, volvió a ganar en rodeo ajeno después de tres fechas (una derrota y dos empates).

Bastaron unos pocos minutos para constatar que San Martín no se traicionaría durante el Sábado de Gloria: salió a imponerse desde el pitazo inicial de Andrés Gariano (de correcto arbitraje).

Antes de los 10 minutos, sobrevino el gol de Federico Jourdan, en posición de “9”. Y a los 24, empezó a construir su doblete quien a fuerza de gritos se ganó el dorsal número “9”: Juan Miritello.

Ese fue el primer momento en que pareció que la goleada llegaría como una bendición natural ante la diferencia de nivel entre un contrincante y otro.

Sin embargo, los errores defensivos de San Martín fueron los que le dieron vida y reverdecieron a Ferro por un breve lapso.

No sólo la inusitada falla de Hernán Pellerano que Enzo Díaz alquimizó en descuento, sino ese intento de despeje de Nicolás Sansotre que sacudió el poste derecho de Darío Sand, y también un pase atrás sin destino de Rodrigo Herrera, todo en espacio de 10 minutos, entregaron señales al anfitrión de que quizás la historia no estaba cerrada.

Pero claro, el primer tiempo en el estadio Ricardo Etcheverry fue un caso testigo de dos equipos vestidos con la misma camiseta.

Cuando ataca, San Martín es seguramente el conjunto más poderoso de la categoría; sus recursos para sacudir redes rivales son variados y probaron ser efectivos. En Caballito, además, los goleadores fueron todos y cada uno de sus delanteros.

Cuando defiende, más allá de que no tiene muchos goles en contra, el conjunto de De Muner no otorga garantías. En el ítem “seguridad atrás” por ahora incluso parece algo distante de aquel que peleó el ascenso la temporada pasada.

En esa bipolaridad se explica el 3-1 a favor de la etapa inicial, que pudo ser tranquilamente un 2-2 si “Oeste” hubiera sido menos “perdonavidas” en ese lapso en que el “Santo” perdió la pelota y la compostura.

Pero tal como lo viene haciendo seguido, San Martín golpeó en el momento justo, otra vez con una buena conexión con la participación original de un Lucas Diarte (también lo hizo en el gol que inauguró la chapa) recuperado, con nivel similar al 2021.

Entonces fue el turno de un Diego Sosa ya habituado a festejar (lleva tres anotaciones en el torneo), para que De Muner se fuera al entretiempo con la tranquilidad de que el “San Martín bueno” seguía dando réditos por sobre las inocultables deficiencias del “otro San Martín” que precisa seguir mejorando.

La concreción del doblete de Miritello -cuarto tanto en el certamen- al regreso del entretiempo fue la certificación sin vuelta atrás de que en la otoñal tarde de Caballito habría goleada. Que con mejor puntería pudo haber sido mucho mayor. Más allá de que Sand también se erigió como figura, sobre todo a partir de que De Muner movió el banco a granel. Y con una única “mala”, la lesión de “Tino” Costa.

Para San Martín fue un triunfo imprescindible para no perderle pisada a Belgrano, para sostener momentáneamente el presagio de una carrera cabeza a cabeza entre estos dos grandes hasta por el ahora todavía lejano disco final.

Cada día juega mejor

San Martín paseó su fútbol por Caballito. Apoyado en un juego colectivo sin fisuras, fue demasiado par un Ferro casi ausente. El “Santo” mejora partido a partido y eso es clave de cara al avance del campeonato.

El retroceso no tiene solución

San Martín es un equipo furioso cuando ataca, pero muestra otra cara cuando no tiene la pelota. Ayer, sufrió innecesariamente cuando Ferro lo empujó contra su área. Ese es el punto en el que debe mejorar sí o sí.

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