
SOÑANDO CON UN FUTURO MEJOR. Juan Torres insta a que los clubes se interesen con este Programa que tiene como fin erradicar la violencia del rugby.

Una vez más el deporte de la ovalada se volvió centro de las críticas por parte de la sociedad. Una vez más un grupo de rugbistas es noticia por hechos de violencia -aislados pero de violencia al fin-, hacia otro u otros individuos. Una vez más la comunidad se horroriza y pone en tela de juicio a este hermoso deporte que se ve empañado por un grupo de inadaptados que dejan de lado los valores que se les inculca desde esta disciplina. Lo que pasó en un after el sábado por la madrugada con el ataque de un grupo a Oscar Colombres, ex jugador de Tucumán Rugby que actualmente entrena a la división M14 del club “verdinegro” deja candente otra vez al tema.
Por tal motivo, y viendo los crecientes y recientes eventos, que sobre todo golpearon fuerte con el cobarde asesinato de Fernando Báez Sosa por parte de 10 rugbistas, desde la Unión de Rugby de Tucumán, en conjunto con la Unión Argentina de Rugby, están trabajando desde hace un poco más de un año y medio, en el denominado “Programa 2030, hacia una nueva cultura”. Cuenta con 24 módulos en total, que buscan educar, concientizar y erradicar estos hechos en “banda”.
En la edición de LG Deportiva del 30 de junio de 2020, apenas se presentó este programa, se dieron a conocer detalles. En el presente, si bien se intentó desde la Unión hacerlo llegar a todos los clubes, no tuvo el efecto deseado, algo que quizás se vio potenciado por la pandemia. “La URT intentó tratar este tema durante ese período, pero lo que veo es el desinterés en general para asistir a estos programas vía Zoom. Es allí donde debemos mejorar y hacerlo obligatorio” comentó con tristeza el abogado Juan Emilio Torres, que también es miembro del Consejo de la URT y el nexo entre la UAR y la Unión local para llevar adelante este programa.
Torres intenta darle un justificativo a lo del “desinterés”: “estos programas se deben traccionar con nexos (representante del club designado para participar de las conferencias) que tengan el tiempo y las ganas de involucrarse con un solo fin: el bien común y la formación de los jóvenes. Hoy, el voluntariado es cada vez más complicado, porque toda actividad ad honorem conlleva dedicación y tiempo. Muchas veces no hay personas que dispongan de ello para encargarse”. Y agrega: “hay que buscar una solución y debe salir de la URT y de la UAR como entidades madre, sabiendo que a partir de allí encontraremos la solución a largo plazo”.
Torres también invitó a que los clubes “aprovechen los programas, los cursos de formación que se dictan de forma gratuita y de acceso al público en general, porque todo lo que es ‘formación y capacitación’, siempre suma a la intelectualidad de cada uno”. Con respecto a lo que pasó con Colombres, dijo: “a partir de este hecho penoso, se produjo un punto de inflexión y, ojalá, los clubes le den la prioridad necesaria al programa”.
En lo que concierne a las charlas, el fin es buscar un cambio, de infantiles hasta juveniles, sobre los distintos hábitos de juego, el respeto, el compañerismo. Pero se evidencia que mucho no atrae o no le dedican el tiempo necesario, tratándose de algo tan importante que puede ayudar a cambiar el paradigma que se tiene sobre el deportista que practica rugby, principalmente. Se priorizan otras cosas, como competir, y se deja de lado el acompañamiento como persona.
“Últimamente veo que en la mayoría lo importante es ganar. Pero la competencia es sólo una parte y los padres buscamos que los clubes sean una extensión de la familia, de la escuela, en el sentido de formación de buenas personas. Importa que nuestros hijos vayan a potenciar valores y principios, a divertirse en el buen sentido y a forjar lazos de amistad que en muchos casos son para toda la vida”, manifiesta Torres.
Los clubes pueden actuar de oficio ante casos como el de Colombres, y tomar decisiones independientemente de que sean sancionados o no por la URT. Tienen las herramientas pero, que las apliquen, ya es otro tema.
Torres lo dijo en su momento: “el rugby es un deporte de estrecho contacto físico. En él son esenciales la disciplina, la buena fe y el respeto por las reglas. Si a ello le sumamos los principios y valores basados en la educación esencial del ser humano -respeto al prójimo dentro y fuera de la cancha, buen comportamiento, inclusión y la no discriminación-, se evitarían muchos de los conflictos deportivos”. Aún lo sostiene y tiene fe en que esto tendrá el final y el resultado esperado. (Producción periodística: Adrián Coronel)
POSICIONES ANTE EL TEMA
Con muy buenos ojos
“La idea del ‘Programa 2030’ me pareció fantástica. El enfoque que se le dio es muy bueno, de no esquivarle al bulto y hacernos cargo de que hay un problema adentro y que debemos resolverlo. El que es violento, lo va a ser siempre, sea del deporte que sea. Veo que en el Desarrollo no tenemos la estructura necesaria para hacernos cargo de este tipo de cosas. Me gusta implementar las acciones que lleva adelante este programa, y la idea es que despierte en nuestros jugadores el espíritu altruista que deben tener las personas. Pero para ello se necesita gente que pueda seguir estos programas en el tiempo. La UAR debería involucrarse con alguna clase de material para difundir en el club y que tenga más llegada” (Arturo Felipe, presidente de Coipú RC de Famaillá)
“Se priorizó la competencia”
“Las charlas del Programa son muy buenas, porque tratan de abarcar todo, desde los infantiles hasta los juveniles. Cambió el enfoque en la forma de transmitir y enseñar los valores del rugby. Si se notó poco compromiso por parte de muchos clubes de nuestra provincia. Quizás sea porque se priorizó la parte competitiva y se dejaron de lado estas capacitaciones, porque muchas veces no hubo quién se haga cargo. En Córdoba tuvo un éxito importante, quizás porque, al no haber competencia, tuvieron que, como se dice, hacer algo y le pusieron empeño a estas conferencias” (José Rubino, Oficial de Desarrollo de la URT y nexo por parte de Natación y Gimnasia).
Preocupante
Como remarcó Juan Emilio Torres, muy pocos clubes se interiorizaron o prestaron atención a este importante programa. LG Deportiva envió consultas a dirigentes de los clubes para que nos brinden una opinión al respecto sobre las capacitaciones llevadas a cabo. Pero se encontró con respuestas tales como “no tenemos idea de qué se trata”. Otros dijeron que no estaban participando o que no estaban al tanto sobre quién era la persona encargada de participar, en representación de su club, en las videoconferencias. Esto preocupa, ya que es un programa con una visión muy buena y que no se está aprovechando. Ademas, excusas no hay, ya que cada vez que se dicta una charla, la URT lo informa en su boletín semanal con días, horarios y link a ingresar para participar.




