Agobio de fin de año: cómo detectar “burnout” en la oficina

El estado de agotamiento en el trabajo es más evidente frente a la acumulación de problemas en un año más de pandemia y de crisis. Qué deben hacer las organizaciones. Una estrategia para superar el síndrome del quemado es refugiarse en los seres queridos, despejar la mente con la TV o libros y hacer gimnasia o ejercicios de relajación.

Marcelo Aguaysol
Por Marcelo Aguaysol 17 Diciembre 2021

Ausencia de motivación; falta de concentración y dificultad para la toma de decisiones; problemas vinculares y aislamiento; frustración, irritabilidad y negatividad; y falta de resiliencia son los principales signos que reflejan que una persona está bajo un estado de agotamiento extremo. Y en esta época del año estas señales son más evidentes porque, generalmente, los trabajadores llegan quemados, más aún con los efectos de la pandemia de la Covid-19. De eso se trata el síndrome de “burnout” o del trabajador quemado. Randstad, la consultora global que brinda servicios de Recursos Humanos, dio a conocer los cinco indicadores más relevantes que su equipo de especialistas en gestión del talento identificó para detectar si los colaboradores de una organización están padeciendo burnout.

Los cambios radicales ocasionados por la pandemia han derivado en grandes niveles de cansancio entre la fuerza laboral a nivel mundial. Los múltiples rebrotes de coronavirus, el alto nivel de incertidumbre, la crisis económica y las rutinas laborales y personales totalmente alteradas, han agravado la situación a lo largo de todo este 2021 que esta llegando a su fin.

En este contexto, con todo el año sobre las espaldas, puede aparecer el “burnout” o síndrome del trabajador quemado, un estado de agotamiento extremo, físico y mental, que se produce por las presiones y el estrés crónico y que debe ser tratado por profesionales de la salud.

“El coronavirus puso nuestras vidas patas para arriba, transformándolo todo. Los alteración de nuestros hábitos cotidianos y de nuestra forma de trabajar, así como el acostumbramiento a un largo periodo de rutinas de bajo desplazamiento y limitada socialización se combinan con la sobrecarga de tareas al interior del hogar, dando como resultado un combo que puede impactar negativamente sobre la salud de los colaboradores”, afirma Andrea Ávila, CEO de Randstad para Argentina y Uruguay. En estos casos, señala la especialista, el acompañamiento de la organización, y especialmente de los líderes de equipo, es clave para contener y acompañar a las personas que sufren burnout u otro trastorno derivado del estrés y el agotamiento extremo, para que consulten a un profesional de la salud y puedan tratarse.

A partir de esa sintomatología, la consultora Randstad ha detectado los cinco factores más importantes que puede contribuir a diagnosticar los casos de “burnout” dentro de toda organización:

1. Ausencia de motivación

Una señal clave del síndrome del trabajador quemado es la falta de motivación para realizar cualquier tipo de tarea. La persona no tiene energía y se agobia pensando en todas las obligaciones y compromisos que debe cumplir, pierde el entusiasmo y hasta puede sentir rechazo hacia su trabajo y la compañía para la cual trabaja.

2. Falta de concentración y dificultad para la toma de decisiones

El cansancio extremo también puede llevar a las personas a manifestar dificultades para la toma de decisiones en su lugar de trabajo. Una decisión correcta y efectiva requiere de un esfuerzo cognitivo alto, de claridad de pensamiento y de un gran nivel de concentración, habilidades que se ven seriamente afectadas bajo los efectos del burnout.

3. Problemas vinculares y aislamiento

El agotamiento también influye en la manera que tenemos de relacionarnos con jefes y compañeros de trabajo, haciendo que quienes lo sufren tiendan a aislarse y convertirse en personas poco colaborativas.

4. Frustración, irritabilidad y negatividad

El estrés crónico saca lo peor de cada uno, nos vuelve irritables, negativos, malhumorados y nos quita claridad afectando el discernimiento. Cualquier problema laboral se torna personal, un comentario constructivo se asume como una crítica negativa, socavando el buen funcionamiento de los equipos y derivando constantemente en situaciones que tensan los vínculos.

5. Falta de resiliencia

Otro factor que caracteriza al burnout es la falta de resiliencia, es decir, la capacidad para superar un problema y salir fortalecido. Es natural que un fracaso, una mala noticia o una crítica nos hagan sentir momentáneamente mal, pero si el malestar o el enojo persisten, esto indica que hay algo más y que está afectando nuestro desempeño y la relación con nuestros colegas.

Qué hacer

“Un jefe comprensivo que pueda alivianar tareas o autorizar días de descanso, un equipo de recursos humanos que evalúe si el área de desempeño de la persona es el más adecuado a sus intereses y formación y un grupo de colegas empáticos, que estén atentos a las señales, acompañen y den apoyo, son eslabones claves para recobrar el bienestar de los colaboradores que padecen burnout. Por supuesto, también es clave que la persona acepte que está atravesando por una crisis y se deje ayudar”, agregó Andrea Ávila.

En el entorno personal, los expertos en gestión de Capital Humano señalan que el trabajador, ya sea que se desempeñe de manera presencial o remota, necesita un balance entre su vida laboral y sus cuestiones particulares. El home office ha avanzado de tal manera que, en muchos casos, resulta difícil desconectarse para atender otros asuntos. Por eso sugieren realizar actividades como gimnasia, yoga u otros ejercicios de relajación. También entretenerse con la TV o leer libros. Pero lo fundamental, más allá de la pandemia, es relacionarse más con sus seres queridos. Hace dos años, el síndrome del trabajador quemado o burnout fue reconocido como un trastorno mental en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) elaborada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El organismo lo asocia a la sección “problemas asociados al empleo y desempleo” y lo describe como “un síndrome resultante de un estrés crónico en el trabajo que no fue gestionado con éxito”. Diversos estudios confirman que este fenómeno afecta más a las mujeres que a los hombres. También son más susceptibles a padecerlo personas sin pareja o con poco apoyo familiar. Además, suele aparecer en los primeros años del desarrollo profesional de los trabajadores. Por ello, las estadísticas revelan que el porcentaje de empleados jóvenes con síndrome del trabajador quemado es mucho más elevado que en los mayores de 35 años, indica por su parte un reporte de Adecco Argentina.

Un cóctel ideal: los efectos de la cuarentena

Lo que se conoce como el “burnout” o “estar quemado” es mucho más preocupante que lo que parece, advierte la consultora Adecco Argentina. Durante la cuarentena del año pasado, este síndrome fue más evidente, aunque sus efectos persisten. El home office para algunos, la soledad para otros, los jefes y su adaptación al no contar con los empleados bajo el mismo techo, los chicos encerrados, las tareas escolares, la comida, el uso del tapabocas, el miedo a contraer la enfermedad y el encierro, por solo nombrar algunos factores, se transformaron en un cóctel ideal para el “burnout”, según Adecco.

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