Una inundación que se repite hace casi un siglo

Una inundación que se repite hace casi un siglo

Existe una popular tapa de LA GACETA -popular porque fue reproducida incontables veces por distintos medios y plataformas- ilustrada con una foto principal donde se ve la zona del puente Central Córdoba totalmente inundada.

En la imagen, donde se destaca una publicidad de un conocido aperitivo sobre el flanco del puente que apunta hacia el este, se observa a seis jóvenes nadando en el “piletón” que se forma en 24 de Septiembre al 1.200 cada vez que llueve, entre Marco Avellaneda/Benjamín Aráoz y Suipacha/San Luis.

Lo curioso de esta portada que hizo que fuera reproducida tantas veces es que fue publicada en 1958, hace 64 años.

Cada vez que el lugar se inunda, no menos de diez veces por año, según estimaron los vecinos hace un par de días en una entrevista con el diario, alguien reflota esa imagen y la distribuye en las redes sociales.

En estas últimas siete décadas algunas cosas cambiaron alrededor de ese puente ferroviario, que se transforma en natatorio en cada tormenta.

Ahora hay carteles de advertencia a ambos lados, que indican “no avanzar en caso de lluvias” y otros que alertan sobre la altura para que la gente sepa qué profundidad puede llegar a tener el agua acumulada. A veces llega a 2,50 metros de altura, suficiente para hacer “desaparecer” a cualquier vehículo que se encuentre estacionado o que intente atravesar esa calle, que en ese sector es una avenida de doble mano.

Los letreros de advertencia, incluso luminosos, fueron colocados luego de que esta zona se cobrara varias víctimas. La última conocida ocurrió en diciembre de 2015, cuando una familia santacruceña intentó cruzar con su auto, ignorando la profundidad de la inundación. En esa ocasión falleció el conductor y padre de familia, mientras que sus dos hijas lograron ser rescatadas milagrosamente por transeúntes circunstanciales. Ese mismo día también fueron salvadas otras cinco personas que viajaban en una camioneta y quedaron atrapadas en el agua.

Situaciones de zozobra que se repiten todos los años. Otra cosa que cambió en estas últimas décadas es que el tren ya no circula por ese puente ferroviario.

Lo único que no cambió en estos años es que la zona se sigue inundando con cada tormenta más o menos importante.

El sector del Central Córdoba no es el único que se inunda en la capital, aunque es quizás el más emblemático por la cantidad de agua que allí se acumula, por las tragedias que se han producido -una vez quedó atrapado un ómnibus repleto de pasajeros- y porque el problema se repite sin soluciones desde hace casi un siglo.

Además de las pérdidas humanas y de decenas de vehículos, los comercios de la zona, que no son pocos, sufren cuantiosos daños durante las inundaciones, imposibilitados de trabajar.

Desde aquella icónica tapa del 58 -el problema es bastante anterior a esa portada- pasaron más de 30 gestiones municipales y provinciales y ninguna ha podido hacer más que colocar letreros de advertencia.

Entendemos que una solución definitiva, según evaluaron varios expertos a lo largo del tiempo, es demasiado costosa para el presupuesto de la capital.

Quizás ya sea momento de que unifiquen esfuerzos el municipio y el gobierno provincial para en conjunto se logre un cambio en ese sector.

Es una zona neurálgica de la capital, por donde atraviesa la principal arteria de la ciudad, y no puede seguir estando a merced de las inclemencias del tiempo.

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