Los chicos crecen más lento, pero la madurez sexual llega antes

Los chicos crecen más lento, pero la madurez sexual llega antes

Como consecuencia de la pandemia, los controles de seguimiento de peso y talla en niños y niñas se demoraron. ¿Qué cosas podrían incidir en el desarrollo adelantado?

CONTROL DE TALLA. Los padres deben llevar a los niños al control pediátrico y estar atentos al cambio de talles en la ropa y en el calzado.   CONTROL DE TALLA. Los padres deben llevar a los niños al control pediátrico y estar atentos al cambio de talles en la ropa y en el calzado.

Rosarito juega con las muñecas la mayor parte del día. “Es una nena muy feliz”, asegura su mamá, Natalia S. (39 años). Está preocupada. Por dentro, la pequeña de siete años está en plena explosión de hormonas. Empezaron a crecerle los pechos, le apareció vello púbico y en cualquier momento llegará su primera menstruación.

“Me pareció que era demasiado pronto”, se planteó la mamá en agosto, cuando se dio cuenta de los cambios en su hija. Así llegó a la primera consulta con la endocrinóloga. Efectivamente tenía razón en dudar.

El tema preocupa mucho a padres y especialistas porque los chicos están viviendo una pubertad cada vez más precoz. Si bien no es un trastorno nuevo, los médicos advierten que los casos se dispararon en pandemia. Y al mismo tiempo, se atienden más pacientes con trastornos en el crecimiento.

Una de las consecuencias de la cuarentena y el aislamiento por covid-19 fue la caída abrupta en las consultas pediátricas. Eso provocó que disminuyeran los controles básicos como los del seguimiento de peso y talla de los chicos, lo cual hizo que se pierdan oportunidades para detectar a tiempo problemas de crecimiento”, explicó la doctora Cristina Bazán de Casella, jefa del Servicio de Endocrinología del Hospital Niños de Tucumán.

Hay casos de chicos que llegan a los 11, 12 o 13 años con baja talla y es tarde, opinó. “Lo importante es empezar el tratamiento (consiste en la aplicación de la hormona de crecimiento) antes de que sus cartílagos se hayan cerrado, para poder alcanzar una talla adulta normal”, señaló.

Ignacio Bergadá, pediatra endocrinólogo y jefe de Endocrinología Infantil en el hospital Gutiérrez, también coincidió en que en los últimos dos años se ha perdido el control de crecimiento de muchos niños. De acuerdo a un relevamiento publicado por la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) en el 2020, el 44% de los padres demoraron la visita al pediatra.

“Para evaluar si un niño crece en forma adecuada es clave tomar dos indicadores de medición: peso y altura. El control pediátrico es una rutina que se debe realizar durante los primeros años de los chicos, de manera periódica ya que es de suma importancia detectar precozmente si un niño tiene alguna desviación en su crecimiento”, remarcó Bergadá.

El especialista resaltó que los problemas de crecimiento son silenciosos. De allí la importancia de la consulta al médico. “Un niño puede estar creciendo menos de lo normal y no tener ningún otro síntoma visible”, sostuvo.

Las señales de detención o enlentecimiento del crecimiento pueden verse cuando no cambia el talle de la ropa o el número del calzado por un período de un año. La otra señal es indirecta, cuando los padres observan que su hijo o hija es notoriamente más bajo que sus pares o hermanos.

“En la pubertad, las niñas inician su estirón puberal unos dos años antes que los varones, por ello a esa edad las niñas se diferencian de los varones siendo en general más altas. Sin embargo, al iniciar la pubertad antes también finalizan su crecimiento antes y los niños terminan teniendo un estirón del crecimiento puberal más marcado, tardío y de mayor duración”, especificó.

Maduración precoz

Los problemas asociados con la estatura no son la única consecuencia hormonal que puede relacionarse con la pandemia. Bazán de Casella y Bergadá contaron que están aumentando las consultas por desarrollo sexual precoz, tanto en mujeres como en varones.

La pubertad precoz es la aparición de caracteres sexuales secundarios, como el botón mamario, el aumento del volumen testicular (mayor tamaño al de una aceituna), la aparición de vello púbico y la menstruación, antes de la edad normal: luego de los ocho años para las nenas y de los 10 para los varones. Esto ocurre porque la glándula hipófisis estimula a los ovarios o a los testículos a fabricar hormonas sexuales.

Hay varias hipótesis posibles sobre por qué la maduración sexual se adelantó en muchos casos en tiempos de pandemia. Durante el aislamiento, los chicos realizaron menos actividad física, permanecieron más tiempo pegados a las pantallas y tuvieron mayor ingesta de alimentos, muchos procesados. Eso puede haber causado más sobrepeso, situación que puede relacionarse con el adelantamiento de la pubertad. También -según la endocrinóloga- influyeron los cambios en el horario del sueño, donde juega un papel fundamental la melatonina (hormona que tiene distintas funciones en el organismo).

“Tenemos casos de cinco o seis años que ya presentan signos de desarrollo sexual precoz. Hay tratamientos para frenar el avance de este proceso. Es importante hacerlo porque a esa edad no están preparados psicológicamente para afrontar esta situación”, señaló la experta.

Bazán de Casella comentó que desde hace tiempo viene bajando la edad de desarrollo sexual en el país, que antes en promedio era a los 12,8 años para las niñas y ahora se adelantó a los 11,6.

“El tratamiento es individualizado. Se tienen en cuenta varias cosas: por ejemplo, una radiografía de la mano (que es la edad ósea), su talla final, y los aspectos psicológicos. A muchas niñas les genera ansiedad, depresión o tristeza sentirse diferente a sus pares”, apuntó. El tratamiento también evitará la progresión de la maduración ósea postergando el cierre de los cartílagos de crecimiento. Esto tiene como objetivo mejorar el pronóstico de talla adulta buscando preservar el potencial genético de talla, añadió.

Además del aumento de peso, el cambio de rutina, la desescolarización y la ansiedad, que podrían haber incidido en la madurez sexual temprana, según Bergadá también se han visto casos de pubertad precoz en niñas sin sobrepeso. “Por ello el mecanismo del desarrollo precoz no es muy claro”, dijo.

“Los controles periódicos permiten generar alertas tempranas para muchas patologías. Y el diagnóstico precoz en temas de crecimiento y maduración es la clave para facilitar la recuperación y el éxito de cualquier tratamiento”, remarcó.

¿Qué consejos les darían a los padres? “Además de realizar las consultas pediátricas correspondientes, llevar un control personal de sus hijos para poder estar atentos a los signos simples como el cambio del talle de la ropa o el calzado”, sostuvo Bergadá. “Por otro lado, es interesante que los padres recurran a las herramientas digitales. Hay una App muy útil que se llama Jirafa -del laboratorio Sandoz-, que facilita el seguimiento de las mediciones de altura, peso e índice de masa corporal. Esta aplicación permite comparar los datos cargados con las curvas de crecimiento desarrolladas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la SAP, arrojando como resultado el percentil de crecimiento, en comparación con otros niños de su misma edad y sexo. Esta herramienta funcionaría como un alerta para que los padres consulten con su pediatra; no hace un diagnóstico sino que detecta posibles cambios en el ritmo de crecimiento de sus hijos”, concluyó.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios