Los Byrde no tienen respiro en la temporada final de “Ozark”

Los Byrde no tienen respiro en la temporada final de “Ozark”

Se estrenan hoy en la plataforma los primeros 7 episodios de la última entrega. La siniestra historia suma nuevos personajes y más tensión.

EN CARRERA DELICTIVA. Laura Linney y Jason Bateman interpretan a un matrimonio cautivo de las mafias.  EN CARRERA DELICTIVA. Laura Linney y Jason Bateman interpretan a un matrimonio cautivo de las mafias.

La cuarta y última temporada de “Ozark” llega hoy a Netflix con 14 capítulos que se emitirán en dos partes de 7 episodios. Desde su lanzamiento en 2017 la serie cautivó a la audiencia y fue una permanente protagonista en los premios Emmy, donde Julia Garner ganó como mejor actriz secundaria y Jason Bateman como mejor director.

“Ozark” (el nombre de una región del interior estadounidense) narra la mudanza de la familia Byrde de Chicago hasta la zona montañosa, en Missouri, donde a cambio de seguir con vida lavan dinero para un grupo mafioso. Esta familia normal de clase media, un matrimonio con dos hijos adolescentes, va quedando inmersa en el mundo del delito mucho más profundamente de lo que se imaginaban.

Al final de la tercera temporada, el FBI está cerca de finalizar con la operación que descubre cómo ingresa el dinero sucio a través del casino controlado por el cartel, que es liderado por Omar Navarro. Este brutal delincuente capturó y torturó a Marty (Bateman), para asegurarse de que no intentaba independizarse. Por su parte, Wendy (Laura Linney) -la esposa de Marty- desciende un escalón más: debe permitir que maten a su hermano porque estaba revelando secretos y poniendo en peligro a su familia.

En la cuarta temporada aparecen nuevas caras en la historia: Bruce Davison como un ex senador corrupto, Alfonso Herrera (”Sense8”) que buscará sacarle el mando a Navarro, Bruno Bichir (”Party of five”) como un sacerdote amigo de Navarro, y Katrina Lenk como la jefa de una empresa biofarmacéutica que es tentada por la mafia.

“No sé cómo pueden seguir aumentando el peligro sin matarnos o meternos en la cárcel. Cometemos todas las equivocaciones posibles sin morir o ser encarcelados, y aún nos esperan más”, ironizó Bateman en una entrevista. Sobre Marty, su personaje, opinó que “es probablemente un poco más tonto de lo que cree, así que recurre a algunas malas decisiones que cree que son buenas, y luego tiene que pagar el precio por tomar atajos”.

La riqueza de Marty, como personaje, radica en su habilidad para encontrar argumentos e ideas ingeniosas que le permiten salir de situaciones límites sin recurrir a la violencia. Por su parte, Wendy se va convirtiendo de una esposa convencional y vulnerable, en una socia activa e indispensable. Su crecimiento como gestora de iniciativas la empareja con su marido en el liderazgo e incluso hace sospechar que podría superarlo en agudeza mental.

Casi siempre interpretando el papel de un hombre normal y conservador que soporta horrorizado las acciones de personalidades más fuertes, Bateman es conocido también por sus roles en la popular serie “Arrested Development” (ver en Netflix), en “La joven vida de Juno” (en Amazon Prime), comedia dramática dirigida en 2007 por Jason Reitman, y en la muy recomendable “Noche de juegos” (2018, Amazon), donde comparte protagonismo con Rachel McAdams.

Los personajes de Bateman y Linney retratan en “Ozark” a un matrimonio en crisis terminal, que en el transcurso de tres temporadas dejan a un lado sus diferencias al verse envueltos en una lucha de poder en el peligroso mundo del narcotráfico. Mientras que Marty fue quien inicialmente controló todo después de lanzar a su familia al peligro, luego Wendy tomó las riendas de las situaciones más arriesgadas.

Por su evolución, el personaje de Wendy Byrde ha sido comparado con Walter White, de “Breaking Bad”. Y la experimentada actriz confesó en una entrevista que, si bien la oportunidad de trabajar con un personaje tan complejo había sido una de las mejores experiencias de su carrera, conocer a alguien como ella en la vida real es algo que definitivamente evitaría. “Amo a las personas con las que trabajo. Es una experiencia excepcional. ¿Pero me gustaría conocer a Wendy en persona? Absolutamente no”, remarcó.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios