

Ya sabemos que ojo por ojo, diente por diente, es un refrán muy utilizado. Este refrán se usa para hacer referencia a la venganza. Es decir, quien lo pronuncia se refiere a que va a hacer el mismo daño que ha recibido. Se afirma que la expresión nació en la Edad Media, cuando la justicia se tomaba por las propias manos del hombre. También se utiliza para expresar la ley de Talión, apuntando a que la justicia era igual para todos, es decir cuando la ley es imparcial y mutua según el crimen cometido. Sin embargo, el refrán se puede interpretar de varias formas. Para muchos puede ser la igualdad de lo que se hace y la respuesta del daño que se va a recibir. Es aquí donde la frase se acerca al Código de Hammurabi, donde se establecía: “si algún hombre independiente dañaba o vaciaba el ojo de otro hombre libre este haría lo mismo”. Este código está escrito basándose en la justicia equitativa a la que se refiere el refrán. En la actualidad, todavía existen países como los islámicos en los que sus leyes aún incluyen este tipo de justicia y todavía aplican la ley de Talión. No solo era utilizado en las leyes el refrán, sino también en las escrituras sagradas de la Biblia. Muchos pasajes bíblicos hacen alusión al refrán, como el libro del Éxodo 21: 24, que sostiene que toda maldad que se haga debe ser devuelta de la misma forma. Esta era la manera de Dios decirle a Moisés cómo debía el pueblo tomar la justicia. Pero con la llegada de Jesús cambió el criterio de venganza, y el libro de Mateo 5:38 enfatiza que ya no es ojo por ojo y diente por diente, si no que era hora de dejar la maldad y la sed de venganza con el prójimo y de dar paso al perdón. Esto sería lo ideal. La semana pasada me llama un amigo comentándome que en una playa de estacionamiento con inhibidores de alarma le abrieron el vehículo y, mientras le sustraían cosas de su propiedad, sorprendió a los responsables, quienes lo amenazaron con armas blancas; en esta situación se defendió y pudo evitar el robo. Le contesté: “¡qué bueno que no pasó a mayores!”. Y él se rió diciéndome que ahora le llegó una citación de un juzgado, ya que lo habían demandado por malos tratos y agresiones. ¿Quién entiende este tipo de justicia?
Ricardo Anis
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