En el deporte: ¿el sexo afecta el rendimiento físico?

Falsos conceptos y creencias sobre los efectos del coito al hacer ejercicio o competir. Qué ocurre con los deportistas.

Guadalupe Norte
Por Guadalupe Norte 12 Diciembre 2021

Recuerdo que hace un año, en una charla sobre mindfulness sexual, uno de los disertantes intentó captar la atención del público con una adivinanza. “Solo hay una cosa en la cual los aficionados al deporte, sexólogos y quienes no visitaron jamás un gimnasio podrían ponerse de acuerdo”... La respuesta: que el mejor ejercicio físico practicado por la humanidad es el sexo.

Tras cinco horas seguidas de Zoom, el chiste fue gracioso aunque dudoso. No obstante, la anécdota sirve para poner bajo la lupa la cantidad de mitos que circulan sobre el coito y su influencia en el deporte de rendimiento.

Al respecto, las publicaciones científicas que existen son contradictorias. “Algunas plantean que generan mermas en el rendimiento, mientras otros estudios detallan que no influye de ninguna manera o sostienen que el coito afecta de manera positiva al basarse en el bienestar emocional que esto podría generar”, comenta Juan Manuel Saja, preparador físico del club San Martín.

Pese a esto, abundan los rumores sobre equipos de diferentes disciplinas en los cuales se les impide a sus jugadores pasar las concentraciones con sus parejas o intimar en el periodo previo a una competición.

“Hubo casos así por parte de la selección de Alemania en el Mundial de Rusia 2018 y de un entrenador italiano (Fabio Capello) que prohibió las relaciones sexuales -tanto en sus equipos como en el seleccionado que dirigió- mientras duraran las competencias. Igualmente, como gran parte de las cuestiones que se rumorean dentro del fútbol, todo es sin confirmación oficial ya que no hay evidencia real de que fuera cierto”, indica Saja.

Entonces...

Los dos extremos de la balanza tienen sus propios argumentos por aclarar. “A favor, es correcto que al intimar nuestro organismo libera endorfinas, dopamina y oxitocina, las cuales se traducen a una sensación positiva de comodidad, alegría y hasta alivio del estrés”, explica la sexóloga Rosario del Milagro Cuevas.

Del otro lado, la lógica es que durante el periodo refractario (post erección u orgasmo) aparece la prolactina. Su presencia nos hace sentir somnolencia y relajadas. Además, de que “ponernos en acción” implica un desgaste (mínimo) de energía y a nivel cardiovascular.

“Sobre el tema circulan bastantes opiniones, experiencias individuales y miradas sesgadas. Sin embargo, no hay suficientes investigaciones fehacientes que relacionen de manera directa y relevante el rendimiento físico con intimar horas o días antes de algún evento”, insiste la médica.

En el medio, al menos vale la pena disfrutar de los dichos de Carlos Bilardo (DT de la Selección argentina de 1986 y campeón del mundo) y sus gambeteadas con la educación sexual.

En las mujeres

En lo referente a la preparación física femenina, una cuestión que produce varias falsas premisas es su vínculo con el ciclo menstrual.

“Para nosotros es importante conocer cómo es el comportamiento individual de cada jugadora. Aunque es cierto que en deportes de conjunto (al no ser de tiempo y marca) los picos hormonales no son determinantes, si aprovechamos los días previos y la menstruación (que es donde las jugadoras tienen un pico de rendimiento) aumentando -por ejemplo- los niveles de fuerza”, explica Priscila Álvarez, preparadora física de la Selección femenina mayor de handball.

Es ahí donde podemos aplicar cargas un poco más altas, dentro de las curvas de entrenamiento. “También cabe destacar que cada jugadora tienen características diferentes en su ciclo, pero en líneas generales, las deportistas no suelen presentar alteraciones en cuanto a sus posibilidades de rendimiento”, agrega.

Álvarez destaca además que las mujeres y los hombres -hasta los 12 o 13 años- no presentan diferencias en cuanto a la posibilidad de entrenamiento.

“Luego de los picos de desarrollo, comienza a marcarse la diferencia en cuanto a la adquisición principalmente de fuerza en varones. En parte esto es influenciado por una cuestión cultural, ya que por lo general los varones realizan actividades en donde van desarrollando los niveles de fuerza; pero si trabajan de igual manera niños y niñas, la brecha es mucho más chica”, especifica la profesora de Educación Física y licenciada en alto rendimiento deportivo.

La última salvedad es que dichas diferencias son en fuerza absoluta, no relativa, así que las mujeres y varones estimulados en entrenamiento de la fuerza tienen ambos notables beneficios.

“Las cuestiones en cuanto a no poder o no realizar una u otra actividad en mujeres, tiene un gran componente cultural, los mayores eventos deportivos a nivel mundial, claramente albergan mujeres en diferentes etapas de su periodo y ninguna se ve afectada por ello”, destaca la docente del Instituto Universitario River Plate (IURP).

Curiosidades

- En la historia: ya desde los Juegos Olímpicos de la antigua Grecia había testimonios y debates sobre el vínculo entre la sexualidad y las competiciones deportivas. En algunos escritos de ese periodo se aludía a una merma de virilidad al liberarse “energía” tras la eyaculación o los posibles efectos secundarios del coito tras consumir sustancias o alimentos que aumentaran el rendimiento. No obstante, hay dos detalles para extrapolar esta idea: las mujeres tenían prohibida la asistencia a las olimpiadas y en sí -desde temprana edad- la preparación física de los varones (en palestras o gimnasios) siempre implicó un culto al cuerpo y su belleza.

- El tao: desde la mirada del taoísmo, el sexo es un acto que permite abrirnos hacia lo espiritual, mejorar la salud y dotarnos de energía. Según esta filosofía china existe una sustancia energética en el cuerpo (jing) que puede mermar a partir de la pérdida de fluidos corporales; entre ellos el semen. Por tal motivo, al momento del coito se buscaba disminuir o evitar la eyaculación para conservar esta “esencia vital” y evitar la fatiga y el envejecimiento prematuro.

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