Alimentación: "Los buenos hábitos duran para siempre"

Alimentación: "Los buenos hábitos duran para siempre"

“Poco es mejor que nada”, repite la nutricionista Laura Romano como consejo a todos aquellos que desean seguirla en redes.

LAURA ROMANO. Propone consumir un 80% de alimentos saludables y un 20% dejarlo para los gustos.  LAURA ROMANO. Propone consumir un 80% de alimentos saludables y un 20% dejarlo para los gustos.

¿Te cuesta seguir los consejos de tu nutricionista? “Poco es mejor que nada”, repite la nutricionista Laura Romano en sus redes sociales. “No te preocupes si en estos días estas comiendo, brindando más de lo habitual. Lo importante es equilibrar. Cuando puedas hacerlo sano, ¡hacelo! Aunque sea sólo el desayuno, ¡no importa! Acordate que poco es mejor que nada”, repite en sus posteos publicados en las fiestas de fin de año y en los primeros días del verano.

La excusa de un nuevo año en el que nos volcamos a pensar nuevas metas y objetivos puede traer un cambio de hábito propicio para sostener una vida saludable en el tiempo. “Mejorar el estilo de vida tiene que ver con llevar una conducta saludable con respecto a la comida, ejercicio, el descanso y hacer algo que nos ayude a manejar el estrés, como meditación o yoga. Todo esto junto, colabora con nuestra salud física y mental”, explicó la nutricionista que habla diariamente en sus redes, @integralnutricion, a casi un millón de seguidores.

El método

La propuesta de la autora de “Las dietas tienen un final, los buenos hábitos duran para siempre”, contiene una regla básica para comer equilibradamente: “El método es incluir esas cosas que sabemos que no son saludables pero nos generan placer, en un pequeño porcentaje, es decir, un 80% / 20%”. ¿Qué significa esto? El 80% de las comidas deben ser saludables: verduras, frutas, alimentos naturales. Y el 20% podemos comer papas fritas, hamburguesas y productos que se consumen, por lo general, socialmente.

“Ese 20% nos hace felices, pero no hay que incluirlo en la alimentación todo el tiempo. Si hablamos de un buen hábito alimentario que dure para toda la vida no tenemos que eliminar esas alimentos poco nutritivos o poco saludables, porque nos gustan, son parte de nuestra cultura o costumbres y los disfrutamos”. Restringir no es la opción, indica la especialista, que tiene una columna en los informativos de Telefe.

Tres ejes

¿Qué mejor oportunidad de hacer este cambio al inicio de un año, cuando el contador vuelve a cero? La autora desarrolla la idea de modificar los hábitos basada en tres ejes: “Para arrancar a cambiar hábitos propongo que primero piensen por dónde empezar en base a las siguientes preguntas: qué, cómo y cuánto. El ‘qué’ tiene que ver con la calidad nutricional de lo que comemos. Si comemos muchos o pocos alimentos frescos, verduras, frutas, avena. O somos los que van más al supermercado que a la dietética o verdulería y consumimos muchos productos envasados, industrializados llamados también ultraprocesados. Quizás ahora es el momento de incorporar frutos secos, harinas integrales, frutas y verduras, por ejemplo”, explicó.

“El ‘cómo’ se relaciona con la distribución de la alimentación a lo largo del día. Si hacemos dos comidas, tres, cuatro. Si le damos poca atención al desayuno o merienda. En nuestro país, por ejemplo, es costumbre que se cene tarde, entonces muchas veces se llega a la cena con mucha hambre. Acá también hay un hábito para empezar a cambiar”, agregó.

Y continuó: “El ‘cuánto’ habla de la cantidad. Quizás estamos comiendo bien pero mucho más de lo que nuestro cuerpo necesita y nos vamos acostumbrando a comer dos platos ‘porque está rico’. Las porciones las tenemos en la cabeza y creemos que con menos comida nos vamos a quedar con hambre pero lo importante es no terminar de comer cuando estamos a punto de explotar. Disfrutar la comida y dejar un poco, un cuarto, un huequito en la panza. Es comer un poquito menos, así nos quedamos más livianos. Este es un buen hábito para empezar a cambiar este año en lugar de restringir alimentos”.

El tema de la delgadez

La delgadez y la ilusión de que así estaremos saludables es motivo frecuente de consultas para Romano. “No necesariamente estar flacos es estar saludables. Uno puede bajar de peso por numerosos motivos y a expensas de dietas que son poco balanceadas. En ese camino se puede perder masa muscular, nutrientes o micronutrientes como vitaminas y minerales. Claramente eso no es estar saludable. Los estudios pueden darnos bien estando flacos, pero si todo se hace a expensas de una dieta muy restrictiva que no nos permite comer las cosas ‘no saludables’ que nos gustan, no estaríamos bien desde la mente y el cuerpo que es donde debe haber equilibrio. Todo se debe hacer pensando en nuestras rutina y necesidades”.

Dietas y obesidad

En su libro “Las dietas tienen un final”, la autora explica, con estadísticas, que durante los últimos años creció la cantidad de dietas pero la obesidad sigue creciendo. “Si las ‘dietas de moda’ fueran la verdadera solución al exceso de peso, no solo no seguirían apareciendo nuevas y milagrosas dentro de las miles que hay, sino que el problema del sobrepeso y la obesidad en el mundo debería ser historia pasada. Bastaría con que una persona con sobrepeso haga alguna dieta una vez en la vida y ya. Pero no. Sabemos que no es así porque incluso las personas con más exceso de peso son las que más cantidad de dietas han realizado a lo largo de su vida. Además, si esas dietas que prometen bajar muchos kilos en muy poco tiempo fueran realmente la solución, no existirían todas las demás que también prometen lo mismo”, dijo a LA GACETA.

“Las ‘dietas de moda’ no son la solución al problema porque no pueden sostenerse en el tiempo. Si una persona logra bajar muchos kilos en poco tiempo, privándose de todo lo que le gusta, solo sostendrá ese peso si mantiene eso que hizo para bajarlos. Por ejemplo, si Juancito dejó las harinas y bajó 10 kilos, solo mantendrá esos 10 kilos bajados si sigue sin comer harinas el resto de su vida. Porque la causa del descenso de peso fue esa, la de dejar las harinas. Excepto que, luego de hacer esa dieta, haya encontrado el equilibrio de comer de todo en menor cantidad, sin privarse de las cosas que le gustan, cuidándose la mayor parte del tiempo pero dejando una pequeña parte para la vida social, y de este modo habría encontrado sin darse cuenta el camino de los buenos hábitos”, finaliza.

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