Rugby: “Es clave que las puertas de los clubes no vuelvan a cerrarse”

Rugby: “Es clave que las puertas de los clubes no vuelvan a cerrarse”

Javier Mirande, dirigente de Liceo, brinda un paneo sobre los desafíos de los clubes de Desarrollo a partir de la pandemia.

21 Diciembre 2021

A los desafíos de base que día a día enfrenta un club de rugby de Desarrollo, la pandemia les sumó unos cuantos. Por caso, la misión de recuperar el interés de los jugadores, muchos de los cuales se inclinaron hacia otras disciplinas o dejaron de hacer deporte. “Este taller es una buena herramienta para los dirigentes del Desarrollo, porque a veces nos encontramos muy solos. La pandemia generó grandes problemas. Ya no solo en la funcionalidad del club, con ingresos escasos y altos costos de mantenimiento, sino también en lo más importante, que son los jugadores. En ese tiempo de encierro, se generaron hábitos negativos que resultaban claramente observables al retomar las actividades. Chicos más aislados, más distraídos, más enganchados al celular y con mayor dificultad de socializar”, describe Javier Mirande, dirigente de Liceo.

“Ante la incertidumbre, la forma de trabajar es dando certezas. Creo que hoy todos estamos más preparados para no volver al aislamiento absoluto como antes. El secreto es mantener la actividad en el club, con controles y prudencia, para que los chicos recuperen el hábito de jugar y relacionarse. Eso los ayuda a mejorar la concentración, la motivación, incluso en los estudios y en las relaciones familiares. Todo va de la mano. Me parece clave no volver a cerrar las puertas de los clubes, porque son un lugar de contención y desarrollo de personas”, se explayó Mirande.

A partir de las primeras flexibilizaciones, en Liceo aprovecharon el tiempo para hacer mejorar edilicias. “Nuestra postura es de nunca parar. Siempre trabajar. Quedándote quieto no sumás nada. Durante 2020 pintamos la sede, regamos, hicimos todo lo necesario para que cuando los chicos pudieran volver, se encontraran con un club mejor que antes. No solo ellos, sino también los sponsors. Necesitás generar un producto positivo, porque nadie te regala nada”, advierte Mirande.

Por otro lado, el de Liceo enfatiza en la importancia de saber encontrarle un lugar a todos. “El voluntariado es la fuerza motora de cualquier asociación civil, y hay que tratar de revertir una pirámide que tiene el rugby: empezás en rugby infantil con muchos chicos, pero solo unos pocos tienen lugar en la Primera. El camino se va haciendo más estrecho y muchos quedan fuera. Por eso es importante que ellos también encuentren su lugar en el club, porque sino se van. Los clubes deben ser receptivos con los que ya no juegan, brindándoles un lugar y un rol en el que se sientan cómodos para brindar su tiempo”, redondea Mirande.

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