Por qué los conflictos benefician al peronismo y a la oposición

Por qué los conflictos benefician al peronismo y a la oposición

Los primeros meses de este año preelectoral transcurren con zozobra para las dos principales coaliciones políticas del país. En el ámbito nacional, el quiebre del Frente de Todos (FdT) sigue profundizándose tras la aprobación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) ¿Hasta dónde llegará y qué repercusiones habrá? Aún no hay respuestas certeras, pero sí abundan las especulaciones. La interna entre el albertismo y el kirchnerismo desembarcó en la provincia con la visita presidencial y dejó algunas definiciones claras para los intereses de la dirigencia local. Los protagonistas tucumanos pudieron ver y escuchar de primera mano cómo se vive en el corazón del armado el distanciamiento entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández.

Por otro lado, Tucumán también tiene un protagonismo especial para Juntos por el Cambio (JxC). La mesa nacional mira con mucha preocupación las idas y vueltas del armado y, sobre todo, que la unidad hacia 2023 todavía parece lejana. En ese contexto, la Unión Cívica Radical (UCR) atraviesa una etapa clave del proceso de normalización y podría haber sorpresas.

Río revuelto, ganancia de Manzur y Jaldo

En el oficialismo nacional, la ruptura sale a borbotones por todas las hendiduras. La incertidumbre se derrama hacia las provincias afines. Sin embargo, la llegada de Fernández a las tierras de su jefe de Gabinete dejó algunas certezas en la dirigencia peronista. Los que participaron en el mitin político de Atsa, en el asado en la casa del gobernador licenciado y/o en el acto público frente a la plaza Independencia coinciden en algunas percepciones. Los votos negativos del kirchnerismo en el Congreso tendrán un costo tarde o temprano; la relación del peronismo local con el kirchnerismo sigue siendo incómoda y la figura de Manzur salió ampliamente fortalecida y esto beneficia al gobernador Osvaldo Jaldo.

1-El costo de la jugada. Tanto el Presidente como el Jefe de Gabinete fueron templados en sus expresiones. El ministro de Seguridad, Anibal Fernández, en cambio, dejó en claro lo que se piensa en el seno del Ejecutivo. “Hay complicaciones y encima (están) aquellos que no entienden que se puede discutir todo lo que quieran, pero llega un momento en el que hay que tomar decisiones con criterio y seriedad. Juan Perón decía que era imperioso tener unidad en la concepción para la unidad de la acción y eso sólo lo puede llevar a la práctica el Presidente. O entran en razones o entran en razones. No hay lugar para otra”, bramó durante su discurso en Atsa. No hay otra.

Durante las charlas informales, se habló de la posibilidad de que haya cambios y de que los miembros de La Cámpora dejen sus puestos en el Estado. Avanzar en esa ruptura sería costoso para el peronismo, porque en teoría se quedaría sin un caudal de votos sustancial en un contexto adverso. Si Alberto Fernández opta por escuchar a parte de su entorno y lleva adelante esa “depuración”, habilitaría a que se concrete también en distintas dependencias en Tucumán. En la provincia, se analiza esa posibilidad tras el voto negativo de la diputada camporista Mabel Carrizo.A diferencia de sus pares que votaron a favor, la parlamentaria no fue invitada a la cena con el Presidente, pero sí al acto formal (no concurrió). En parte del kirchnerismo tucumano, confiaron en que Jaldo no permitirá represalias, porque en la interna estuvo cerca del cristinismo. Asimismo, recordaron que compartió mesa y reuniones con figuras nacionales que habrían intentado que no asumiera como gobernador en reemplazo de Manzur.

Pese a la coyuntura, en el kirchnerismo confían en que no habrá una división más profunda porque el Ejecutivo necesita de las bancas camporistas para el quórum en el Congreso y tendría que negociar la aprobación de leyes que no contarían con el aval de la oposición.

2- Amor- odio. La relación del kirchnerismo con el peronismo tucumano había sido siempre zigzagueante, desde las épocas del alperovichismo. Manzur no había comenzado con el pie derecho al dar por terminado el ciclo político de Cristina, pero luego pudo recomponer el vínculo. Sostuvo el diálogo con el diputado Kirchner y tuvo acercamientos. Como Manzur es Alberto, durante la interna con Manzur, Jaldo intentó estar cerca de la vicepresidenta. De hecho, en la provincia un sector de La Cámpora que encabezan Jesús Salim y Carrizo lo apoyó abiertamente.

Un episodio curioso que dio cuenta de los “ruidos” del vínculo de Manzur con el mundo k, tuvo lugar en agosto pasado, en plena disputa por el poder. Estaba anunciado que Máximo participaría de un acto proselitista en el Hipódromo. El hijo de la presidenta figuraba hasta en el plan de vuelo junto al resto de la comitiva, pero nunca embarcó. Envió, finalmente, un video. En esa misma oportunidad, Wado de Pedro dijo públicamente que Cristina había dicho que mandaba saludos a “Juancito”. Hasta a la propia dirigencia manzurista le había parecido extraño entonces el supuesto mensaje indirecto.

3-Manzur y Jaldo, beneficiados. La negociación exitosa que Manzur llevó adelante por los votos para la sanción del acuerdo con el FMI lo reforzó como uno de los líderes de la línea del Presidente y un hombre clave por los vínculos que mantiene con los gobernadores, los intendentes del conurbano, los sindicatos y los empresarios. Al manzurismo y al jaldismo les quedó en claro que no hay muchas posibilidades de que Manzur vuelva pronto a Tucumán. De hecho, cuentan que el mandatario nacional se apoya políticamente en Manzur, Anibal Fernández, Juan Zavaleta y Sergio Massa. Dirigentes de ambos espacios consultados subrayaron que el vínculo Manzur-Jaldo pasaría por su mejor momento tras los desencuentros y dan casi por hecho de que el gobernador interino será el elegido para aspirar a la sucesión. Mientras, Jaldo pudo negociar la inclusión de Gladys Medina, una dirigente de su riñón, en el Gabinete. No sería el último cambio previsto. Que el presidente se haya cobijado en Tucumán fue un gesto para Manzur, pero también para el gobernador.

En JxC

En el espacio más numeroso de la oposición también hay sobresaltos. La reunión entre el intendente Germán Alfaro y el legislador Ricardo Bussi cayó como una bomba en el armado e incluso generó molestias en sectores del propio alfarismo. Si bien la mayoría coincide en que se trata más de una estrategia política para ponerse en el foco político que en una intención real de formar una alianza, generó mucha incomodidad. En JxC consideran que volver a la discusión sobre incluir o no al bussismo implica un retroceso en el camino para la unidad que de por sí ya está complicado.

Las conversaciones en el frente están estancadas, más allá de algunos eventos en común. La cuestión de las candidaturas para la gobernación eclipsa el resto, al menos por el momento. La coalición parece no poder capitalizar la ventaja que se obtuvo en el ámbito del país no el orden que impusieron los votos el año pasado: que los líderes del espacio deberían ser Roberto Sánchez y Alfaro. La dupla de dirigentes no dio señales contundentes de que pretendan llegar juntos al año que viene, al menos por ahora. Pese al pedido de varios miembros del armado, tampoco se han puesto visiblemente aún a la cabeza de las convocatorias de Juntos.

En ese contexto de turbulencias, la columna vertebral de JxC pasa por sus propios procesos. Esta vez hay mejores perspectivas. El radicalismo se encamina a normalizarse tras tres años de intervención. Mañana, a las 21, vence el plazo para hacer la reserva de color de listas, un paso previo a la presentación de las nóminas (será el cuatro de abril).

El grupo que encabeza el intendente Sebastián Salazar picó en punta y fue el primero en “preinscribir” su intención de ser candidato a la presidencia. Un grupo numeroso de radicales lo acompaña, entre los que están Raúl Albarracín, Eudoro Aráoz y Fernando Valdez.

También hizo una presentación el dirigente Osvaldo Barreñada, pero estaba pendiente que completara el trámite.

La novedad es que el resto de los sectores mayoritarios entablaron un diálogo y haría una sola reserva de color en conjunto mañana a última hora. Confluirían en esta especie de acuerdo amplio las líneas de Sánchez-Mariano Campero; José Cano; Silvia Elías; los Romano Norri y Ariel García y Los Boina Blanca. Si es que las negociaciones se encaminan y logran una lista representativa, se ecolumnarían tras la postulación de Sánchez.

Los cafés se multiplicaron durante la semana. Desde las distintas vertientes saben que es necesario fortalecer el partido y retomar el protagonismo en JxC. La foto Alfaro-Bussi, cuentan, dinamizó las charlas y las fortaleció.

Además del presidente de la Junta de Gobierno, los cargos en juego más trascendentes son los delegados al comité nacional, el presidente de la convención y los convencionales nacionales y provinciales.

El diálogo para llegar a una lista única seguirá abierto hasta último momento. La semana que viene llegaría finalmente el normalizador, el diputado provincial santafesino Santiago Mascheroni, y habría posibilidades de que el propio presidente de la UCR, Gerardo Morales, llegue para ponerlo en funciones.

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